¿Dónde quedó la cogobernanza?
El foco ·
La pandemia, que ya discurre por la quinta ola en pleno verano, está haciendo estragos en la relación del Gobierno central con los ejecutivos autonómicos, ... después de que Pedro Sánchez acuñara en los inicios del Covid el término 'cogobernanza' para sofocar el malestar que el mando único de la Moncloa provocó al inicio de la crisis sanitaria en los dirigentes autonómicos. Resulta decepcionante cómo, después de 17 meses con la sociedad embozada en una mascarilla y con sus hábitos restringidos para evitar ser infectado por el maldito patógeno, la sensación de desbarajuste persista en el escenario de la gestión pública. No deja de ser desesperante contemplar una descoordinación cronificada y grandes dosis de impericia en la búsqueda de soluciones. Aún está reciente el 9 de mayo, fecha en la que Sánchez decidió cortar por lo sano con el estado de alarma, ahora cuestionado por el Tribunal Constitucional. El presidente, que justificó su decisión en que había vacunas suficientes para lograr la inmunidad de rebaño en agosto, no ofreció una mínima alternativa u opción legal para aquellas comunidades que necesitaban una herramienta jurídica, véase Euskadi. Y de esos vientos, estos lodos. Moncloa mandó a las comunidades a que recurriesen a sus tribunales para que avalasen las restricciones y en la actualidad el lío jurídico es tan descomunal que precisa de una solución urgente y eficaz para cortar de raíz esta alarmante hemorragia de la confusión. ¿Dónde quedó la cogobernanza? Esa pregunta se la estará haciendo el propio Urkullu al ver cómo el presidente Sánchez no le contesta a sus requerimientos epistolares ante los efectos de la quinta ola en Euskadi, que, además, le obligan a hacer malabarismos lingüísticos para que sus decretos tengan apariencia restrictiva tras los varapalos judiciales encajados con anterioridad.
El lehendakari, que no disimula su enojo por la silenciosa actitud de Sánchez, medita acudir a la Justicia para que sus medidas -hasta ahora tumbadas- tengan la protección jurídica para frenar con eficacia los embates de esta crisis. Y si fuera necesario, debería hacerlo. Mientras, Sánchez, tendrá que hacer examen de conciencia por 'olvidarse' de la cogobernanza y por no haber evitado un incendio autonómico que, si no lo sofoca, le debilitará en los primeros compases de su renovado Gobierno. La conferencia de presidentes del viernes puede dar más de un susto. Al tiempo.
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