Iparralde se resiste a que la 'ola Le Pen' lo inunde todo

Iparralde no es un territorio ajeno a este movimiento sísmico, aunque las ondas llegan aquí más amortiguadas y el Nuevo Frente Popular (NFP) es la opción favorita para ganar a la formación de Marine Le Pen (Rassemblement National RN). En la primera vuelta la alianza de izquierdas (que engloba a los socialistas, a los comunistas, a la Francia Insumisa, a los ecologistas y a los abertzales), se colocó en primera posición de las tres circunscripciones electoras del Pays Basque. La quinta, que agrupa a Bayona y Anglet sobre todo, dio la primacía a la exdiputada socialista Collette Capdevieille, del NFP. La sexta, que es la de Hendaia y San Juan de Luz, está encabezada por el abertzale Pello Dufau, militante de EH Bai y que concurrió bajo la marca del Frente Popular.

En realidad nadie sabe a ciencia cierta qué ha ocurrido para que en esta comunidad tranquila, sin aparentes vuelcos, la extrema derecha haya crecido tanto, no ya en las grandes urbes sino en las pequeñas y medianas ciudades, euskaldunes, y en las que el RN ha subido como la espuma como un fenómeno intergeneracional y antisistema y antiestablishment, que ha funcionado como una expresión de hartazgo y de protesta. En el Béarn rural escéptico y enfadado con la UE, tiene un caldo de cultivo. En el País Vasco francés, el cordón sanitario ha funcionado, al menos, para parar los pies al universo Le Pen, que ganó por sorpresa las últimas europeas.

La pelota está en manos sobre todo del electorado de centroderecha más moderado. De entrada, la retirada de los candidatos macronistas es una buena noticia para el frente republicano. Es significativo el llamamiento del alcalde de Bayona, el histórico centrista Jean Etchegaray, presidente de la Mancomunidad vasca, y que ha hecho pública su posición a favor de apoyar a la candidata socialista para evitar el triunfo del RN. Solo el independiente Jean Laserre, centrista, mantiene su batalla como tercer aspirante en liza en el distrito del interior. Al igual que el alcalde de Kanbo, Jean Dezeve, centrista, y que no ha seguido la consigna de frente republicano y mantiene su candidatura en la sexta, lo que podría jugar en contra de Dufau si el voto de centroderecha se concentra para evitar que gane la izquierda. Para cerrar la operación, el PNV, que obtuvo un 4% de los votos el domingo pasado, ha anunciado su apoyo al Nuevo Frente Popular para visualizar su compromiso por la democracia y los derechos humanos frente al auge ultra.

El telón de fondo es que la descomposición del sistema político francés también ha llegado a Iparralde, en donde los gaullistas han sido casi siempre mayoritarios. La llegada de Emmanuel Macron hizo saltar el modelo. Los gaullistas casi desaparecen y los socialistas perdieron parte de su electorado. Todo saltó por los aires.

Para el politólogo Eguzki Urteaga, buen conocedor de la cuestión, «hay que valorar la activación del frente republicano. En total, sobre las 311 triangulares potenciales, en 218 circunscripciones los candidatos republicanos llegados en tercera posición se han retirado, sabiendo que 130 pertenecen al Nuevo Frente Popular y 82 a Ensemble. Como consecuencia de ello, solo habrá 95 triangulares, lo que disminuye la probabilidad de que la derecha logre una mayoría absoluta tras la segunda vuelta.

Tanto las europeas del 9 de junio como la primera vuelta de las legislativas pusieron el foco en un auge continuo de la extrema derecha, aunque se sitúe por debajo de la media estatal. En ambas, RN consiguió, respectivamente, el 31,37% y el 33,1% en Francia, mientras que en Iparralde alcanzó el 22,7% y el 25,62%. Es decir, 8.67 y 7.48 puntos más. Estos datos demuestran que, aunque Iparralde siga siendo más reacia hacia Le Pen, con una diferencia del alrededor de 8 puntos, no es ajeno al auge de la extrema derecha.

Según Urteaga, la ultraderecha empieza a tener resultados electorales significativos a partir de mediados de los años 80 tras el giro dado en la política socioeconómica por el gobierno socialista que abandona las políticas neo-keynesianas para aplicar medidas de austeridad. «A partir de entonces, en un contexto de profunda transformación del tejido productivo y de crisis del sector industrial, los obreros y posteriormente los empleados se alejan progresivamente de los partidos de izquierdas y votan cada vez más por el partido de extrema derecha», opina.

Urteaga señala que la ultraderecha empieza a imponer sus temáticas, relacionadas con la inmigración y la inseguridad en el debate público hasta el punto de determinar la agenda política y las orientaciones de los gobiernos, especialmente de derechas. «El voto de extrema derecha conoce un nuevo impulso con la llegada a la presidencia del Frente Nacional de Marine Le Pen, que pone en marcha una estrategia de desdemonización de cara a normalizar esta formación dando una imagen más aceptable y evitando las declaraciones polémicas. Esto permite a este partido ampliar su base electoral y presentarse con una alternativa a los partidos tradicionales», sostiene.

En su opinión, si RN dispone de mayoría absoluta, además de conformar un gobierno monocolor, podrá implementar los puntos esenciales de su programa electoral, dentro de los límites establecidos por la Constitución francesa y los tratados europeos, aunque pretenda lo contrario. Además de las restricciones de las libertades públicas, de la estigmatización de las minorías, del incremento de la crispación sociopolítica y del deterioro de la calidad del debate democrático, cree que generará un empeoramiento de la situación económica y del bienestar social. «Si no goza de la mayoría absoluta, en cambio, tendrá más dificultades para conformar mayorías y aplicar su programa», precisa.

El alcalde de Hendaia, el socialista Kotte Ezenarro, se muestra alerta ante los resultados del domingo. Y muy preocupado. Frente a las nuevas generaciones que no tienen memoria, recuerda los antecedentes de la ultraderecha en la Francia colaboracionista del mariscal Pétain. «Que los hijos y los nietos de los gaullistas de la Resistencia vayan a votar a los herederos de Pétain es una dolorosa paradoja para todos», reconoce. Y advierte de los peligros que encierra para Iparralde un eventual triunfo de Marine Le Pen. «RN representa un modelo extraordinariamente jacobino, contrario a la diversidad cultural de Francia, que ve con mucho recelo la Mancomunidad vasca de Iparralde y las políticas de fomento del euskera y de la identidad vasca», sostiene el alcalde de Hendaia, convencido de que uno de los culpables de esta situación es precisamente el enorme error de cálculo de Macron al forzar la disolución y al carecer de un partido organizado, con inexperiencia en la gestión pública de gran parte de sus propios candidatos.

El periodista Allende Boutin, un veterano conocedor de los entresijos aquitanos, reconoce que no entiende el auge de la extrema derecha en Iparralde, en donde, pese a los problemas, existe un buen funcionamiento de los servicios públicos y ya no se produce un éxodo de los jóvenes vascofranceses, como en los años 60 y 70, en busca de un mejor futuro profesional. Ni siquiera la polémica de la seguridad ni de la inmigración de origen magrebí –explotada por el RN como ariete electoral para desgastar al poder– tiene suficiente peso para explicar el fenómeno. Sin embargo, la simplificación 'trumpista' del debate político y el malestar económico y social por la gestión del presidente Macron han alimentado el monstruo del ultranacionalismo y han alentado a un partido que presenta candidatos sin tradición ni vinculación con el territorio y que está manipulando emocionalmente a la sociedad. «Como me dijo gráficamente un vecino de Ustaritz, empezamos a tener miedo a tener miedo».