Adnan Januzaj juega, hace jugar y saca la zurda a pasear

El ex de Manchester United o Borussia Dortmund jugó de inicio por la sanción de Portu y completó unos notables 70 minutos. Acostado en la banda derecha para batallar con Costa y Mangala, el fino atacante txuri-urdin dio muestras de que está preparado para ayudar en esta recta final de campaña.

El extremo belga, de un talento descomunal con el balón pero siempre sospechoso de implicarse poco en tareas defensivas, arrancó algo frío. La salida en tromba del Valencia cogió al bloque blanquiazul por sorpresa, pero los guipuzcoanos despertaron y se pusieron a bailar, lo que más le gusta a Januzaj.

Una de las razones de situarle en la derecha es la de aprovechar su privilegiado pie izquierdo. Con él buscó a un velocista como Isak en profundidad en numerosas ocasiones, aprovechando que los rivales del sueco, Mangala y Diakhaby, no son especialmente rápidos. Costa, su marcador, perseguía sombras cada vez que a Januzaj le salía bien su clásico control orientado de espaldas.

El de Molenbeek, inspirado como pocas veces ayer –tal vez por ese aire carnavalero que se respiraba en Anoeta–, probó fortuna por primera vez en el minuto 27. Recibió un balón abierto por la derecha de Odegaard y su disparo, que iba al palo largo, fue repelido por un defensa y se marchó a córner. Solo ocho minutos después volvió a intentarlo en una situación más clara aún, en el balcón del área. Pero su lanzamiento se marchó muy alto y se cabreó. Raro en él, pero era un síntoma de que tenía ganas de hacer las cosas bien.

Precipitado a veces y perdiendo balones absurdos, ese es Januzaj. Pero el belga también es el mejor regateador y uno de los mejores filtradores de pases por pasillos imposibles de toda la escuadra blanquiazul. Al César lo que es del César.

El partido, con un claro 2-0 tras el paso por vestuarios, estaba encarrilado, pero Januzaj tenía la escopeta cargada y lista para disparar. Por eso pasó lo que pasó en el minuto 47. Tras un gran intercambio de pases entre Merino, Odegaard y Oyarzabal en el centro del campo, el balón acabó en las botas del belga, que no se lo pensó y soltó un zapatazo desde unos 30 metros con su zurda ante el que el portero rival nada pudo hacer. Golazo. Su quinta diana del año, primera en Liga.

La bronca que le echó Imanol unos minutos después por no presionar debidamente a un debutante como Guillamón le mantuvo activo hasta que el de Orio decidió sustituirle por Willian José. Se marchó al banquillo aplaudiendo a una afición que le despidió con una calurosa ovación. Así, sí, Adnan.