Un tiempo para sembrar pactos difíciles
El año 2025 se presenta cargado de retos en la política vasca. La mayoría absoluta PNV-PSE permitirá al lehendakari Imanol Pradales disponer de un Presupuesto de marcado acento social, orientado hacia la mejora de los servicios públicos. Su primer desafío pasa por implementar las conclusiones del nuevo pacto para mejorar Osakidetza y corregir las disfunciones en la Sanidad pública vasca, sobre todo en la atención primaria y la falta de médicos, en especial de especialistas. El consejero de Salud, Alberto Martínez, un doctor formado en Cruces, será el responsable de conducir la nave a buen puerto y lograr un acuerdo que tiene como elemento más complejo la consecución de un pacto que implique también a los sindicatos. Se trata de acordar medidas eficaces para invertir en el plazo más breve posible una inercia negativa. La clave en una inyección extraordinaria de recursos públicos.
Publicidad
Otro de los debates que flota en el ambiente y que podría cristalizar este año es el de la fiscalidad. La pregunta es si existen ingredientes para alumbrar un acuerdo de esta naturaleza, lo que induce a pensar que el eje izquierda-derecha, con sus lógicos límites, empiesa a ganar terreno en una Euskadi pertinazmente orientada jacia la cuestión identitaria.
En el plano sectorial, Pradales también quiere hilvanar una respesta a la grave problemática de la vivienda, convertido en uno de los asuntos estrella de la legisalatura. Este asunto va a requerir una mayor colaboración público-privada para encontrar un cauce de seguridad jurídica. Y que, aunque en primera instancia se ponga el foco en las declaraciones de zonas tensionadas para bajar los precios de los alquileres, se van a necesitar estrategias más transversales que necesitan largo plazo para madurar y dar frutos. Y, de entrada, liberar suelo hasta ahora acogotado por una legislación urbanística muy rígida.
El debate sobre el estatus y la reforma estatutaria se produce en el momento de menor pulsión identitaria
La principal asignatura pendiente será el debate sobre el nuevo estatus de autogobierno, que actualice el actual Estatuto de Autonomía, una opperación sumamente complicada que pasaría, primero, por el cumplimiento pleno y leal del de Gernika.
La principal filigrana de Pradales pretende que los partidos que impulsaron el consenso del Estatuto en 1979 mantengan su respaldo, pero, ma la vez, incopore el acuerdo de la izquierda independentidta que no fue entonces posible porque pesaba el rupturismo del MLNV y ETA deslegitimaba el consenso estatutario como una de las herencias de la reforma política que rechazaba al comienzo de la Transición por considerar que consagraba «la partición territorial de Euskal Herria».
Publicidad
El pacto sobre el nuevo estatus tendrá que explorar si es posible un nuevo entendimiento histórico que permita profundizar el autogobierno vasco sobre la base de los derechos históricos, la foralidad y la singularidad, pero, a la vez, sin romper el modelo autonómico. Se trata de un difícil equilibrii de posiciones en el el nacionalismo pugna por un nuevo marco. El derecho a decidir, una reivindicación abertzale, suscita el rechazo de los no nacionalistas, que se oponen a fragmentar la soberanía estatal. Sin embargo, queda margen de maniobra para fijar nuevas garantías que blinden las competencias y, a su vez, permitan un mayor protagonismo vasco en las instituciones de la Unión Europea o, incluso, en determinadas competiciones deportivas internacionales. Esta pantalla, el de la visualización del deporte de élite en el ámbito internacional, se convierte en uno de los escaparates más visibles en los que está interesado el nacionalismo. El contexto es el de un enfriamiento de la pulsión independentista.
En el plano más estrictamenbte político, el PNV deberá elegir un nuevo Euskadi Buru Batzar que permita esclarecer definitivamente el futuro de Andoni Ortuzar después de tres mandatos de cuatro años cada uno. Los jeltzales deben asimismo trzar una estrategia político para los próximos años. A su vez, EH Bildu deberá confirmar el liderazgo de Arnaldo Otegi al frente de esta formación y asentar su estrategia posibilista, que tiene como principal referente a Pello Otxandiano. Y el PSE refrendar a Eneko Andueza con su apuesta por recuperar el liderazgo político.
Publicidad
Si la política vasca transita por un terreno de evidente apaciguamiento, que contrasta con el pasado traumático heredado de la violencia terrorista y una dinámica cerrada de bloques, la española se sitúa en las antípodas, marcada en este momento por el ruido, la hiperventilación, el simplismo, la hipérbole y una irrefrenable tendencia hacia la polarización de posiciones que ha erosionado el consenso constitucional.
Podemos se ha convertido en el verdadero talón de Aquiles del Gobierno de coalición
El presidente Sánchez se moverá en un estrecho margen en busca de un nuevo Presupuesto., Lo va a tener muy complicado, sobre todo, por las elevadas condiciones que van a fijar algunos de sus teóricos aliados, como Junts y Podemos, que yan dicho que si Sánchez no 'mueve' determinadas posiciones ni siquiera van a sentarse a negociar. Ambos partidos, por razones bien diferentes, sostienen que Sánchez ha incumplido sus compromisos y no merece la confianza. El primero, Junts, se ve condicionado por la situación del expresident Puigdemont, que debería beneficiarse de una Ley de Amnistía boicoteada por cierto sector de la Judicatura pese a haberse convertido en una ley aprobada por el Congreso. Los segundos, los de Podemos, se ven condicionados por la pugna existencial que en la actualidad libra la formación morada en el seno de la izquierda de la izquierda, sobre todo con Sumar. La conclusión estratégica a la que ha llegado Podemos es que tras su 'expulsión' del Gobierno –inducida, en su opinión por las élites del poder económico– su proyecto debe radicalizarse pàra diferenciarse con mayor nitidez de la socialdemocracia. Así quiere contrarrestar la tentación que tiene Sánchez de polarizar siempre con Vox para rentabilizar el 'relato' desde el centroizquierda, que, en su opinión, conduce a la irrelevancia a los socios del presidente.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión