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Miembros de la Gazte Asanblada de la Parte Vieja, el lunes pasado.

Los dos sectores de jóvenes radicales mantienen la tensión entre acusaciones

Ernai opina ante las últimas agresiones que «la violencia organizada contra el movimiento popular no tiene justificación alguna»

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 9 de junio 2022, 06:39

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Las espadas siguen en alto. Las dos facciones de jóvenes radicales enfrentados en los últimos días mantuvieron ayer la tensión en medio de duras acusaciones mutuas. Los incidentes del fin de semana –con agresiones entre ambos sectores en San Sebastián– han avivado este clima enrarecido que preocupa de cara al verano, ya que está en juego el espacio público y la hegemonía en el mundo juvenil. No obstante, la confrontación viene de hace tiempo y se hace particularmente visible en determinados municipios.

Los jóvenes de Ernai, la organización juvenil de Sortu, salieron ayer al paso de las informaciones de los últimos días. Manu Martínez, Txomin Aiartza y Ane Álava, en nombre de este colectivo, publicaron un artículo de opinión en el diario Berria el que acusaron directamente a GKS de haber querido robar material del antiguo gaztetxe de la calle Kanpandegi, en la Parte Vieja, y de «atacar de forma organizada el barrio y golpear a los vecinos» en la tarde noche del sábado. La versión de GKS es diametralmente opuesta.

Los firmantes de Ernai son tajantes y son muy duros al señalar que ha sido ese entorno de GKS el responsable de «los ataques con amenazas y palizas» al movimiento popular, «con la violencia organizada para doblegarnos a sus propias y particulares aspiraciones políticas».

GKS asegura que «la izquierda abertzale quiere negar nuestra existencia» y le acusa de «intoxicar» y «difundir mentiras»

Los miembros de Ernai censuran con severidad que GKS no quiere responsabilizarse de los robos y las palizas que se han registrado en los últimos días. «Es inadmisible el uso de la violencia organizada contra el movimiento popular, y más grave aún, es el relato y el discurso que están utilizando tratando de sacar rédito político de estos hechos», señalan en su escrito.

En ese sentido, consideran que GKS ha entrado en «una estrategia de desgaste» de la izquierda abertzale al interpelar directamente a EH Bildu y a Sortu a la hora de buscar la reconducción de las actuales diferencias y buscar una solución.

Según Ernai, GKS utiliza «el pretexto de la bandera del comunismo» para «reforzar su corporativismo y utilizar sus comportamientos contra los vecinos que trabajan, en este caso en la Parte Vieja. La violencia organizada no tiene justificación alguna».

«Campaña de intoxicación»

La versión del Movimiento Socialista, donde se encuadra GKS, es diferente. En una entrevista radiofónica, el portavoz de este colectivo, Manex Gurrutxaga, volvió ayer a acusar a la izquierda abertzale de proyectar una campaña de desprestigio contra ellos desde hace tiempo. «La izquierda abertzale quiere negar nuestra existencia», señaló. En el caso de los últimos incidentes en la capital donostiarra, Gurrutxaga aseguró que «nos han querido destrozar moralmente», dijo, «mintieron, acosaron a nuestros militantes, difundieron memes y burlas».

El portavoz de GKS se muestra particularmente crítico por la exclusión de su colectivo de las txosnas de verano en Vitoria, Lazkao, Hernani y Lesaka, y enmarcó esta decisión en una campaña de hostilidad y de marginación contra ellos que viene de lejos.

Gurrutxaga denunció, en ese sentido, la «intoxicación y las mentiras» desplegados contra ellos. GKS censuró también el acoso violento, la existencia de despidos laborales a sus simpatizantes, el acoso a estudiantes de Ikasle Abertzaleak, y el «hostigamiento» en las redes. Asimismo, GKS ha respondido este jueves a las acusaciones de Ernai con otro artículo de opinión publicado en el mismo diario en el que denuncian incluso de «amenazas de muerte».

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