Analísis táctico de la Real Sociedad
Adelantarse no bastaLa baja intensidad del equipo en el balón parado y la salida de Lamine Yamal al campo, dejan a una Real Sociedad sin premio tras un partido en la que el equipo quizás mereció algo más
Xabier Manzanares
San Sebastián
Domingo, 28 de septiembre 2025
El Barcelona es un rival al que le gusta mucho tener el balón y, cuando pierde el control, hay que ser más letal en ataque para tratar de hacerles daño. La Real Sociedad tuvo sus ocasiones, deseo expresado por Sergio en la rueda de prensa previa al partido, pero faltó la segunda parte de la cuestión: aprovecharlas. Los blanquiazules hicieron lo más difícil del partido, adelantarse en el marcador, pero la poca intensidad en los balones parados y la entrada de Lamine Yamal al campo terminaron por condenar a la plantilla txuri-urdin, que nada pudo hacer ante el talento del jugador de 18 años. Frente a una línea defensiva muy adelantada, los de Sergio no encontraron el hueco para terminar de empatar el encuentro y salir de Montjuic con algún punto bajo los brazos.
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Se hace daño a campo abierto
El asedio y el control de balón del Barça durante el primer cuarto de hora del encuentro ya avisaban de que el partido se iba a hacer largo. Quizás faltó algo de confianza con el balón en las botas, tras ver que el equipo era capaz de plantar cara al conjunto de Flick. Debido a las ofensivas de los azulgranas con el equipo bien abierto, Guedes y Barrenetxea pasaron de extremos a ser laterales, lo cual impidió prolongar la mayoría de recuperaciones, con Oyarzabal solo contra el mundo. Tras dos o tres pases, los rivales se multiplicaban. Si bien es difícil mandar contra los culés, quizás le costó a la Real creerse capaz de plantar cara a un Barcelona que sufrió de lo lindo.
Después de salir vivos y todavía con fuerzas tras la asfixia, ya en el ecuador de la primera mitad, Oyarzabal, Guedes y Barrenetxea tuvieron oportunidad de hacer mucho daño con un tres contra tres a campo abierto. Posiblemente ni ellos se lo esperaban; eso fue lo que le faltó a la Real en el encuentro: creerse capaces de ganar a un todopoderoso Barça.
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Hay que mejorar las acciones a balón parado
Lo más difícil ya se había hecho: adelantarse en el marcador. Pero, al igual que contra el Real Madrid, el equipo sufrió a la hora de defender a balón parado. Avisó Rashford en el segundo córner, con un pase raso al centro del área que ningún txuri-urdin desvió, hasta que el balón llegó a los pies de Frenkie de Jong, cuyo toque sutil dejó el gol en bandeja al extremo inglés. Sin embargo, apareció Álex Remiro, que parece imposible de batir cuando entra en racha.
La alegría duró poco. En el octavo saque de esquina de los azulgranas, Koundé se encargó de subir el empate al marcador con un cabezazo cómodo, sin oposición. Fueron muchas las cosas que hizo bien el equipo ayer en Montjuic, pero una de las acciones a trabajar durante la semana en Zubieta serán esas jugadas a balón parado que tanto daño nos están haciendo.
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La fiesta se acaba con la entrada de Lamine Yamal
Todos temíamos la entrada en el césped del actual número dos del mundo, según el Balón de Oro: Lamine Yamal. Sergio parecía tenerlo todo controlado porque, por casualidad o causalidad, la entrada del número 10 del Barça supuso el cambio táctico inmediato. Odriozola dejó su sitio, Aihen Muñoz pasó al lateral derecho y entró Sergio Gómez con piernas frescas para intentar frenar al chaval por la izquierda. No sirvió de mucho, porque Lamine hizo de las suyas en la primera que tuvo: puso un centro perfecto a Lewandowski, que adelantó a su equipo con un cabezazo certero. Ante esta situación, la plantilla txuri-urdin no se hundió atrás, aprovechando la entrada de Gómez para tratar de ser algo más ofensivos.
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Oportunidades frente a la defensa adelantada
El equipo ganó algo de presencia en el centro del campo gracias a la entrada de Brais Méndez y Carlos Soler. El juego comenzó a pasar por las botas del gallego, que trató de filtrar balones al espacio, ya fuera hacia Oyarzabal o hacia Kubo en la banda derecha. Sin embargo, la defensa adelantada de los de Flick apenas dejó opciones a una delantera txuri-urdin ansiosa por igualar el marcador. Los de Sergio lo intentaron de todas formas. La electricidad de Kubo hizo mucho daño por la banda derecha que defendía Eric García, pero el japonés no encontró fortuna tras un gran contraataque liderado por Brais, que pasó por las botas de Oyarzabal y cuyo esférico terminó estrellándose contra el larguero.
Algo inocentes los realistas, la defensa adelantada fue una de las armas azulgranas para dejar correr los minutos en el tramo final del encuentro. Cada vez que el equipo de Sergio intentaba asentarse en campo contrario, la línea de Christensen, Araújo y Koundé impedía a los txuri-urdin enlazar tres o cuatro pases cerca del área rival.
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Con la cabeza alta a por el Rayo Vallecano
La salida de Barrenetxea, uno de los mejores del partido, y la entrada de Sadiq al verde no le sentó del todo bien al equipo. El desplazamiento de Oyarzabal a la banda derecha abrió un hueco entre la zaga y los atacantes que impidió al equipo reaccionar frente a un Barça muy cómodo en el tramo final. A pesar del marcador, el equipo mostró una de las mejores, si no la mejor, versión de lo que va de Liga, para centrarse ahora en la siguiente cita: el Rayo Vallecano en Anoeta.