Urkullu, Ortuzar, Zarate, Egibar y el resto de dirigentes del EBB contempla la interpretación de un dantzari durante el acto del 126 aniversario del partido de ayer en Bilbao.

Urkullu encauza sus diferencias con Sánchez, pero le pone nuevos deberes para septiembre

Tras el acuerdo fiscal que abrió la puerta a su asistencia a la cumbre de Salamanca, el lehendakari advierte que aún quedan retos como los traspasos o los fondos europeos

Miguel Villameriel

San Sebastián

Domingo, 1 de agosto 2021, 07:38

Tras una nueva semana de tensión, vuelve la calma, aunque habrá que ver por cuánto tiempo. Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez han logrado encauzar en ... parte sus discrepancias con la presencia del lehendakari en la Conferencia de Presidentes que se celebró este viernes en Salamanca, pero el acuerdo fiscal que el Gobierno central y las instituciones vascas sellaron el jueves en la comisión mixta del Concierto Económico es solo uno de los compromisos que Urkullu reclama al presidente del Gobierno. Las próximas semanas de agosto previsiblemente traerán una tregua en la relación de ambos dirigentes, porque en el mes vacacional por excelencia siempre bajan las revoluciones, pero el lehendakari ya ha advertido de que en el inicio del curso, en septiembre, Sánchez aún tendrá una larga lista de deberes con Euskadi: llegará el turno de los fondos europeos, del pacto sobre el segundo paquete de transferencias -con el Ingreso Mínimo Vital como gran piedra de toque- y de las garantías jurídicas para afrontar lo que se espera que sea la recta final de la pandemia.

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Urkullu y Sánchez apenas tuvieron ocasión de saludarse personalmente el viernes durante la cumbre de presidentes porque este tipo de reuniones no son el mejor escenario para conversaciones en profundidad, aunque la mera presencia del lehendakari en este foro ya fue interpretado por ambos como un gesto de distensión.

Pacto sobre impuestos

«Las relaciones siempre son más fluidas cuando hay acuerdos», reconocen desde Lehendakaritza

«Las relaciones son siempre más fluidas cuando hay acuerdos», reconocen desde Lehendakaritza, aunque las diferencias que precedieron al pacto fiscal han dejado algunas heridas abiertas tanto en Urkullu como en el PNV, que se suman a otros desencuentros similares desde que Sánchez llegó a la Moncloa. Al lehendakari no le gustó tener que salir a defenderse el mismo viernes de las críticas de otros presidentes autonómicos por las supuestas «prebendas» que consigue Euskadi en estas negociaciones contrarreloj; y en Sabin Etxea también existe malestar al ver que se cuelga a los jeltzales el cartel de «ventajistas» cuando, a su juicio, es Sánchez el que demora algunos acuerdos que son imperativos por ley.

Cuestiones pendientes

Fuentes cercanas a Urkullu recuerdan que los impuestos pactados esta semana entre ambos gobiernos no completan, ni mucho menos, los compromisos que Sánchez tiene adquiridos con las instituciones vascas, por lo que la presión para seguir avanzando en ellos se mantendrá incluso en agosto.

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Asuntos pendientes

Agosto es un mes poco propicio para negociar, pero Urkullu confía en que no se produzca un parón

«Esperemos que no haya un parón y que los ministerios y nuestros departamentos puedan seguir trabajando», indican. Pero será en septiembre cuando esas exigencias se redoblarán. «Aún están pendientes las garantías jurídicas para hacer frente a la pandemia, las transferencias previstas para el segundo bloque de traspasos, que deberían materializarse en octubre, y el reparto de los fondos europeos», que en otoño podría vivir su momento álgido. Sánchez anunció el viernes que las comunidades autónomas podrán gestionar 10.500 millones de los fondos 'Next Generation', pero desde el Gobierno Vasco reclaman mayor capacidad de decisión en el destino de esos fondos. Urkullu reclamó incluso una «consulta previa» a las autonomías sobre esta materia en la cumbre del viernes.

En Lehendakaritza confían en que el Gobierno central abra la mano a los acuerdos con el inicio del nuevo curso, sobre todo al constatar que «Sánchez tiene voluntad de continuidad» para agotar la legislatura. Un objetivo para el que necesita mantener el respaldo de sus socios preferentes -por ejemplo, para aprobar los Presupuestos de 2022-, y el presidente ya sabe que una de las exigencias del PNV para darle su apoyo será que cumpla con los compromisos que mantiene con las instituciones vascas.

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