Sánchez, ya curado del espanto que supuso aprobar la reforma laboral gracias a un voto equivocado del PP, evitó anoche jugarse la legislatura en una ... nueva votación de infarto. La decisión de tramitar las medidas anticrisis como proyecto de ley es una inédita maniobra de amplio espectro -atiende las requisitorias de ERC, pero también las del PP de Feijóo- para evitar que el caso de las escuchas calcine el plan diseñado para aliviar la economía doméstica. Así, en otro movimiento de calado, Sánchez abre la puerta de las negociaciones al mismísimo PP, que está evitando azuzar el avispero del espionaje que tiene grogui al Gobierno. Muy curioso. El presidente, que quizá reaccionó tarde para atajar el 'catalangate', debe despejar cualquier sombra de duda que planea sobre el procedimiento empleado por la inteligencia española. La verdad sobre lo sucedido, incluida la tensión que se vivía en aquellos días en torno a la sentencia del procés, debe resplandecer para fortalecer los propios resortes de la democracia.
Aragonès, bajo un estrecho marcaje de Puigdemont, quiere cobrarse la cabeza de la ministra Robles para fortalecerse. Sin embargo, la caída de la que en su día puso firmes al coronel Galindo en Intxaurrondo podría dinamitar la legislatura y Sánchez, con el golpe de efecto de anoche, quiere evitarlo por todos los medios.
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