Costó empujar más que la hinchada rojilla

Después de vivir una previa diferente con los hermanos rojillos, la afición txuri-urdin se ha ido incorporando poco a poco al graderío visitante y también en el resto del campo, repitiendo lo que se había vivido el pasado sábado en San Mamés. Aunque la afición navarra ha apretado de lo lindo y ha sido imposible hacerse oír, los cientos de realistas han alentado a los jugadores desde la parte alta de un córner y han entonado los típicos cánticos 'Erreala ale' o 'Goazen Erreala, Goazen txapeldun'.

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La afición de la Real no deja solo a su equipo

No ha habido previa en la parte vieja, al revés de lo que ha sucedido en el partido liguero de hace mes y medio. Los seguidores rojillos y txuri-urdin se han conformado con llegar un rato antes y disfrutar en el exterior del campo. Tampoco han pasado el frío de diciembre, por lo que se han visto muchas camisetas realistas y menos abrigos de piel o plumíferos.

Al jugar en día laborable, las dos aficiones se han citado directamente en los aledaños del Sadar, donde han podido compartir impresiones antes de entrar al campo. Entre ellos, los realistas de Bergara Jon Ander Delgado, Mikel Encina y Aner Bolaños, tres de los agraciados en el sorteo que realizó la Real. Se han unido a otros amigos, con la elástica de la Real de Champions. Confiaban en «pasar sea como sea», por lo que han visto cumplido su deseo y han regresado tarde pero felices a sus casas.

Han acudido más de quinientos seguidores desde Gipuzkoa y pese a ganar con sufrimiento, la Real estará en el bombo de este viernes. Que pase el siguiente, por tanto.