Marlaska defiende en Donostia un cambio en la política penitenciaria «tras vencer a ETA»

En un día invernal, el ministro de Interior aterrizó en San Sebastián dispuesto a protagonizar su primer mitin de precampaña. Un discurso alabado por sus compañeros del PSE-EE en el que Fernando Grande-Marlaska volvió a poner el acento en la política penitenciaria que afecta directamente a los presos de ETA.

El titular de Interior, como lo ha venido haciendo en los últimos días, puso nuevamente en entredicho la necesidad de seguir manteniendo en vigor la política antiterrorista -es decir, la dispersión de los reclusos de ETA- una vez disuelta la organización. Marlaska defendió así en la capital guipuzcoana que, ante la «derrota» de la banda, la política que mantiene alejados de Euskadi a los reclusos debe cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos, siempre atendiendo al cumplimiento de la ley. A su juicio, la dispersión de los reclusos de ETA «fue una política antiterrorista que procedía en el momento y tuvo su resultado», pero que ahora, una vez que la organización terrorista ha bajado definitivamente su persiana, «estamos en una situación distinta». «El Estado de Derecho ha vencido a ETA, por eso, no podemos volver atrás. Ya hemos avanzado, no volvamos a las políticas de antes, estemos en las presentes», sostuvo.

La semana pasada, el exmagistrado de la Audiencia Nacional ya reconoció durante un acto en las Palmas de Gran Canaria que no ve sentido mantener la dispersión de los presos una vez que ETA ha desaparecido. Y este domingo, en el Palacio de Miramar donostiarra, volvió a incidir en ello durante su intervención en un acto político para arropar la candidatura de Ernesto Gasco a la Alcaldía de San Sebastián.

Ante los recelos que despertaron aquellas declaraciones tanto en algunos partidos de la oposición como en las asociaciones de víctimas, Marlaska quiso esta vez poner el acento en los damnificados de ETA, «un patrimonio de todos los demócratas, no de los partidos», puntualizó, para exigir después que «no se utilice» a las víctimas del terrorismo con fines partidistas.

Según reconoció Marlaska, los traslados de presos de ETA a cárceles cercanas a Euskadi que se han llevado a cabo desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa -se han contabilizado 18, dos de los cuales están internos en Basauri-, han sido comunicados a las asociaciones de víctimas del terrorismo. «Siempre les hemos dicho a las asociaciones, con transparencia e informando, la situación (...) y si alguna vez ha habido un error de comunicación, a un Gobierno socialista no le importa reconocerlo, porque no hacemos nada con mala fe», dijo. Además, afirmó que en el acercamiento de presos de ETA, el PSOE «siempre ha defendido la aplicación de la Ley General Penitenciaria». Por eso, insistió en que son las Juntas de Tratamiento de los centros penitenciarios quienes deciden, bajo los parámetros que dicta la legalidad, si un recluso debe o no progresar de grado o aceptar su traslado.

Las palabras de Marlaska volvieron a poner en alerta a varios sectores de la izquierda abertzale. El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, manifestó en su cuenta personal de Twitter que «la dispersión fue una decisión política», por lo que «la repatriación debe serlo también, como la libertad de todos los presos políticos vascos. ¡Basta de echar balones fuera! ¡Cumplid vuestra propia ley!», espetó al Gobierno central. Por su parte, Sare, la red ciudadana en favor de los derechos de los presos, volvió a pedir a Marlaska una reunión formal con él para hablar sobre la política penitenciaria.

El ministro de Interior también quiso poner en valor que en estos siete meses de Gobierno socialista «se han hecho más cosas de los que otros hicieron en siete años», dijo en referencia al Gobierno popular de Mariano Rajoy. «Creo que eso les ha sentado mal y se han enfadado. Por eso nos atacan en temas donde la política partidista no debería jugar», aseguró en alusión a asuntos como la inmigración, la violencia machista o el terrorismo.

Por otro lado, y en materia de Seguridad, Marlaska puso en valor el «compromiso» de su equipo con las nueva cárcel de Zubieta en la capital de Gipuzkoa. Apenas hace una semana, el Consejo de Ministros aprobó una revisión del Plan de Infraestructuras Penitenciarias para darle un impulso definitivo a la construcción del nuevo Centro Penitenciario Norte III que permitirá el cierre de la actual prisión de Martutene. Marlaska dijo que la prisión de Zubieta se construirá «acorde a nuestra Constitución para que cumpla las medidas y sea realmente un centro de rehabilitación, de resocialización, donde no se lleve a la gente y se le encierre en una celda».

El ministro de Sánchez hizo todas estas declaraciones frente a buena parte de la familia socialista vasca. Entre ellos, el delegado del Gobierno en Euskadi, Jesús Loza; el diputado socialista y exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza; los diputados forales Marisol Garmendia, José Ignacio Asensio y Denis Itxaso -también candidato a diputado general del territorio-, el edil donostiarra Enrique Ramos o el consejero Iñaki Arriola, entre otros. También estuvo presente el secretario general del PSE de Gipuzkoa, Eneko Andueza, que intervino durante el acto.

El dirigente socialista mostró su malestar contra el PNV después de que la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, señalase que su partido es «el único serio». A este respecto, Andueza pidió a la formación jeltzale «mucha prudencia» a la hora de hablar de los socialistas, y recordó que ha sido un Gobierno del PSOE quien ha presentado un calendario de transferencias «con fechas concretas». «La extrema derecha puede estar ya tocando la puerta, así que yo me vacunaría», avisó.