En el carmel. Mateo Vergara posa en la colina del popular barrio sobre Barcelona.

Ojos guipuzcoanos en Cataluña

Elecciones 12-M. El trabajo y el amor llevaron a una donostiarra, un irunés y un pasaitarra a iniciar una nueva vida en Cataluña. Hoy reflexionan sobre qué esperan del nuevo Govern

Elisa López

San Sebastián

Domingo, 12 de mayo 2024, 02:00

Nací en San Sebastián, soy una koxkera bautizada en la Parte Vieja, en la Iglesia de San Vicente». Con estas palabras Joana Anduaga Moré demuestra ... su condición de donostiarra, aunque lleva más de media vida en Cataluña. Su ama es de allí y, tras la separación de sus padres, iniciaron juntas una nueva etapa en Barcelona. Por eso de joven le tocó hacer tantos vuelos en el antiguo Aviaco de una ciudad a otra para ver a su aita. Esta profesora de Educación Infantil, que desde hace solo una semana pertenece al club de los jubilados, dice que le interesa la política y tiene claras las prioridades de una comunidad, Cataluña, que hoy celebra sus elecciones.

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Defensora de la gestión pública, considera que un sistema como el Concierto Económico vasco debería implantarse en el resto de autonomías porque «es envidiable». «Se debería aplicar el café para todos; si funciona bien y es beneficioso, ¿por qué no?», dice. A su juicio, el no contar con una capacidad de gestión económica propia generó en su comunidad «extremismos y una sensación de tener que suplicar algo que otros ya tienen, además de enquistar la relación con Madrid». En este sentido, ella apuesta por un régimen fiscal catalán, «por supuesto solidario con el resto de autonomías». Recuerda que «los planteamientos de independencia se alimentaron precisamente de todo esto. Y ante esta situación, ¿por qué no un referéndum? Lo que salga esta noche de las urnas será un reflejo del ideario de los votantes y veremos qué ocurre a corto plazo, y si se planteara una consulta, debería ser de manera seria y no manipulada». En cualquier caso, comenta que no se ven tantas esteladas en los balcones porque «ya no preocupa tanto el independentismo, sino cómo gestionarlo». Eso sí, tiene claro que lo más importante «son las cosas del comer». Por eso observa un ambiente de desencanto: «Las promesas que se lanzan en las campañas electorales no se cumplen».

Mateo Vergara en El Carmel.

El irunés Mateo Vergara estudió Educación Especial y durante un tiempo trabajó en su ciudad natal como voluntario con chavales con distintas discapacidades. Pero su pasión era el humor, hacer el payaso, y un día decidió reconducir su vida laboral y probar suerte en Madrid, donde recibió clases de interpretación actoral. Justo en ese momento, su amigo Alex Lekuona le llamó desde Cataluña para trabajar en un cortometraje de final de carrera. No lo dudó: «Me fui allí y ese corto se ha convertido en los 31 años que llevo ya en Barcelona». Aunque ahora el amor le ha trasladado a unos kilómetros de la Ciudad Condal, a Ódena, «una zona rural más tranquila». A sus casi 57 años, Mateo se ha dedicado fundamentalmente al sector publicitario y al cine, hasta que le contactó Noemí Galera, directora de casting de programas como 'Atrapa un millón' o 'Tu cara me suena', donde hoy trabaja de animador.

La política no le interesa. Lo expresa con total sinceridad: «No confío en los políticos, todo es prometer y prometer para luego no cumplir nada». Creció en la Euskadi del terrorismo, donde aprendió a «no meterse en líos». Confiesa que nunca ha comulgado con ninguna ideología, aunque sabe que los independentismos radicales «no llevan a ninguna parte, y no puedo con la derecha soberbia española, y mucho menos con Vox». Sin embargo, desde los 18 años nunca ha dejado de ir a votar, y siempre escribe algo en la papeleta.

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Este showman que divide su tiempo entre Irun y Ódena, considera que la clave para que las cosas mejoren en Cataluña está «en renovar y en avanzar, y hacer políticas que ayuden a la gente».

Revitalizar la economía

Si algo espera Egoitz Crespo del nuevo Gobierno catalán es que sea capaz de impulsar al sector empresarial para revitalizar la economía, «un factor clave para que las empresas que se fueron durante el procés puedan regresar y afianzar así el futuro de la comunidad. Aquí siempre se está con la cantinela de 'Madrid nos roba' y no se habla de nada más». Por eso lamenta que «a muchos se les llena la boca hablando de la independencia, de la república y de la amnistía, pero se les olvida la realidad del día a día: el empleo, la sanidad, la educación...». En este sentido, se muestra crítico con el desarrollo de la campaña electoral de estos días porque en lugar de plantear sus programa e iniciativas, como ocurre en Euskadi, los partidos solo se echan los trastos y se insultan... Por eso no me interesa tanto la política catalana como la vasca». No obstante, se define como catalanista, de izquierdas y nacionalista porque, a su juicio, «siempre es más práctico y factible gestionar lo próximo».

Joana Anduaga.

Este pasaitarra llegó allí por amor. Al terminar la carrera de Ingeniería en Donostia trabajó en Cikautxo, una empresa del Grupo Mondragon, y a los seis meses conoció por casualidad a Yolanda, una joven catalana que hoy es su mujer. Se enamoraron y decidieron que por el trabajo de ella lo más fácil era iniciar una vida juntos en Barcelona. Egoitz lo tuvo fácil; encontró un buen empleo y aprendió catalán. Abandonó Pasaia con 24 años y ahora tiene 48, vive feliz desde hace 14 en Tarragona y es padre de Irati y Asier, con los que habla en euskera.

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