Álex Remiro: «En el vestuario creemos que esta Real Sociedad puede ganar a cualquiera»

– ¿Una semana de parón es más liviana o Imanol no baja el listón?

– ¿Bajar? No, no. El trabajo con Imanol es innegociable. Lo único que cambia son los nombres, seguimos dándole caña para coger buenas sensaciones, ritmo y mejorar en una pretemporada algo distinta.

– Ya está Maty con el grupo e incluso ha vuelto a jugar con Australia. ¿A usted le cambia algo?

– Mejor que esté recuperado, no quiero que esté nadie lesionado, pero personalmente no me cambia nada. Yo pienso en lo mío tenga el compañero que tenga, no me preocupa quién esté al lado siempre y cuando nos ayudemos los dos. Me fijo en lo que hago yo, en cuidarme, en descansar, en entrenar fuera. Lo que tenga que venir, viene solo.

– Se le ve un chaval majo, ¿no?

– Sí, la verdad. Hemos congeniado bien de primeras y en ese sentido muy bien.

– ¿Ha notado que no tenía tanta competencia? Con la salida de Miguel era Gaizka su suplente...

– El nivel de competencia siempre es el mismo, aunque las situaciones eran distintas. La lesión de Miguel el año pasado, ahora la de Mat, Gaizka siempre aprieta. Con Miguel había una relación de padre-hijo y nos ayudábamos los dos para estar al máximo nivel. Con Mat igual es más competencia pura y dura, pero también nos ayudamos. Los porteros somos un mini equipo dentro del grupo.

– ¿A quién echa más de menos, a Moyá o a Llopis?

– (Resopla) Buah. Yo creo que será la pregunta más difícil de todas (risas). Te diría que a Miguel pero porque pasaba muchísimo tiempo con él, con Llopis estaba aquí también todo el día metido, pero con Miguel también estaba fuera de Zubieta. Te diría Miguel por el hecho de hacer planes fuera, pero a los dos.

– Si alguien ha tenido cambios este verano es usted, ¿no?

– Sí, el verano ha sido duro, fue un palo. Las cosas como son. Soy sincero y nos sorprendió a todos. Por la relación que nos une, por el nivel que tiene para jugar, por cómo nos exigíamos, por lo que aportaba al grupo... pero en el fútbol los jugadores no decidimos.

– ¿También hubo emoción en la despedida como en aquel día previo a la final?

– Bueno, fue distinto. El día previo a la final hicimos una actividad en la que cada uno decía lo que pensaba del otro. Todos nos fuimos abriendo y hubo de todo. Lágrimas, risas y verdades como puños. Salimos de la habitación queriendo jugar la final esa misma noche y yo fui uno de los que acabó llorando mucho. Le agradecí a Miguel la relación que teníamos, el trato y todo lo que me quería.

– ¿Qué ha aprendido de uno de los mejores entrenadores de porteros del mundo?

– Con Luis trabajabas todo de manera real, situaciones que igual eran absurdas pero luego se daban en los partidos. Un ejemplo. El año pasado al principio estuvimos haciendo dos semanas un ejercicio de remates rápidos y en vez de parar con la mano, que me venía mejor, nos obligaba a tirarnos con el pie. Algo absurdo, a priori, todo el rato en el suelo. Pues la primera parada que hago en Elche es esa. Al día siguiente a las 08.00 tenía el vídeo de Luis. Eso es él.

– ¿Con Jon cambia mucho?

– Es diferente, son más situaciones reales. Tiene un golpeo de locos con las dos piernas y es ahí donde nos putea. También nos lleva al límite. Marrero y yo somos altos y quiere que seamos igual de rápidos que Gaizka, mientras que a él le pide que llegue a donde nosotros dos.

– Se ha asentado en una portería de Primera como la Real. ¿Lo esperaba cuando salió del Athletic?

– Si te soy sincero, venir aquí no fue buscando esto que se ha dado. Yo ya ganaba viendo aquí a nivel mental, psicológico, a nivel familiar, deportivo... No buscaba el éxito personal ni ganar cosas como tal. Me buscaba a mí mismo, como persona y como futbolista. Me ha cambiado mucho porque mira cómo está el equipo, qué salud tiene el club, cómo jugamos, cómo juego yo. Te lo compro. Pero ése no es el foco.

– ¿En qué tiene que mejorar?

– Continuidad, minutos, jugar, fallar, acertar, estar disponible para el equipo. En todo. Seguir dándole, no parar de querer ser mejor.

– ¿Cuál cree que es su peor defecto? ¿El juego aéreo quizá?

– Bueno, yo me encuentro seguro cuando me toca actuar en balones aéreos. Pero la gente tiene que entender que esta faceta del portero hoy en día es muy complicada. Los golpeadores hoy en día son buenísimos y a veces dudas de si ir o no ir, pero me siento cómodo cuando actúo. Pero el juego aéreo sí que es algo a mejorar, claro.

– ¿Cuántas porterías a cero consiguió el año pasado?

– En liga 14 y en total 20 (responde automáticamente).

– No está mal.

– Es imprescindible para sumar y ganar. No hemos empezado increíble, pero es que quitando el partido del Barcelona solo nos han tirado un tiro. El remate de Esteban Saveljich, jugador del Rayo, en la primera parte. Los partidos que tienen que ser de un tiro, que sean así, un tiro y ya. El equipo desde que llegué ha dado un paso brutal, cuando vine siempre se hablaba de los centrales, de si eran blandos. El transcurso de los años dice que no hacían falta.

– ¿Y laterales? Verano raro para Aihen...

– Sí, estaba en una situación en la que igual era el tercer lateral, no sé quién de los dos quería salir si él o el club, parecía que sí, luego que no. Pero él cuando venía a Zubieta entrenaba como el que más y como el mejor. Eso te da que te toque y responda. El grupo sabía que Aihen tiene un nivelazo y que iba a rendir, pero Miguel tenía y se ha ido, y Willy y 'Bau' también. Aihen se lo ha currado.

– ¿Quién cree que va a explotar durante esta temporada?

– Barrene. Ya tiene un poso de varias temporadas y este tiene que ser su año. Cuando empezó la pretemporada le dije que le veía mucho más tranquilo. Él muchas veces se ponía nervioso, pero por cualidades están Silva y luego él, a la par de Janu. Pero claro, la cabeza hace mucho. Hay veces que está más pendiente de no fallar que en jugársela. Eso te lo da la edad y ahora está más suelto, quiere el balón, encara porque quiere, no porque se lo digamos nosotros. Este año la va a romper.

– ¿Le ha metido ya Karrikaburu algún gol entrenando?

– Que va, todavía no. Además le he metido una caña que flipas. El primer día subió y no metió ni una entrenando, y entrenando también hay que enchufarlas todas. Le dije «Karrika, ¿entrenas con el primer equipo y no metes ni una?». Fue una apretada buena, pero se le ve buen chaval.

– Zubieta siempre responde. ¿Le sorprende o ya no?

– Desde que llegué es una de las cosas que me deja flipado. Suben chavales y todos rinden, me cambiaba por ellos, por sus cualidades. Subía Garrido y decía, «¿pero este tío?». ¿Y qué me dices de Turrientes? Si me tuviese que cambiar por un jugador de Zubieta sería por él. Beñat, hazme caso, es 'el jugador'. Está marcado. Me parece espectacular.

– Vamos a explorar la mente. Tuvo un episodio complicado en Bilbao. ¿Cómo ha visto a Willian José y Sagnan? ¿Cómo es no poder demostrar sobre el campo?

– Yo a los dos les veía entrenar bien para convencer al míster, pero luego no vas convocado y al final la cabeza te dice basta. Te enfadas, dudas, te chinas, pero ahí está en cada uno cómo afrontas el día siguiente. Yo también pasé por eso y necesité ayuda para superarlo y hoy no me preocupa tanto porque sé qué tipo de portero soy. No sé si voy a tener éxito, pero voy a estar para competir.

– ¿Cómo trabajan la mente?

– Pues con Imanol Ibarrondo hacemos sesiones de coaching. Él nos va cogiendo uno por uno y vamos hablando, aunque yo también había trabajado con una psicóloga mía cuando lo pasé mal. Ayuda mucho y es importante.

– Si el año pasado fue exigente, éste no se va a quedar corto.

– Desde que he venido me están tocando años brutales, y agradecido de estar en la ola, por cómo va el club. Es muy ilusionante porque queremos demostrar que podemos seguir estando arriba, peleando por todo. La gente nos apoya y disfruta con nosotros, esa conexión que se ha construido en Anoeta es increíble. ¿Sabes qué me pasa? Ahora cualquier equipo menos fuerte puede ir a casa de los grandes y pelearles. ¿Igual pierdes? Pues sí, pero en el vestuario pensamos que esta Real puede ganar a cualquiera. Si estoy bien, les vamos a ganar. Tenemos motivos, tenemos idea, tenemos juego, tenemos entrenador, tenemos chavales... Hay veces que jugando pienso «hoy vamos a ganar, seguro».

– ¿Sigue doliendo aquella noche en Turín?

– Nos acordamos, pero con nuestro trabajo nos hemos ganado poder vivir de nuevo esos partidos, y lo más importante, con nuestra gente. Tenemos las ganas de darle la vuelta, lavar la imagen lamentable que dimos y que disfrutemos todos juntos porque los jugadores también nos lo hemos ganado, es un premio para nosotros.

– ¿Cómo va la renovación?

– Estoy muy tranquilo, hablando, estoy seguro de que va a acabar bien. No me preocupa ni lo más mínimo. La relación es buena, las conversaciones van bien y dijimos que queríamos empezar LaLiga bien, centrados, pero seguiremos hablando.

– ¿Le pone fecha?

– En mí caso no, igual a los jugadores mediáticos le dicen hasta las 18.00 de la tarde de tal día (risas). La relación es diaria y ninguna de las partes está preocupada.