Urdangarin ha acudido a su nuevo puesto d etrabajo por primera vez este jueves. / EUROPA PRESS

Urdangarin acude por primera vez a trabajar al bufete de abogados en el centro de Vitoria

Desde el lunes el cuñado del rey Felipe VI pernocta cuatro días a la semana en la cárcel de Zaballa

gabriel cuesta

Jueves, 4 de marzo 2021, 09:57

Iñaki Urdangarin ha acudido este jueves por primera vez a su nuevo puesto de trabajo en la Plaza de los Fueros de Vitoria, donde ya ejerce como asesor para el bufete de abogados Imaz&Asociados. Hasta allí ha llegado en su nueva bicicleta y con un maletín de mano al hombro. Las cámaras de este periódico le han captado a las 8:20 horas ataviado con un gorro granate para combatir el frío vitoriano, mascarilla FFP2, chaleco y jersey azul marino y unos pantalones marrón oscuro. Tras saludar a la prensa, Urdangarin ha necesitado un par de minutos para poder desbloquear el sistema de seguridad y entrar en el edificio donde se encuentra la sede de este despacho, con dos pisos unidos que dan a la plaza. «Quien venga a aportar siempre es bienvenido», han deslizado esta mañana fuentes del bufete a este periódico.

Publicidad

La nueva etapa profesional de Urdangarin echa a andar de esta manera en Imaz&Asociados, un despacho especializado en operaciones mercantiles, tributarias y laborales. Allí realizará labores de consultor y administrativas, lo que le permitirá reducir sus tiempos de condena real. Alternará, además, el teletrabajo con la asistencia presencial, según detalla ABC. Una modalidad mixta que le permite acudir solo al despacho algunos días, sin precisar cuáles de la semana en concreto. En el portal ha sido habitual ver estos días a fotógrafos y periodistas locales y procedentes de Madrid aguardar para conseguir esta primera imagen laboral de Urdangarin.

La nueva vida del cuñado de Felipe VI en Vitoria empezó hace unos días. El cuñado de Felipe VI, condenado a cinco años y diez meses de cárcel por el 'caso Nóos', pasó el lunes su primera noche en el módulo residencial para internos en régimen abierto de la cárcel alavesa de Zaballa. Lo hizo en una celda individual de trece metros cuadrados, su nuevo hogar cuatro noches a la semana. Las tres restantes pernocta en el domicilio de su madre, Claire Liebaert, en una exclusiva zona residencial.

Urdangarin siguió estos días el mismo protocolo que cualquier otro nuevo interno en tercer grado, en Zaballa, un penal situado a poco más de diez kilómetros de Vitoria. El lunes fue informado de las normas y de sus obligaciones. Su único privilegio respecto a los otros seiscientos reclusos –de los que diez deben volver a diario a prisión– es que sus horarios variarán cada jornada por una cuestión de seguridad. De hecho, el pasado lunes esquivó a la prensa cuando abandonaba a la mañana Zaballa tras conocer sus condiciones. Se supone que iba tumbado en la parte trasera de un Skoda gris para eludir el enjambre de cámaras y fotógrafos que le aguardaban en la única carretera de acceso.

Desde el domingo en Vitoria

A causa del Covid-19, el número de presos en tercer grado que deben regresar cada noche a Zaballa se ha reducido drásticamente. Instituciones Penitenciarias, en una maniobra para intentar limitar al máximo el riesgo de contagio, ha concedido hasta casi un centenar de pases de régimen abierto y control telemático. Estos reclusos no van al centro penitenciario, aunque están localizados por una pulsera electrónica, por teléfono o deben presentarse periódicamente en las instalaciones penitenciarias. Urdangarin aspira a lograr este estatus, lo que le permitiría residir junto a su familia. Fuentes penitenciarias apuntan a «finales de año» para que le sea concedido.

Publicidad

Urdangarin llegó el domingo a Vitoria. Aún sigue siendo miembro de facto de la familia real pese a que le fue retirado el título de duque de Palma hace seis años por su actividad delictiva. Pasadas las doce del mediodía del domingo accedió a la urbanización donde reside su madre, frente al parque del Prado, escondido en el asiento de atrás de la furgoneta conducida por su cuñado y con su hermana pequeña de copiloto. «Le cuesta un poco volver a la normalidad y a la realidad, pero poco a poco», contaba este martes su madre, Claire Liebaert, durante un paseo. Aunque ya el pasado sábado algunos testigos aseguraron haberle visto en bici por la Avenida de Gasteiz a media tarde, lo cierto es que el lunes, a las 13.30 horas, adquirió una en una conocida tienda cercana paralela a esta arteria de Vitoria. Hoy ha acudido en ella para dar las primeras paladas en el bufete.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad