Brais conduce un balón perseguido por Cedric, su sombra en el campo, para lanzar a sus compañeros hacia otra aproximación peligrosa. AFP
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Brais Méndez: Alta diplomacia para firmar el tratado de paz

Las pinceladas de clase del gallego, una vez que se faja de la presión de Cedric, llevan a la Real a superar el frente del 0-0 y garantizarse la victoria

Gaizka Lasa

San Sebastián

Viernes, 7 de octubre 2022, 06:58

En un partido jugado en el destierro, a Brais Méndez también le tocó actuar lejos de su hábitat natural. Encontró un ambiente hostil en ... la medular de Tiraspol y se trasladó al extremo de Chisináu para buscar una zona más segura desde donde aportar al equipo. Pero ni a esas. El ejército del Sheriff encargó a Cedric la misión de perseguirle y el de Burkina Faso se hubiera marchado más allá de la frontera rumana si tuviera que hacerlo. El gallego exageró su éxodo hasta línea de banda y su rival no le dejó en paz. Hasta le acompañó cortesmente hasta el área técnica de Imanol cuando tocaba charla entre entrenador y jugador.

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Volvió a poner un balón endiablado de falta, como lo hizo en Girona, para que Aritz anotase el tanto

En este contexto, al de Mos, pacífico él, le tocó hacer la guerra durante la primera parte. Peleó con valor en el frente del 0-0, demostrando que también vale para el cuerpo a cuerpo. Pero un alto diplomático como él marca las diferencias en la construcción de tratados de paz con balón y a eso se dedicó durante la segunda parte, con paciencia, zafándose de las constantes embestidas recibidas. Sus asistencias generaron pequeños espacios de independencia en el Zimbru Stadium, donde sus compañeros podían ejercer libremente el oficio del fútbol. Si el cuero pasaba por sus botas, todo fluía. Y si el derribo rival suponía una falta en campo contrario, llegaba su sofisticado toque para generar claras ocasiones de gol. Con él entrando en juego, la Real se sentía segura.

La falta que bota en el gol de Aritz es marca de la casa. ¡Qué manera de poner un balón endiablado! Este jueves fue el beasaindarra el que peinó para anotarse el tanto. En Girona no hizo falta que tocara nadie. Con esa precisión, esa dirección y ese golpeo, no hay escudo antimisiles que valga.

Brais tuvo que recurrir al cuerpo a cuerpo para quitarse de encima el marcaje de Cedric

La otra acción con la que deleitó al público moldavo tuvo lugar en el minuto 72. Control orientado desde la banda derecha hacia dentro para dejar a su par atrás, salida en velocidad y pase de tiralíneas para la entrada en área desde la izquierda de Merino. El navarro falló cuando tenía todo a favor, pero ni semejante error restó belleza a la jugada.

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Imanol lo cambió en el minuto 76. Ya había firmado su tratado de paz y con las cosas en calma se retiró para preparar su siguiente gesta. En escenarios delicados, incluso en zonas de guerra, todo un seguro de vida.

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