¿Y si jugamos siempre fuera?
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Una Real Sociedad perjudicada por el árbitro Sánchez Martínez vuelve a perder de nuevo en casa ante el Alavés, un aspirante a la permanencia, en un partido en el que los errores defensivos le condenan otra vezLa temporada pasada ya resultó mosqueante que la Real Sociedad sacara más puntos a domicilio que en Anoeta y que no fuera capaz de ganar ... al Mallorca para entrar en la final de Copa con todo a su favor. En esta campaña ya ha perdido los dos primeros partidos de local contra dos aspirantes a la permanencia como Rayo Vallecano y Alavés. Es verdad que el choque estuvo condicionado por la actuación arbitral, pero también es cierto que el cuadro txuri-urdin carece de una base sólida atrás y eso le está penalizando en este arranque liguero.
De tres córners en contra, dos acabaron con paradones de Remiro y un tercero en penalti. Las dos primeras acciones, aún once contra once. Después, dentro de un guion igualado de encuentro por el despliegue físico de los de Imanol, un error de Zubeldia ante Toni Martínez terminó en la madera y después el propio azkoitiarra fue ampliamente superado por el murciano en la jugada del segundo gol. Hay muchos equipos que ganando por un gol en casa logran rascar un punto a pesar de estar una hora con uno menos, pero habrá que entender que esta Real en construcción aún tiene que comer muchos garbanzos para sobreponerse a situaciones como las de ayer.
Guridi tapa a Zubimendi. Decía la víspera Guevara en estas mismas páginas que el Alavés iba a plantear un partido incómodo y eso es lo que hizo de entrada. Luis García Plaza realizó hasta siete cambios respecto al domingo para dotar de físico a sus jugadores en una noche en la que sabía que iban a correr de lo lindo. Plantado en un 1-4-4-2 en defensa, apostó por sujetar con Guridi a Zubimendi para que Guevara y Benavídez se emparejaran con los interiores Sergio Gómez y Brais, colocando a sus extremos Vicente y Rebbach por dentro para que dejaran recibir a Traoré y Javi López y saltar luego a por ellos. El resultado fue un atasco txuri-urdin importante en ataque en la primera media hora, en la que solo llegó una vez con cierta solvencia.
La Real buscó superar la disposición babazorra de tres maneras: con balones cruzados de los centrales a banda contraria para hacer girar al rival, cambiando a los interiores de lado para generar incertidumbre en las marcas y tratando de explorar con éstos la espalda de los laterales contrarios. Por ahí llegó la mejor opción en un desmarque de Sergio Gómez hasta línea de fondo, pero su centro atrás no pudo engancharlo en inmejorable situación Kubo.
Con diez, mejor que con once. Después de media hora sin demasiadas ocasiones realistas y dos sustos en sendos córner cabeceados por Pica y Villalibre, el espectáculo lo pusieron Sánchez Martínez -ese colegiado que arbitra con el rostro crispado- y su adlátere en el VAR Pizarro Gómez. ¡Vaya dos patas para un banco! Una falta de Benavídez a Oyarzabal al recibir éste de espaldas acabó con la roja del eibarrés en una nueva demostración de que lo de ahora es de todo menos fútbol. Habrá que buscarle una nueva denominación a este juego, porque la de fútbol no la merece por el respeto a todos aquellos que lo han honrado en su siglo y medio de vida.
El caso es que, haciendo bueno el dicho de Helenio Herrera de que con diez se juega mejor que con once, la Real se soltó el pelo tras la expulsión. Quitó el freno de mano, olvidó su hieratismo posicional y dio libertad a sus emociones para fabricar un golazo. Kubo atrajo hasta cuatro rivales para dejar a Zubimendi y Sergio Gómez en situación de dos contra dos. El donostiarra abrió al catalán y éste puso un centro 'depedriano' para que Brais rematara a placer al ganar la espalda a Benavídez.
La Real quería llegar al descanso en ventaja pero se topó de nuevo en el camino con Sánchez Martínez, que señaló como penalti uno de esos agarrones que tantas veces se ven en el área y nunca se pitan. Anoche sí lo hizo.
La actitud no fue suficiente. En la segunda parte Imanol dio entrada al joven Martín por el amonestado Pacheco y la Real se colocó en una especie de 1-5-3-1 porque Sergio Gómez ayudaba mucho en su banda a Javi López y eso permitía que Zubimendi, Brais y Kubo ganaran altura en el centro del campo, con Becker arriba. El pulso se mantuvo igualado hasta que los blanquiazules empezaron a temblar atrás. Dos errores de Zubeldia, que volvía de lesión y jugaba a pierna cambiado, acabaron en la madera y en las mallas de Remiro.
Quedaba un cuarto de hora y por más que salieron un Sadiq que dejó detalles interesantes, Turrientes, Olasagasti y Marín, Sivera vivió unos minutos finales bastante tranquilos. Todo lo contrario que Remiro, que vio cómo dos cabezazos de Toni Martínez y Kike García no salían demasiado desviados.
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