Mikel Torres, en los jardines de Alderdi Eder, en San Sebastián. Sara Santos

Mikel Torres

Vicelehendakari segundo y consejero de Empleo (PSE)
«Sánchez quiere completar el Estatuto aunque se tarde ocho meses más»

El vicelehendakari socialista asegura que pese a las «diferencias» que puedan existir entre PNV y PSE, el 54% de los compromisos de la coalición «ya se han puesto en marcha»

Alberto Surio

San Sebastián

Domingo, 27 de julio 2025, 02:00

Mikel Torres (Portugalete, 1970) afronta el primer año de coalición PNV-PSE convencido de que ofrece estabilidad en un escenario marcado por múltiples incertidumbres. «Diferencias ... siempre van a existir, pero cuando afloran, las hablamos y las arreglamos rápidamente», asegura sin ocultar un punto de nostalgia de su época de alcalde.

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– Tras los roces de los últimos meses, ¿cómo llega la coalición PNV-PSE a su primer año de gobierno?

– Con un balance, sin duda, satisfactorio. Hay una relación de trabajo correcta en lo político, en lo laboral y en lo personal. Indudablemente, a veces discrepamos: es normal, somos dos partidos distintos. Diferencias siempre van a existir, por eso tenemos un acuerdo de gobierno que es lo que nos une para el bien del país. Cuando aflora alguna discrepancia les toca a Eneko Andueza y a Aitor Esteban resolverla. Muchas veces les ha tocado encauzarla de una forma un tanto crispada, pero a la hora de la verdad se ha logrado arreglar. Y en lo institucional nos toca al lehendakari y a mí, personalmente. En este primer año hemos puesto en marcha ya más del 54% de los compromisos e iniciativas que nos habíamos marcado.

– ¿Se discute mucho de política en el Consejo de Gobierno?

— Se discuten todas las iniciativas políticas en lo que corresponde al Gobierno Vasco pero, sobre todo, hablamos mucho de política española. Nos interesa que haya estabilidad en el Gobierno central para que a nosotros nos vaya bien.

– El 30 de junio, Santos Cerdán ingresó en prisión como presunto jefe de una trama de mordidas. ¿Usted conocía a este dirigente del PSOE?

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– Sí, sí, por supuesto, era nuestro secretario de Organización.

– Se le vio muy afectado por el tema. ¿Le ha tocado mucho?

– Sí, yo sentí una mezcla de tristeza, de rabia y de vergüenza. Tristeza porque hace muchísimo daño a la historia de un partido de más de 145 años, a los militantes, hombres y mujeres que nunca jamás hubieran pensado que eso podía ocurrir a ninguna persona del Partido Socialista, y porque está claro que nuestra formación es honrada y está formada por hombres y mujeres que han trabajado siempre con honestidad. Rabia porque no hemos podido detectarlo. No lo hicimos a tiempo. Y vergüenza por las actitudes machistas que se han escuchado en determinadas conversaciones que hacen mucho daño a nuestro partido.

El euskera

«No estamos en ninguna cruzada contra el euskera, pero en el tema lingüístico se ha forzado la máquina»

– ¿Ha escuchado los audios?

– Son terribles. Al final, no te lo puedes esperar y hace daño a la columna vertebral de nuestro partido, que es la honradez y, sobre todo, también al feminismo. Yo creo que hemos actuado con contundencia. No tengo ninguna duda de que tanto el presidente del Gobierno como el PSOE son íntegros.

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– ¿Qué ha fallado?

– El control interno de no detectar a tiempo esta situación.

– ¿Con la gravedad de este escándalo va a poder el PSOE recuperar la credibilidad perdida?

– Confío no solo en que podamos recuperar no la credibilidad perdida sino también en poder seguir un poco la línea de trabajo que veníamos realizando. La confianza se va recuperando con el tiempo.

La estabilidad

«Para que en Euskadi nos vaya bien necesitamos también que haya estabilidad en el Gobierno de España»

– ¿Cómo valora el presunto caso de corrupción que salpica de lleno al exministro Montoro y a su equipo en el Ministerio de Hacienda?

– Es una corrupción de guante blanco. Usar a los grandes lobbies del Estado en coordinación con las empresas y cambiar las leyes para que las grandes empresas paguen menos me parece gravísimo. La distinta forma de reaccionar es elocuente.

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– ¿Por qué?

– Nosotros reaccionamos de forma contundente: asumimos el 'mea culpa' en un primer momento y tomamos iniciativas. Pero parece que el tema de Montoro es una cosa que pasó hace años, que no va con el PP. Parece que ni el ministro fue suyo. La gente está viendo claramente cómo actúan uno y otro.

Yolanda Díaz

«Las reticencias del Ministerio de Trabajo en la última transferencia han sido fruto de una circunstancia política»

– En relación a las transferencias, usted dijo que la botella estaba medio llena tras la última reunión de la Comisión de Cooperación. ¿No sabe a poco ese resultado?

– Fue una reunión muy productiva, con nuevas transferencias, y abordamos temas como las conexiones eléctricas, los fondos europeos, la inmigración, el euskera y el arco atlántico. Salimos con acuerdos, con compromisos y luego, sobre todo, lo que más aprecié es la buena relación entre el lehendakari y el presidente. Y muy buena disposición por parte de Sánchez en completar las transferencias del Estatuto. Lo importante no es si tardan seis meses u ocho meses más sino que hay un compromiso de Sánchez para llevarlas adelante.

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– ¿Se va a completar de verdad el Estatuto? Llevamos 40 años esperándolo...

– Completar el Estatuto no es fácil porque la verdad es que ha habido muchísimos años con una sensación de no querer colaborar. Desde que está Sánchez, casi entre 15 y 20 transferencias ya se han ejecutado. Son acuerdos complicados que exigen hilar fino, hay personas, funcionarios de por medio y situaciones complicadas como el tema de la Seguridad Social para que nadie pueda poner un recurso de inconstitucionalidad, por ejemplo.

– ¿Ha sido un obstáculo la posición del Ministerio de Trabajo?

– Las reticencias han sido fruto de una circunstancia política. Ellos (el Ministerio de Trabajo) no habían trabajado suficientemente el tema y no creían que era el momento de realizar ningún tipo de avance.

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– Con lo que está costando completar el Estatuto, ¿estamos en condiciones de abrir el melón del nuevo estatus?

– La posición del Partido Socialista es la más clara de todos los partidos. Teníamos un acuerdo ya en torno al 95% de un nuevo Estatuto y un 5% de diferencias. Si apostamos por esto último a la hora de alumbrar un nuevo estatus o profundizar más en lo que es la autodeterminación o la independencia, pues es un debate que nos va a estancar. Hay que pensar que en el siglo XXI lo importante no es si somos o no una nación, sino cómo podemos vivir en una sociedad con iguales derechos, independientemente de cómo pensamos.

Los salarios bajos

«Es un problema grave, ligado al coste de la vivienda, y obliga a que jóvenes tengan que marcharse de Euskadi»

– ¿Hay mimbres para llegar a un nuevo acuerdo estatutario?

– Por parte del Partido Socialista, sí. Tenemos las cosas claras y, sobre todo en ese sentido, la ponencia de autogobierno es la base de ese acuerdo, que para nosotros se ha trabajado muy bien y con muy buenos contenidos. Desde el primer momento hemos puesto la línea roja en el derecho a decidir. No se puede romper la Constitución. La actualización de la autonomía no es para profundizar en el tema de autodeterminación o en el derecho a decidir, sino para dotarnos de nuevos derechos de ciudadanía.

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– El nacionalismo pide reconocer la identidad nacional vasca.¿Comparte esta premisa?

– Nosotros siempre hemos dicho que el término nación no es un problema tal y como nosotros entendemos dicho término en función de lo que son los temas históricos, lingüísticos, culturales, etc. Y, por tanto, ese criterio de nacionalidad ya lo establecen la Constitución y el Estatuto. Otra cosa es interpretar la nación como paso hacia la autodeterminación. Por ahí no pasamos.

– Se trata, dicen los nacionalistas, de buscar nuevas garantías para blindar el autogobierno. ¿Le parece bien?

– Efectivamente. Yo creo que completar el autogobierno y dotarlo de más garantía jurídica y más derechos para todos los ciudadanos es el gran objetivo. Si alguien busca otra cosa, vamos a chocar.

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Euskera y líneas rojas

– ¿Cómo están chocando en el tema del euskera, por ejemplo?

– Ahí no vamos a abrir nunca ninguna cruzada en contra del euskera. Es un patrimonio histórico, cultural y, sobre todo, lingüístico. Pero también tenemos que ser conscientes de cuál es la sociedad y cuál es la realidad sociolingüística. Por tanto, hay que lograr no imponer nada a nadie y buscar un equilibrio entre los derechos lingüísticos y los derechos laborales para intentar que nadie se sienta excluido de una posible incorporación a un mercado laboral. Todas las sentencias que están saliendo ahora van dando la razón a las personas o los sindicatos que han recurrido a las instituciones. De alguna forma, los fallos establecen que los perfiles que se están estableciendo son abusivos y no respetan esa igualdad. Tenemos un acuerdo de gobierno en el que se establece en su artículo 44 cuál es la política que tenemos que realizar. De ninguna forma nosotros vamos a cruzar líneas rojas. Lo sabe perfectamente el PNV. Tendremos diferencias y habrá que saber cómo salimos de esos desencuentros.

– ¿Cree que desde las instituciones vascas se ha forzado un poco la máquina en este asunto del euskera?

– Sí, está claro que se ha forzado la máquina. El Partido Socialista no votó la ley de instituciones locales por el tema del euskera y el desarrollo de esa ley nos ha venido a dar la razón. Ahora habrá dos proposiciones de ley presentadas en el Parlamento, una de EH Bildu y otra del PNV, que no van en la línea que al Partido Socialista le gustaría. Veremos si somos capaces de llegar a un acuerdo.

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– ¿Vislumbra un conflicto lingüístico en el horizonte?

– Yo espero que no, pero no solo depende de la actitud del Partido Socialista. Siempre hemos dicho que tenemos la mano tendida para dialogar y para hablar, pero tampoco podemos pasar por determinadas líneas rojas que supongan una discriminación en el acceso a los puestos de trabajo de la Administración Pública. Hay que buscar el equilibrio sí o sí.

– Respecto a la conexión del TAV con Navarra, ¿Ezkio o Vitoria?

– Esperaremos a ver lo que dicen los informes geotécnicos. No me puedo decantar por una o por otra alternativa. No me corresponde.

– ¿La preocupa la inseguridad ciudadana?

– Me preocupa la inseguridad ciudadana dependiendo en qué sentido, cuándo y cómo. En Euskadi no hay una sensación de inseguridad, es una tierra en la que vivimos relativamente seguros. Creemos que tenemos una buena policía autonómica, una buena policía local. Me preocupa la inseguridad ciudadana en algunos aspectos, como lo que hemos visto el fin de semana pasado en Azpeitia, donde más de 100 chavales increparon e intentaron linchar a policías locales y ertzainas.

– ¿Cómo valora la respuesta de EH Bildu a los incidentes de Vitoria, que ha puesto el foco en la falta de 'proporcionalidad' en la actuación de la Ertzaintza?

– Me sumo a la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, para mostrar mi más rotundo rechazo y condena y expresar mi apoyo a los policías que han resultado heridos. Tanto los incidentes como la no condena de EH Bildu son una muestra más de la voluntad de unos pocos de querer retroceder a otros tiempos y no ser capaces de soltar lastre del pasado. Y ello no hace sino ensanchar la brecha entre esta formación y el resto del arco político vasco por las lecturas diametralmente opuestas que se están realizando sobre los hechos. Tolerancia cero a estas actitudes y comportamientos violentos.

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– ¿Sánchez va a aguantar hasta 2027 incluso sin Presupuestos Generales del Estado?

– Todos conocemos la resiliencia que tiene el presidente para aguantar. Él quiere seguir adelante e intentar cumplir los compromisos que tenía en el acuerdo de Gobierno. Es complicado. Se puede seguir avanzando sin Presupuestos, pero es más importante avanzar con leyes aprobadas en el Congreso. Por lo menos hay que seguir legislando y aprobando leyes. Salvo a PP y Vox, interesa a todos los demás.

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