Maria Ubarretxena: «Sorprende el centralismo contra las transferencias de partidos que se dicen plurinacionales»

–¿Ha supuesto una decepción no cerrar el traspaso del primer bloque de la Seguridad Social?

–Más que una decepción fue una sensación agridulce. Hay que poner en valor que después de tantos años con la puerta de la Seguridad Social cerrada, hemos abierto los 46 candados, como decía el lehendakari. Por primera vez vamos a pasar a realizar tareas que ejerce la Tesorería General de la Seguridad Social. Esto es poner una pica en Flandes. Queríamos ese primer bloque que englobaba también las políticas pasivas de empleo, que competen al Ministerio del Trabajo, y todavía ahí no hemos logrado el acuerdo que queríamos. Esperamos llegar al último trimestre del año con esa parte del desempleo.

–La próxima reunión bilateral será en otoño y el calendario ya no da margen. ¿Será posible completar el Estatuto antes de final de año?

–Seguimos trabajando. La parte vasca pusimos encima de la mesa todos los textos, trabajamos el fin de semana y las últimas horas antes de la reunión fueron intensas. Tenemos un compromiso y el calendario aprieta. Si la voluntad política no viene acompañada de ejecución política, no sirve. El mensaje del lehendakari a Sánchez fue claro: Ponga orden en su casa, tenemos un pacto que nos obliga y que nos aprieta, con un compromiso para final de año y hace falta acelerar.

–Las expectativas eran mayores. ¿Han vendido la piel del oso antes de cazarlo?

–En absoluto. Nosotros hemos actuado siempre con transparencia, hemos indicado qué reuniones hemos mantenido con cada ministerio, hemos hecho declaraciones después de esos encuentros y hemos ido retransmitiendo el partido minuto a minuto. Pensábamos que íbamos a llegar a un acuerdo pero no ha sido posible por parte de un ministerio.

–La transferencia de la gestión del paro no llegó ni a tratarse en la reunión. ¿Cuáles han sido las discrepancias para que no se pusiese ni encima de la mesa?

–Habrá que preguntarle al Ministerio de Trabajo por qué sí ha sido posible en el Ministerio de Seguridad Social habiendo mantenido el mismo número de reuniones. Hemos intercambiado textos y ha habido conversaciones. Por nuestra parte, siempre hemos estado dispuestos a más reuniones si fueran necesarias.

–Han señalado que el departamento de Trabajo, de Yolanda Díaz, les había puesto sobre la mesa un acuerdo «a medias» que no aceptan. ¿Qué les ofrecieron?

–Tenemos un acuerdo de investidura que dice que hay que traspasar todas las competencias pendientes del Estatuto de Gernika para final de año. El Ministerio de Trabajo tiene ya los textos, se ha mirado la parte jurídica y no hay ningún impedimento en ese sentido. El traspaso de las políticas pasivas de empleo a Euskadi es una transferencia sencilla en cuanto a que las oficinas del SEPE comparten muchas veces espacios con Lanbide. El miércoles, un día después de la reunión, le escribí ya al secretario de Estado de Trabajo para pedirle otro encuentro para poder avanzar en este traspaso que se nos ha quedado a medias. Y como se nos ha quedado a medias, pues no se ha acordado.

–¿No van a detallar esa oferta?

–Ellos han dicho que necesitan más tiempo. Hay una comisión mixta de transferencias prevista para el último trimestre del año y nuestra expectativa y petición es poder llevar esta parte también a esa reunión.

–Lo que el diputado vasco de Sumar, Lander Martínez, ha trasladado es que hacía falta más trabajo para cerrar los flecos jurídicos, pero usted dice que no hay problemas con ello. ¿Es una batalla por el relato?

–Vuelvo a repetirlo. Mismo número de reuniones y trabajo compartido. Llevamos meses hablando y lo que ha sido posible con un ministerio, no ha sido posible con el otro. Al señor Martínez le pediría que si creen en este traspaso, que él también eche un cable con su ministerio en Madrid.

–¿Considera que la ministra Díaz ha sido inflexible como le han reprochado tanto PNV como PSE?

– El pacto de investidura obliga a todo el gobierno, no solo a una parte del Ejecutivo central, y tenemos un compromiso que cumplir.

–Desde el Gobierno central hablan de un «buen clima» en la Comisión Bilateral, pero Pradales fue duro con Sánchez al pedirle que ponga «orden» en su Ejecutivo.

–Tenemos una relación muy buena con el Ministerio de Política Territorial que dirige Ángel Víctor Torres, pero es que cada transferencia también compete a otros ministerios que también deben moverse. Tienen que desaparecer las reticencias con las que nos solemos encontrar y por eso le pidió el lehendakari al presidente del Gobierno que ponga orden en su casa para que se consuma su voluntad respecto al cumplimiento del Estatuto.

–¿Son reticencias «centralistas» las que frenan a Sumar como apuntó el lehendakari?

–Efectivamente. Nos encontramos actitudes centralistas en muchísimos niveles de la administración del Estado. Nos ha sorprendido que formaciones que se hacen llamar plurinacionales después tengan ese carácter tan centralista a la hora de tomar decisiones. Por eso digo que las voluntades políticas y las palabras están muy bien, pero lo que marca la diferencia y a lo que nos tenemos que ceñir es a los hechos.

–¿Queda ya desterrado el miedo a la ruptura de la 'caja única'?

–No se rompe la 'caja única' porque el Estatuto de Gernika, en su transitoria quinta y donde habla de la gestión económica de la Seguridad Social, ya dice de qué forma debe hacerse y apela a su carácter unitario, a la solidaridad y a la igualdad de todos los ciudadanos que viven en el Estado. La ruptura de la 'caja única' es una retahíla que se ha utilizado siempre desde los poderes más centralistas del Estado para que no se descentralice y para evitar que las comunidades autónomas podamos gestionar la Seguridad Social.

–Tras este episodio, ¿la confianza entre el Gobierno Vasco y central está en la UCI o en planta?

–La confianza es algo que cuesta muchísimo articular y cuesta muy poco perder. Creo que el recado ya lo envió públicamente el lehendakari. Ahora vamos a ver si se pone orden en esa casa.

–¿Y le dijo eso Pradales a Sánchez de forma privada en el encuentro que tuvieron los dos mandatarios previo a la reunión?

–Los dos mandatarios tuvieron una reunión previa y lo que allí se trató quedará entre la discreción y la confianza mutua que tienen Pradales y Sánchez.

–¿Si no se cierran estas transferencias en los próximos cuatro meses se rompería definitivamente esa confianza?

–Parece que hemos salido sin ningún acuerdo y realmente hemos logrado pactos muy relevantes. Entre ellos las prestaciones familiares y el seguro escolar, que son parte de la Seguridad Social, pero también Salvamento Marítimo y el Centro Nacional de Verificación de Maquinaria de Barakaldo. También hemos alcanzado un acuerdo que nos ha costado muchísimo. El de articular el comité que va a elaborar un documento para ver cómo participa el Gobierno Vasco en la gestión de los aeropuertos vascos. Podríamos tener viajes transoceánicos más allá del simbólico vuelo a Estados Unidos.

–¿Esa próxima negociación que tendrá lugar en otoño puede estar ligada al respaldo de los Presupuestos Generales del Estado?

–Pedro Sánchez es presidente porque hay un acuerdo de investidura. Y, obviamente, un acuerdo que ya está rubricado no lo vamos a supeditar a otros acuerdos. Hay que cumplir la palabra dada.

–¿Qué supondría un gobierno del PP para las transferencias?

–No hacemos elucubraciones. La historia nos ha enseñado que una cosa son las palabras y otra los hechos. Muchas veces los partidos, incluso el mismo presidente de EEUU, Donald Trump, hacen ciertas declaraciones que no aplican a la hora de tomar decisiones. Nosotros seguiremos trabajando con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.