Feijóo opta por una transición práctica a Mazón y se reserva a la alcaldesa valenciana
La elección ahora de Pérez Llorca como presidente interino deja al líder del PP con las manos libres para elegir al futuro cartel electoral
Cuando Carlos Mazón telefoneó a Alberto Núñez Feijóo un día después del funeral de Estado por las víctimas de la dana, roto emocionalmente, le dijo ... que ya tenía la decisión tomada. Que quería dimitir, porque no podía más, como él mismo contó en su comparecencia el 3 de noviembre para anunciar la renuncia. En esa conversación, el político alicantino puso también a disposición del líder nacional del PP sus responsabilidades orgánicas como presidente del partido en la Comunidad Valenciana. Pero Génova ha aparcado este asunto a la espera de ver cómo se resuelve primero su relevo al frente de la Generalitat que pende de Vox. Cerrar un capítulo antes de abrir otro que se antoja complicado.
Publicidad
El elegido para pilotar una transición continuista hasta las próximas elecciones autonómicas de 2027 ha sido Juanfran Pérez Llorca, mano derecha de Mazón. Un perfil de consenso, con experiencia en las negociaciones con el partido de Santiago Abascal, con el que Feijóo busca cerrar un acuerdo «rápido» y esquivar a toda costa el anticipo electoral. Aunque el nombre de Pérez Llorca encabezaba las quinielas desde el principio, el expresidente de la Xunta prefirió esperar hasta el martes para hacer pública su decisión, que contó con el respaldo unánime del partido en Valencia. También para dejar claro que a él no le marca el paso nadie. En Génova no sentó nada bien el órdago lanzado por la cúpula del PPCV –de la que forma parte Pérez Llorca como secretario general– antes de la dimisión de Mazón para promover al presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, como futuro cartel electoral frente a la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, la opción favorita en Madrid.
Desde la dirección nacional avisan, no obstante, de que la elección de Pérez Llorca para la presidencia interina de la Generalitat Valenciana no le blinda, ni mucho menos, como futuro candidato. La potestad corresponde a Feijóo como establecen los estatutos. Y en el partido conservador son muchas las voces que siguen apostando por la 'vía Catalá' como única opción a futuro para cerrar definitivamente la crisis de Mazón en un congreso regional. Además, la Comunitat Valenciana es un caladero clave para el PP en las generales y tras la ruptura de Junts con el Gobierno de Pedro Sánchez, no se puede descartar un anticipo de los comicios a pesar de que el líder del PSOE insiste en que agotará la legislatura. Los populares, en cualquier caso, ya se han puesto en modo electoral.
Génova busca un acuerdo rápido con Vox para evitar que salpique la campaña extremeña
Con ese escenario de fondo, Feijóo intenta pasar página cuanto antes a la crisis valenciana, consciente también de que el pacto y las posibles cesiones a Vox puedan pasar factura a la campaña en Extremadura que empieza el próximo 5 de diciembre. Los comicios extremeños, previstos para el 21 de diciembre, inauguran un intenso ciclo electoral con urnas en marzo en Castilla y León y en junio en Andalucía, al que se podría sumar la Comunitat Valenciana de no cerrarse un acuerdo con la derecha radical.
Publicidad
De momento, ni PP ni Vox contemplan que el pacto pueda naufragar. Pero todo dependerá de cuánto eleve el listón Abascal, que si bien asegura estar dispuesto a dar estabilidad a Valencia, no perderá la oportunidad para intentar demostrar que la gobernabilidad vuelve a estar en sus manos. Los conservadores pretenden que el acuerdo que suscriban no sea más que la continuidad del rubricado en marzo para sacar adelante los Presupuestos autonómicos y en el que ya asumieron buena parte de la agenda voxista en materia de inmigración y en el freno a las políticas verdes. Mientras en la formación de extrema derecha perfilan su propuesta, avisan de que como sucedió ocho meses atrás, la escenificación jugará un papel importante y Pérez Llorca, al igual que hizo Mazón, tendrá que asumir públicamente las tesis voxistas.
Los de Abascal quieren que Pérez Llorca asuma en público sus tesis como hizo Mazón en marzo
De la letra pequeña de ese pacto y de las posibles cesiones de Feijóo a Vox estará pendiente el PSOE, que intentará aprovechar su impacto en la campaña de Extremadura para vender la imagen de un PP entregado a la extrema derecha. Los de Feijóo, por su parte, utilizarán como baza electoral el resultado de la votación de este jueves en el Congreso y la imagen de los diputados extremeños del PSOE votando en contra del cierre de la central de Almaraz, cuando su secretario general, Miguel Ángel Gallardo, ha prometido lo contrario. «Nos han regalado la campaña», se jactan en la dirección nacional.
Publicidad
La contradicciones del PSOE
Aunque los populares confiaban en haber sacado adelante su enmienda a la Ley de Movilidad Sostenible para facilitar la ampliación del calendario de cierre de las centrales nucleares y exhibir que «la capacidad legislativa» es suya tras el portazo de Junts, han hecho de la necesidad virtud y aprovecharán para exprimir las contradicciones de los socialistas. «Le han roto la campaña a su propio candidato», sostienen en la cúpula del PP.
Estas mismas fuentes ponen también en el punto de mira al partido de Carles Puigdemont, que defendió su abstención para «no dar un cheque en blanco a Feijóo». «Ahora tendrán que explicar en Cataluña porque no han permitido que pudiese seguir abierta la central de Ascó». Un tira y afloja entre ambas formaciones que aleja la posibilidad de impulsar una moción de censura contra Sánchez.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión