El PNV estrena un movimiento para renovar su imagen y competir por el poder local
No se trata solo de frenar el avance de EH Bildu sino de contrarrestar posibles listas locales alejadas de la política tradicional
Las elecciones municipales de San Sebastián en mayo de 2027 se antojan como un pulso muy apretado y reñido por la Alcaldía de la ciudad. ... La decisión de Eneko Goia de no continuar como candidato y dar paso a un relevo después de tres legislaturas condicionará los movimientos de los rivales. San Sebastián, la ciudad más compleja que ha tenido alcaldes de casi todos los partidos –PNV, PSE, EA y EH Bildu– puede convertirse en un laboratorio en el que se ensayen futuras alianzas en el rompecabezas vasco.
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La decisión de Goia abre los movimientos en el tablero político local pero encierra también una evidente dimensión vasca en la medida en la que los jeltzales necesitan hacer movimientos de fondo para jugar de forma competitiva en las próximas elecciones forales y municipales. El objetivo de los jeltzales es, lógicamente, hacer frente a una tendencia de desgaste iniciada en las últimas elecciones de 2023. Este proceso se explicitó de forma visible en Gipuzkoa, con una victoria clara en las Juntas Generales. E incluso estuvo a punto de provocar el sorpasso en Donostia. El PNV de Eneko Goia mantuvo la primacía municipal. Los nueve concejales jeltzales –el último se obtuvo por una diferencia solo de 120 votos sobre el PSE– junto a los cinco socialistas lograban la mayoría absoluta, lo que proporcionaba mayoría absoluta en la Corporación.
El pulso reñido en Donostia es también el anticipo de una serie de movimientos que pueden librarse en otros municipios vascos. En Vitoria, el PSE aspira a mantener la alcaldía en manos de Maider Etxebarria, a pesar del empuje de EH Bildu y de que el PNV querrá quitarse la espina de la derrota de Beatriz Artolazabal. En Bilbao, el PNV necesita como sea fortalecer la figura de Juan María Aburto, el alcalde, frente al desgaste evidenciado en las últimas municipales y un problema de seguridad ciudadana que se ha convertido en una de las prioridades del gobierno municipal.
Las elecciones de 2027 tendrán una evidente repercusión en el nuevo equipo que pilota el PNV, que ha trazado una estrategia de transición centrada en el relevo generacional. El cambio de Goia por Jon Insausti constituye un primer paso en esa dirección. Los jeltzales consideran que la recuperación electoral de su proyecto pasa en primera instancia por la recuperación de alcaldías que en Gipuzkoa están en manos del PSE (Eibar e Irun, sobre todo) o por EH Bildu (Arrasate o Tolosa, entre otras localidades).
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La campaña de las municipales va a venir marcada además por cuestiones de interés social presentes cada vez más en la conversación pública de forma polémica y cada vez más polarizada. La vivienda, el turismo, el transporte o la seguridad se han convertido en asuntos de notable impacto ciudadano ante los que el PNV quiere moverse con mayor cintura. No se trata tan solo de frenar el posible riesgo de sorpasso de EH Bildu en determinados municipios, sino también de amortiguar la posible aparición de listas o candidaturas locales más ligadas a opciones populistas o extremistas que intenten rebasar el campo de la política tradicional.
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