El líder de Sortu dice que la muerte de Troitiño lo convierte en una «víctima» de las cárceles

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, exigió ayer la libertad de los presos enfermos y el final de la polítuica penitenciaria de excepción con los internos condenados por delitos de terrorismo después de visitar en el tanatorio de Irun la capilla ardiente de Antton Troitiño, un histórico recluso miembro de ETA que falleció el viernes a los 64 años víctima de un cáncer después de que permaneciera en libertad condicional desde el mes de enero para poder recibir tratamientos paliativos. Había estado 28 años en prisión y llevaba ya tiempo enfermo.

La izquierda abertzale reaccionó ayer ante la muerte de Troitiño con mensajes de recuerdo y con los clásicos reproches a la política penitenciaria del Estado. Sortu, uno de los partidos integrantes de la coalición EH Bildu, publicó tras su muerte un tuit con la imagen de Troitiño y acompañado del lema «¡Política carcelaria asesina!».

«La paz y la convivencia exigen también el cese inmediato de la política de prisiones excepcionales que sigue provocando sufrimiento y muerte aquí y ahora. ¡Es suficiente! ¡Los queremos en casa y vivos!», tuiteó. En un video, señaló también que Troitiño se ha convertido en una nueva víctima de la política penitenciaria. «Es tiempo de reparar a todas las víctimas y es tiempo de vaciar las cárceles», aseguró Rodriguez.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, también quiso valorar el hecho. «Adiós Antton. Abrazos a familiares y amigos», tuiteó el coordinador de la formación soberanista en un mensaje en el que decía, también, que «la convivencia exige un horizonte en el que las cárceles y los presos desaparezcan definitivamente de la ecuación política vasca».

Troitiño fue arrestado en enero de 1987 junto a otros históricos del comando Madrid y excarcelado en abril de 2011 en aplicación de la conocida como «doctrina del doble cómputo penal», una decisión revocada días después, aunque Troitiño huyó a Londres.

Tras su extradición en mayo de 2017, Troitiño volvió a ser condenado en marzo de 2018 a 5 años, 11 meses y 29 días de prisión por reintegrarse en ETA. El pasado mes de enero el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional acordó su puesta en libertad condicional para facilitar el tratamiento de quimioterapia que necesitaba, que el recluso había abandonado.

En la larga lista de atentados atribuidos a Troitiño figuran, además del cometido en la Plaza de la República Dominicana, otros como los dos crímenes en los que participó en 1986. En abril de ese año ETA colocó un coche bomba en Madrid que estalló al paso de un vehículo de la Guardia Civil. Fueron asesinados cinco agentes. En junio el comando del que formaba parte ametralló un vehículo del Ejército matando a un soldado, a un teniente coronel y al comandante Sáenz de Ynestrillas. Por ambos atentados la Audiencia Nacional le condenó a 378 y 348 años de cárcel, respectivamente.

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