Una negociación relámpago que se cerró en siete horas

Fue en la tarde-noche del lunes cuando el grupo jeltzale en el Congreso, en contacto estrecho con el alcalde donostiarra, Eneko Goia, logró vencer las resistencias del Gobierno y se apuntó un tanto que tendrá gran influencia en el desarrollo urbano de Donostia.

Esta negociación presupuestaria era peculiar porque los efectos de la pandemia dejaban menos margen para negociar partidas económicas concretas, toda vez que en ese ámbito no podían debatirse directamente los fondos europeos de recuperación, por lo que el PNV decidió centrar muchos de sus esfuerzos en arrancar compromisos que pudieran tener un carácter simbólico. En ese contexto, un acuerdo sobre los cuarteles de Loiola era lo más goloso que se podía conseguir para Gipuzkoa. Se trataba de un viejo anhelo del Ayuntamiento de San Sebastián para completar la urbanización de la vega del Urumea, con la posibilidad de construir un nuevo barrio con 1.700 viviendas. En las semanas previas a la negociación presupuestaria, el alcalde Goia redobló la presión para que el PNV introdujera esta cuestión entre sus reivindicaciones. Los primeros contactos con el Gobierno son esperanzadores. Parece que hay agua en la piscina. En Sabin Etxea empiezan a ver factible que, esta vez sí, Defensa acceda a explorar un acuerdo sobre Loiola.

Tras un fin de semana de intensos contactos con el Gobierno, el PNV está convencido de que la operación es factible. El portavoz jeltzale en el Congreso multiplica sus contactos con el Ministerio de Hacienda para cerrar un acuerdo global sobre las enmiendas parciales que empezarán a debatirse en comisión ese martes. El 'sí' del PNV a los Presupuestos está cerca, pero los jeltzales tienen entre ceja y ceja el acuerdo sobre los cuarteles de Loiola y no quieren dejar escapar una oportunidad que nadie sabe cuándo volverá a estar tan cerca. Presionan para que una enmienda presupuestaria obligue al Gobierno de Sánchez a estudiar la enajenación de los terrenos al Ayuntamiento donostiarra. Hacienda no lo ve con malos ojos, pero es necesario el visto bueno de Defensa.

El Ministerio que dirige María Jesús Montero negocia a varias bandas diversas enmiendas parciales a los Presupuestos con los socios que propiciaron la investidura de Sánchez. Son horas claves para decantar el voto favorable del PNV, pero Hacienda tampoco puede hacer mucho más en una cuestión que afecta directamente al Ministerio de Defensa, por lo que el acuerdo pende de un hilo. Desde Sabin Etxea insisten en poner toda la carne en el asador para cerrar un pacto sobre los cuarteles.

Ante la impresión de que solo un golpe de efecto puede acabar con el bloqueo, Aitor Esteban decide llamar directamente a Margarita Robles para ver si es posible desbloquear el acuerdo sobre los terrenos de Loiola. Se vale de la buena relación que mantiene con la actual ministra desde que fue portavoz socialista en el Congreso. Para su sorpresa, al otro lado del teléfono se encuentra con la receptividad de la ministra. Aunque le deja claro que habría que introducir algunos cambios en la enmienda parcial presentada por el PNV para cerrar un pacto.

Nada más comprobar que Defensa está dispuesta a llegar a un acuerdo sobre Loiola, Esteban telefonea a Eneko Goia para tenerle al tanto de las negociaciones y trasladarle que el Ministerio quiere matizar algunas cuestiones de la enmienda del PNV. A partir de entonces se abre un intenso intercambio de propuestas entre Defensa, el grupo jeltzale en el Congreso y el alcalde donostiarra para perfilar una enmienda transaccionada que pueda ser incluida en las cuentas.

Eneko Goia se muestra flexible para aceptar las exigencias que plantea Defensa, por lo que el acuerdo está más cerca que nunca. Sin embargo, el Gobierno central no termina de dar su plácet, por lo que la negociación vuelve a quedar en manos del grupo del PNV en el Congreso, que se muestra optimista mientras sigue cruzando mensajes con Defensa. La dirección jeltzale que encabeza Andoni Ortuzar también empieza a acariciar la idea de que el acuerdo será posible.

El cruce de mensajes de texto entre Esteban y Robles se prolonga hasta la madrugada. Alrededor de las 2.00 horas, el portavoz del PNV puede acostarse tranquilo después de que la ministra prácticamente confirme el acuerdo. Quedan en hablar de nuevo por la mañana, pero ya está encarrilado que el Gobierno aceptará materializar la enajenación de los terrenos de Loiola al Ayuntamiento en el ejercicio 2021.

El martes a primera hora de la mañana, Andoni Ortuzar ofrece una entrevista radiofónica en la que tiene que morderse la lengua para no desvelar el acuerdo. «Permítame la escenificación», se excusa ante el entrevistador. Pero adelanta que «las cosas van por buen camino» y que en cuestión de horas se puede anunciar un acuerdo presupuestario. «Había cosas de las que hasta hace poco no se podía hablar que se están tratando», deja caer.

Una vez amarrados todos los detalles del pacto presupuestario, Aitor Esteban convoca una rueda de prensa en el Congreso y anuncia el 'sí' del PNV a los Presupuestos. No es casual que el primer logro que destaque sea el acuerdo para el traslado de los cuarteles de Loiola. La negociación se había desencadenado en cuestión de horas, pero Esteban llevaba años peleando este tema en el Congreso.

Una cuestión que quedaba pendiente tras la enmienda transaccionada entre el PNV y el Gobierno era dónde se trasladarían los cuarteles de Donostia. En apenas 48 horas, Defensa despeja la incógnita para frenar las críticas por una hipotética salida del Ejército de Donostia. El emplazamiento alternativo será la actual Hípica de Loiola, a apenas 500 metros de los viejos cuarteles.