Gipuzkoa suma fuerzas y defiende Ezkio como la opción que «vertebra el país» a través del TAV
El PP guipuzcoano se une a la coalición PNV-PSE y a la Cámara en defensa de la conexión con Navarra por el territorio frente a la opción de Vitoria
«El TAV y su conexión con Navarra a través de Ezkio-Itsaso es un asunto nuclear para Gipuzkoa y Euskadi». Una sola frase. Veinte ... palabras que resumen la envergadura y el carácter estratégico de esta infraestructura clave para el futuro del territorio. Un proyecto que, desde suelo guipuzcoano, suma cada vez más fuerzas desde que se encuentra bajo el microscopio público, es decir, desde que el pasado mes de junio se abriera definitivamente la caja de Pandora.
Entonces, afloraron las reticencias –publicadas por este periódico– de quienes aprecian más inconvenientes que beneficios en la conexión de la 'Y' vasca con Navarra a través de Ezkio. Una opción que, no obstante, lleva años prevista y proyectada y que ahora parece desinflarse ante la alternativa de Vitoria. Al menos desde la óptica y el criterio del Ministerio de Transportes, y siempre a falta de conocer al detalle el informe que elabora el área que dirige Óscar Puente y que deberá arrojar luz a la disyuntiva entre la vía guipuzcoana y el tramo alavés desde el punto de vista técnico, medioambiental o económico. El debate, por tanto, está servido. De ahí que la Diputación Foral de Gipuzkoa, con Eider Mendoza a la cabeza, mantenga firme esa defensa acérrima para que se proteja el proyecto inicial y que, hasta hace bien poco, no despertaba ninguna reticencia. Se trata además de una propuesta respaldada históricamente por el PNV, por las instituciones vascas –el Gobierno Vasco, con Arantxa Tapia como consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, presentó en 2018 un informe que concluía que Ezkio era la mejor opción– y hasta por el propio Parlamento Europeo. Y ahora, desde que estalló la polémica a comienzos de verano, son cada vez más quienes desde el territorio alzan la voz en favor de la alternativa de Ezkio. Se trata, por tanto, de un proyecto que concita una práctica unidad en Gipuzkoa. Un hecho casi aislado en estos tiempos de hipérbole y polarización.
A Mendoza se le ha sumado el alcalde de Donostia, Eneko Goia, quien refuerza de esta manera la posición del PNV de Gipuzkoa; también el líder del PSE guipuzcoano y teniente de diputada general, José Ignacio Asensio, ofreciendo así una imagen de unidad interna en el Gobierno foral de coalición; y la Cámara territorial ha pedido directamente «respeto» para que la 'Y' vasca, en su conexión con la comunidad vecina, discurra por Gipuzkoa. El debate también ha llegado al Parlamento de Navarra, donde UPN, Geroa Bai –coalición donde está integrado el PNV– y el PP se decantaron por Ezkio. Y el último en sumarse a esta lista será el PP guipuzcoano que, como ha podido saber este periódico, apoyará a ultranza este próximo miércoles en las Juntas Generales que la alta velocidad se haga a través de Ezkio.
Esa será la respuesta que Mikel Lezama, portavoz de los populares en la Cámara, llevará al pleno, enmendando así una propuesta de resolución de Elkarrekin Podemos que pedirá al Ministerio de Transportes «priorizar» la opción de Vitoria para «no dañar», según señalan, la sierra de Aralar por la que discurrirá el TAV a través de un túnel de 22 kilómetros. Un dato: el 80% del TAV en Gipuzkoa discurre bajo túnel. El 70% en el conjunto de Euskadi. De ahí que la Diputación, apoyada por distintos informes técnicos, sostenga que la opción de Ezkio supone un menor impacto medioambiental. ¿El argumento? Que el túnel tiene un impacto ambiental «muy inferior» al de una vía férrea casi recta a cielo abierto y que, además, estaría protegida por vallado, cortando así en dos la llanada alavesa y el valle de la Sakana.
A la espera del informe
Pero esa no es la única tesis a la que se agarra la Diputación para remar a favor de su proyecto. Además de la significativa diferencia en el tiempo del recorrido en función del tramo elegido, también se advierte de que la red viaria tiene riesgo de saturarse en caso de decantar la línea por Vitoria. Esta casuística supondría, tal y como viene defendiendo Mendoza, una «merma en la funcionalidad» de la infraestructura. Argumento que precisamente destaca el informe de 2018 del Gobierno Vasco –el último documento oficial sobre el proyecto–, y que, además, abrazó recientemente el lehendakari.
Imanol Pradales, igual que la presidenta de Navarra, María Chivite, no se decanta por ninguna de las dos opciones en un claro intento de templar las aguas que bajan revueltas. Ambos dirigentes, que reclaman «codecidir» la resolución final de este polémico proyecto, se escudan en la necesidad de conocer los pormenores del informe que aún elabora el Gobierno central. Y que parece se demorará hasta el 2025.
La diputada general de Gipuzkoa –y desde una posición antagónica a su homólogo en Álava y compañero de partido, Ramiro González– insiste en que Ezkio es la opción «más conveniente desde el punto de vista competitivo, funcional y medioambiental». «Se trata de una obra estratégica y fundamental para la vertebración del conjunto de nuestro país», recalca. Y reitera: «Es una obra de interés público que revolucionará el transporte hacia una movilidad descarbonizada, los movimientos y la competitividad de Euskadi: lo que está en juego es el futuro del transporte y el desarrollo económico y social de Gipuzkoa y Euskadi». Por ello, defiende que, «tras tantos años de espera, la ciudadanía de Gipuzkoa no entendería un cambio de parecer que perjudicaría seriamente al territorio». «No podemos permitir que los intereses cortoplacistas lleven al Gobierno a descafeinar un proyecto tan importante para Euskadi», zanja.
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