El PNV y el PP se miran de reojo en Euskadi

El PNV vio con buenos ojos el nombramiento del expresidente de la Xunta de Galicia como líder del PP en el congreso de abril en Sevilla. Su gestión al frente de una comunidad autónoma le avalaba como un buen interlocutor con el Gobierno Vasco frente a un Pablo Casado envuelto en el esencialismo español. Además, entre Feijóo y el lehendakari existe una cordial relación desde hace años.

Sin embargo, las tornas han comenzado a cambiar. Desde el EBB se 'olfatea' que el nuevo tono de Génova, alejado del populismo de derechas y más propio de un partido de centro, invade el terreno del PNV. Y la artillería ha comenzado a disparar desde Sabin Etxea para evitar que los populares recuperen el voto que a borbotones se ha ido al PNV en los últimos años.

El PP ha perdido en Euskadi desde el 2000 más de 200.000 papeletas en las elecciones generales y seis escaños en el Congreso. En las autonómicas, desde 2001 se ha dejado en el camino la friolera de 266.000, pasando de 16 a 6 parlamentarios en Vitoria. Según diversos estudios demoscópicos, el 30% de esos sufragios –60.000 tomando como base las generales– recalaron en el PNV. Es decir, los populares cuentan con un gran potencial de crecimiento, porque existen miles de vascos cuyo voto es limítrofe entre el PNV y el PP.

De momento no se han hecho públicas encuestas que sirvan para medir el 'efecto Feijóo' en Euskadi. El presidente del PP sí señaló en una entrevista en este periódico que disponían de análisis internos que indicaban una subida en Euskadi tanto en las generales como en las autonómicas, pero no dio más detalles.

Quizá pueda servir como referencia la reciente encuesta del CIS catalán, en la que se indica que el PP lograría en el Parlamento catalán entre 9 y 14 escaños, frente a los 3 que tiene ahora.

Ante esta nueva tesitura, los jeltzales han ido variando su postura, pasando de una cierta displicencia inicial respecto al PP a endurecer su discurso. Este giro se ha hecho evidente tras las elecciones andaluzas. El PNV creía que el PP se echaría en brazos de Vox para hacer presidente a Juanma Moreno, pero la mayoría absoluta lograda por este evitó que dependiera de la ultraderecha.

Este escenario hizo que el PNV tuviera que 'resetear' su discurso. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, para quien «supuestamente» su partido ha recibido votos de antiguos simpatizantes del PP, se mostraba convencido de que en todo caso este hipotético trasvase no se produciría. En un acto celebrado el 18 de junio Ortuzar se refirió a la estrategia del PP para el ciclo electoral que arranca en 2023. El líder del PNV aseguró que no temía un trasvase de votos hacia los populares. «Si hay algo que está grabado a fuego en Euskadi es que somos amantes de la democracia, así que el PP no va recuperar un voto mientras no sean demócratas claros», dijo en referencia a los coqueteos con Vox. Un día después, los resultados de Andalucía dejaban manos libres a Moreno para gobernar en solitario y el partido de Abascal se daba un batacazo. Y al PNV sin su comodín preferido, el abrazo de Vox al PP.

Dos días después de los citados comicios, Ortuzar se ponía la venda antes de la herida. En el acto de presentación de la aplicación 'ZukEsan' aprovechó para desligar los resultados andaluces de un escenario global. El triunfo arrollador de Moreno, indicó el líder del EBB, es «una fotografía de un momento político concreto obtenida en una comunidad autónoma concreta».

A partir de ese momento, las declaraciones de los líderes del PNV han ido en la dirección de desgastar la imagen de Feijóo. Así, por ejemplo, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, ha afirmado respecto al presidente del PP que «está siguiendo una línea tal vez de menos estruendo, pero con los mismos mensajes de antes».

Y la pugna entre el PNV y el PP en Euskadi se prevé dura. Los populares necesitan recuperar votos en el País Vasco para llevar a la Moncloa a Feijóo con una mayoría absoluta o al menos suficiente para evitar el apoyo de Vox.

El propio líder del PP ya ha comenzado a apelar al voto útil de los vascos para atraer a simpatizantes del PNV. En la entrevista que Feijóo concedió a este periódico afirmó que «es muy difícil que Euskadi crezca teniendo un Gobierno socialista en Madrid y creo que hay muchos votantes del PNV que no están de acuerdo con esas decisiones estratégicas y eso en las próximas elecciones generales se va a notar. Un votante del PNV –remachó– prefiere que el presidente del Gobierno sea el presidente del PP y no Sánchez».

En la misma línea se ha expresado el vicepresidente de Organización, Miguel Tellado, que en una visita realizada en junio a Bilbao corresponsabilizó al PNV de los problemas que atraviesa España porque los jeltzales, subrayó, forman parte del bloque de partidos que permitieron la investidura de Sánchez.

Esta estrategia de pescar en el caladero del PNV quedó de manifiesto en la reunión que mantuvo Feijóo el mes pasado en Getxo con empresarios vascos. En ese foro no se privó de criticar al PNV en un tema de alta sensibilidad: la presión fiscal. Así, indicó que el triángulo industrial formado por Euskadi, Cataluña y Madrid se está decantando a favor de esta última comunidad de manera que, concluyó Feijóo, «determinadas políticas fiscales deberían ser reflexionadas y probablemente revisadas». Una declaración de intenciones que indica que en Euskadi entre el PP y el PNV las espadas están en alto.