Un día para recordar a Juan Mari
Familia y amigos homenajean al exgobernador civil socialista de Gipuzkoa asesinado por ETA | Su viuda, Maixabel Lasa, su hija y nietas participan en Legorreta en el acto por el 18 aniversario del atentado que segó su vida
Hace 18 años ETA asesinó a Juan Mari Jáuregui. El 29 de julio del año 2000 el socialista y exgobernador civil de Gipuzkoa fue abatido a tiros en el céntrico restaurante Frontón de Tolosa. Ayer, como cada uno de estos últimos 18 años, su viuda, Maixabel Lasa, y su familia le recordaron en la intimidad con una excursión al monolito de Burnikurutzeta que sus amigos levantaron en su memoria, y una ofrenda floral y una comida en Legorreta. Una jornada protagonizada por su gente. Amigos de Tolosa y otros que el «hombre bonachón, bromista y campechano que era Juan Mari», como le definen, hizo en sus años de político.
«Desde hace tiempo, este encuentro de los que fuimos sus amigos ya no tiene carácter público. Preferimos hacerlo así, con la gente que de verdad le queríamos, sin cámaras ni fotógrafos», confesó a este periódico Joxemari Villanueva, el organizador del encuentro, que ayer reunió a cerca de cien personas.
Los diputados forales socialistas Denis Itxaso y José Ignacio Asensio; la alcaldesa de Legorreta, Zelai Amenabarro; familiares de Jose Luis López de Lacalle y de Gómez Elosegi, psicólogo de la cárcel de Martutene, ambos también víctimas de ETA, y la directora de cine Iciar Bollaín -que estudia la posibilidad de realizar un documental sobre la figura de Juan Mari-, fueron algunos de los que se dieron cita para homenajear «a un vasco hasta la médula, emprendedor y con una humanidad desbordante, que no conocía el miedo», recordaron.
Un centenar de personas se reunió en Burnikurutzeta, el monolito que sus amigos levantaron en su memoria
Denis Itxaso se refirió a su compañero socialista como «un referente ético y luchador por la libertad»
Ayer en Legorreta estaba confirmada la presencia del preso de ETA, Ibon Etxezarreta, uno de los condenados por asesinar a Jáuregui. Sin embargo, a última no pudo acudir, como anteriormente lo había hecho en dos ocasiones. A punto de conseguir su semilibertad, el recluso de la vía Nanclares pidió perdón en 2014 a su viuda a través de una carta.
Jáuregui tenía muchos amigos en la política, muchos de ellos nacionalistas. Nunca rompió el diálogo con la gente de HB, ni en los peores momentos. Un socialista contrario a la política de frentes y abierto a tender puntos de encuentro. Sus compañeros de partido le dedicaron ayer en Legorreta unas palabras. Itxaso se refirió a él como «un referente ético y un luchador por la libertad». El discurso de Asensio fue más íntimo. Eran amigos. De hecho, el día del asesinato iban comer juntos.
Su viuda, 'Marixabel' o 'India', como él le llamaba, pasó el día como pudo y como lo que es: 18 años sin él. «Intentando llevarlo de la mejor manera posible. Son días raros», confiesa cada año en estas fechas dolorosas. Echa de menos a su compañero y amigo. Ayer fue un día amargo, pero reconfortante a la vez, junto a su hija, María, y sus nietas, Nerea y Leire. Un día que terminó en torno a una sobremesa tras la excelente comida servida por Roberto Ruiz, el chef del Frontón de Tolosa, que también fue íntimo amigo de Jáuregui, y que en esta ocasión cocinó en los fogones de la sociedad Bilkoin de Legorreta.