Nunca una composición de la Mesa del Congreso había generado una tensión política de tanto voltaje, ni las negociaciones entre partidos sobre la formación de ... este órgano parlamentario se habían producido en un envoltorio tan estratégico como hermético. Y es que la endiablada distribución de escaños y el equilibro de fuerzas entre bloques dibujarán este jueves todo un 'test de estrés' en las votaciones del Congreso. Será la primera batalla parlamentaria de esta incipiente legislatura que se entable en las Cortes.
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Los socialistas dejan a un lado a Meritxell Batet, que podría ser una futura vicepresidenta primera con 'seny' catalán, y al mismo tiempo perfilan con discreción a un peso pesado para este puesto, que bien podría recaer en otro catalán como Miquel Iceta o en el mismísimo Félix Bolaños.
Y para complicar aún más este enrevesado laberinto político, el expresident Carles Puigdemont, desde su exilio de Waterloo, ha decidido que la primera sesión parlamentaria de la XV legislatura ofrezca un suspense 'hitchcockiano' no apto para cardiacos. Junts tiene la llave del bloque progresista que busca liderar de nuevo Pedro Sánchez desde la Moncloa. ¿Pero a qué precio? Esa es la cuestión que a buen seguro comenzará a despejar el líder independentista con su peculiar 'modus operandi'. Puigdemont y la cúpula de su formación decidirán su postura hasta dos horas antes de la votación. Toda una tarjeta de visita para sus potenciales socios de lo vertiginosa que puede llegar a ser la futura legislatura. Sólo vale su voto positivo a la candidatura liderada por los socialistas, ya que una abstención o un voto nulo podría dar la presidencia de la Mesa al PP y, de paso, visualizaría un escenario de difícil gobernabilidad para el propio Pedro Sánchez. El líder socialista, ante ese hipotético revés, partiría en una posición de máxima debilidad ante Junts para afrontar con garantías su propia investidura que, en todo caso, se produciría después de la de Feijóo, que no renuncia a postularse ante el Rey. Los escenarios son diversos y complejos, pero si la izquierda no controla la Mesa, la sombra de la repetición electoral podría más que alargarse. Mientras, los once electos de EH Bildu se presentaron ayer en Madrid confiados de que el bloque de la izquierda lidere esta legislatura. Veremos.
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