PSOE y EH Bildu normalizan un canal de diálogo tejido durante años con discreción
Santos Cerdán e Iván Redondo, principales avalistas de la nueva estrategia impulsada por el presidente del Gobierno en funciones
El deshielo en las relaciones parlamentarias entre el Partido Socialista y Euskal Herria Bildu normaliza un canal de diálogo mantenido en los últimos años ... con una considerable discreción. El presidente en funciones y previsible candidato a la investidura, Pedro Sánchez, anunció el miércoles que el PSOE hablará con todos los grupos políticos del Congreso, lo que incluye a EH Bildu en la ronda que en los próximos días llevará a cabo la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, para calibrar la disposición de las fuerzas políticas de la Cámara a forjar una mayoría suficiente que permita la elección del aspirante socialista. El anuncio es un movimiento estratégico porque es la primera vez que el socialismo español reconoce oficialmente la interlocución con la izquierda abertzale en el Congreso.
En la práctica, ambas formaciones mantienen un canal de diálogo hace tiempo, sobre todo en el País Vasco, aunque siempre ha estado protegido por una considerable discreción para evitar que fuera utilizado por la derecha como ariete de confrontación. Con anterioridad a esta última iniciativa de Pedro Sánchez, la dirección del grupo parlamentario del PSOE ya ha sondeado a los diputados de la izquierda independentista vasca sobre su disposición ante una eventual investidura. Sus cinco votos no son necesarios para elegir a Sánchez, pero pueden ser importantes a la hora de fraguar determinados acuerdos durante la legislatura. El último encuentro parlamentario tuvo lugar la semana pasada. Los contactos han sido habitualmente desmentidos por ambas formaciones políticas.
Las claves
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Discreción El último encuentro oficioso entre los socialistas y EH Bildu se celebró la pasada semana
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Reacción La izquierda abertzale valora el gesto de Sánchez y sostiene que mantenerel veto era «ridículo»
La luz verde de Pedro Sánchez no ha sido sencilla ya que en la dirección socialista se ha librado en las últimas semanas un soterrado debate sobre el desgaste que puede implicar una normalización de relaciones con EH Bildu, que el PSE reconoce con naturalidad pero que suscita mayores reticencias en otras federaciones territoriales del partido. El PSOE sabe que esta comunicación puede reabrir un nuevo frente sensible de oposición con los partidos del centro-derecha.
Fuentes de La Moncloa destacan el papel del director de gabinete de Sánchez, el donostiarra Iván Redondo, a la hora de defender ante el presidente en funciones la apertura del abanico de los contactos a todas las fuerzas. El contexto español también ha cambiado y la negociación abierta con Esquerra Republicana empieza a trastocar algunos esquemas.
El PSOE necesita jugar todas las cartas para evitar que el bloqueo se prolongue. Una apertura del diálogo a todas las sensibilidades, según se interpreta en La Moncloa, puede permitir superar determinados «marcos simbólicos y pasar de pantalla en España». Y encierra un mensaje claro de cambio estratégico que puede tener recorrido a medio plazo: «Hablar con todos, de Vox a EH Bildu, tiene una gran fuerza para reforzar al PSOE como 'partido-alfa' colocado en la centralidad, sobre todo a la hora de proyectar un proyecto renovado, plural e integrador de España».
La imagen de Chivite
Un dirigente del PSOE que también ha apostado por el deshielo es el navarro Santos Cerdán, secretario de Coordinación Territorial de la Ejecutiva Federal. En las últimas semanas se había dado también un paso con la imagen de la primera reunión entre la presidenta socialista de Navarra, María Chivite, y el grupo parlamentario de EH Bildu en la Cámara foral para abrir una negociación sobre el presupuesto. Cerdán -que ha actuado de enlace entre La Moncloa y la dirección federal del PSOE- se ha empeñado de lleno para lograr la investidura de Chivite gracias a la abstención de los siete parlamentarios de EH Bildu.
Fuentes de la izquierda abertzale admitieron ayer la importancia del gesto de Pedro Sánchez. En medios del grupo parlamentario de EH Bildu en Madrid se señala que mantener la incomunicación «era ridículo, sobre todo para los socialistas» con los que, apuntan, existen contactos desde la época de Alfredo Pérez Rubalcaba. «Si desde entonces nos reuníamos, es absurdo que se mantuviera el veto a quienes apoyaron la moción de censura», se esgrime. La decisión, ahora, pasa por elegir quiénes serán los interlocutores de la coalición soberanista en la cita con Lastra. La portavoz del grupo abertzale es la diputada guipuzcoana Mertxe Aizpurua.
Estas conversaciones tienen como histórico antecedente el diálogo del entonces presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y el líder de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi en el caserío Txillarre de Elgoibar en 2000, aún con el trasfondo del terrorismo de ETA en activo. Ambos llegaron a reunirse hasta en 25 ocasiones.
La primera reunión pública entre el PSE y Batasuna se produjo en 2006 y fue autorizada por el magistrado Baltasar Garzón. El primer encuentro oficial entre la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, y Otegi, ya como líder de EH Bildu, se llevó a cabo en la sede del PSE de Bilbao en 2016.
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