Juicio a un acusado de violación en la Audiencia de Cantabria. efe
Ley del 'solo sí es sí'

Juristas avisan de que el cambio de la ley no evitará la rebaja de penas de los ya condenados

El cambio que se busca impulsar ahora solo afectaría a los delincuentes sexuales que cometan los hechos tras la entrada en vigor de la nueva norma

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Martes, 31 de enero 2023, 07:12

Hace apenas tres días, ante el aumento de rebajas penales en delitos sexuales, el Gobierno de Pedro Sánchez empezó a barajar la fórmula idónea para ... enmendar la ley del 'solo sí es sí' y evitar que los delincuentes se sigan beneficiando de reducciones en sus condenas. Tres eran las vías que estaban sobre la mesa: esperar a que el Tribunal Supremo fije doctrina, la unificación de criterios de jueces y magistrados, o que el propio Gobierno rectificase y promulgase una modificación a través de un nuevo proyecto de ley. Y los expertos juristas consultados lo tienen claro: la única fórmula efectiva para corregir la ley estrella del ministerio de Igualdad es, directamente, cambiar la normativa. La pregunta, entonces, es: ¿Y ahora qué? ¿Cuál es la solución más viable para impedir el goteo de rebajas de condenas a decenas de delincuentes sexuales? Ojo, la hipotética nueva ley solo afectaría a quienes cometan estos delitos una vez entre en vigor la reforma legislativa, tal y como alertan todos los expertos, ya que los delincuentes ya condenados podrán seguir beneficiándose de la norma impulsada por Irene Montero.

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  1. Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional de la UPV/ EHU

    «Las excarcelaciones y las rebajas de condenas ya no se pueden frenar»

Alberto López Basaguren reconoce que hay una cuestión que le «preocupa». «El Estado de Derecho tiene sus límites y, por tanto, la reforma de la ley que se haga ahora solo tendrá efectos a futuro: una vez esté en vigor y solo para los hechos cometidos después de su aprobación», explica. E insiste: «La reforma de la actual ley no tendrá efecto retroactivo sobre casos ya condenados si supone volver al agravamiento de las penas». Por tanto, la ley del 'sólo sí es sí' seguirá teniendo sus efectos, por mucho que se pretenda ahora reforzar las penas mínimas. «Solo se puede arreglar el supuesto desaguisado de la ley de cara al futuro, pero ya es intocable, imparable: las excarcelaciones o rebajas de condenas ya no se pueden frenar», sentencia. López Basaguren, en todo caso, apunta que ahora «habría que determinar muy bien las diferentes modalidades del delito». «Los penalistas eran mayoritariamente partidarios de unificar los delitos», explica en referencia a que la ley de Igualdad introdujo una significativa diferencia con respecto a la anterior norma: fusionar en un solo delito lo que antes eran dos, abuso y agresión sexual. «Yo no creo que el problema vaya tanto por volver a diferenciar los delitos, si no que dentro de cada delito, se configure bien», desliza.

  1. Javier Tajadura Tejada, profesor de Derecho Constitucional de la UPV/EHU

    «La técnica correcta sería que el Gobierno realice un proyecto de ley»

Igual que López Basaguren, Javier Tajadura Tejada alerta que solo habría una solución de cara al futuro. «El mal ya está hecho», reflexiona, al mismo tiempo que recuerda que las penas mínimas que recoge la ley del 'solo sí es sí' son menores que las que imponía con anterioridad el Código Penal. Por tanto, apunta, los delincuentes que cometieron las conductas con la norma impulsada por Montero en vigor «tienen derecho a que se les aplique la ley más ventajosa para ellos», ya que se debe aplicar –tal y como recoge la Constitución– el principio de retroactividad de la ley penal más favorable al reo. «Técnicamente, la ley es una chapuza», critica. Por ello, opina que «si se cambia la ley y se pone una mejor habremos dado un gran paso de cara al futuro para que las penas sean como eran con el antiguo Código Penal».

A este respecto, Tajadura cree que una posible solución para enmendar la norma es aumentar las horquillas penológicas y endurecer las condenas mínimas. Sin embargo, advierte de que ese supuesto sería «difícil» de llevar a cabo si se mantiene la unificación de los delitos de abuso y agresión sexual. Y se explica: con la anterior norma, las penas eran más o menos graves si el delito se cometía, o no, con violencia o intimidación. «Pero precisamente –dice– la rebaja de las penas se hizo como consecuencia de la unificación de los tipos».

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Tejada, además, opina que la vía elegida para reformular la ley –la proposición de ley que registrará el PSOE en el Congreso– no es la más acertada. «La técnica correcta es que el Gobierno haga un proyecto de ley y así se informe al CGPJ, a la Fiscalía, al Consejo de Estado... Y así todos los órganos den sus opiniones por si hay algún defecto, eludiendo esos informes».

  1. Juanjo Álvarez Catedrático de Derecho Internacional Privado

    «Esto no puede ser una subasta: tiene que haber un criterio de proporcionalidad»

«Para evitar las circunstancias producidas hasta ahora, solo cabe una modificación legislativa», apunta Juanjo Álvarez, que asegura que «no es poco que se modifique a futuro y se dé la previsión de cobertura legal que se estime oportuno».

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Tras recordar que en la ley del 'solo sí es sí' se fijaron castigos más elevados para las conductas más graves y, en cambio, se rebajaron las penas mínimas en algunos supuestos al englobar dos tipos delictivos, cree que «lo único que cabría hacer es que la horquilla de las menos graves recibiera una sanción penal equiparada a la que estaba anteriormente y que se ponga una sanción más agravada si se estima oportuno». Eso sí, advierte de que esto «no puede ser una subasta: tiene que haber un criterio de proporcionalidad». Aun así, considera que el retoque más efectivo sería reforzar con mayor condena esos tramos de pena que se decidió rebajar.

Además, defiende que mantener unificados los tipos de delitos «es más acorde a la política legislativa» que pretendía impulsar el Gobierno tras aprobar la ley del 'solo sí es sí' porque volver a lo anterior –es decir, distinguir el abuso frente a la agresión– casi sería como «claudicar, legislativamente hablando». Casi como una autoenmienda, dice, porque «no solo se modifican las horquillas penales, si no el concepto y la calificación penal». Eso sí, cree necesario que quien impulse la reforma –en este caso el PSOE a través de la proposición de ley– «debe explicar por qué agrava ahora algo que antes no lo estimaba oportuno». «Y no basta con decir que es por la alarma social que ha provocado: se tiene que buscar una argumentación, y eso no es tan sencillo», advierte.

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