Familiares y amigos recuerdan a García Ripalda muerto por un disparo de la Policía hace 50 años
El 31 de agosto de 1975 por la tarde participaba en una manifestación contra las órdenes de fusilamiento de Otaegi, Garmendia y tres miembros del FRAP cuando fue abatido en el barrio de Gros
Familiares y amigos de Jesus Mari García Ripalda han participado este domingo en San Sebastián en un acto de recuerdo al militante comunista de EMK ... muerto a quemarropa por el disparo de un policía durante una manifestación el 31 de agosto de hace 50 años en el barrio de Gros.
El homenaje, organizado por los allegados de García Ripalda, ha tenido lugar en el punto en el que fue abatido, en el cruce de las calles Padre Larroca y Karkizano, por el disparo de un agente de paisano cuando el militante comunista portaba una pancarta en una manifestación contra las órdenes de ejecución de los miembros de ETA Ángel Otaegi, José Antonio Garmendia Artola y otros tres del FRAP que se producirían el 27 de septiembre para cuatro de ellos, ya que la de Garmendia no se llevó a cabo.
Los asistentes al acto de memoria han colocado un ramo de flores y una fotografía de García Ripalda en el lugar en el que murió y donde se le recuerda desde hace años con una placa en la fachada.
Jesus Mari García Ripalda cayó herido en la esquina donde hoy se encuentra el bar Iraeta, en el barrio donostiarra de Gros, con una herida de bala disparada a quemarropa por un policía de paisano. Testigos de aquella protesta aseguraron que un policía de la brigada político social le disparó a los segundos de iniciarse la protesta, probablemente por ser el portador de la pancarta. En mitad del caos reinante tras el balazo, el vecino de Gros, mortalmente herido, fue trasladado al hospital militar General Mola, que se encontraba a unos cientos de metros. García Ripalda fue atendido al parecer por unas monjas, a las que les rogaba repetidamente: «¡Avisad a mi madre! ¡Avisad a mi madre!».
Medalla de Oro
El Ayuntamiento de San Sebastián, con el socialista Odón Elorza como alcalde entregó en 2011 a la familia de García Ripalda la Medalla de Oro de la ciudad. Fue, de hecho, la primera víctima de motivación política que recibía ese homenaje en Donostia, tras la aprobación en el Parlamento Vasco de la proposición no de ley que insta a reconocer a las víctimas de abusos policiales como el que sufrió el militante comunista. «Disculpen por haber tardado tanto tiempo», dijo el alcalde Elorza a los familiares y amigos del joven asesinado a los 23 años. «Nunca pensaba que iba a llegar este día», reconoció entonces emocionada la madre de Jesus Mari, quien agradeció el «regalo» que tanto tiempo llevaba esperando.
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