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Una nutrida representación histórica del PSE de Euskadi acompaña a Barbara Dührkop, viuda de Enrique Casas, en el homenaje de este sábado en el Kursaal donostiarra. Arizmendi
Homenaje en el 40 aniversario de su asesinato

Andueza: «La lucha heroica de Enrique Casas derrotó a ETA y nos trajo la paz»

El secretario general del PSE, familia, amigos y compañeros del partido en Euskadi homenajean al que fue senador socialista en un emotivo acto en el 40 aniversario de su asesinato

Elisa López

San Sebastián

Sábado, 24 de febrero 2024, 15:07

«La lucha heroica de Enrique y tantos otros derrotó a ETA y nos trajo la paz. Estamos orgullosos de ser los herederos de ese ... legado». A los 40 años de su asesinato, los amigos y compañeros del PSE de Enrique Casas querían recordarle de una manera especial, y así lo hicieron este sábado en un acto en el Kursaal. Un homenaje organizado en el marco del aniversario del asesinato del que fuera senador socialista por los Comandos Autónomos Anticapitalistas de ETA ocurrido el 23 de febrero de 1984 en su propia casa de San Sebastián, y celebrado en un escenario en el que casi no hubo lugar para albergar tantos adjetivos afectuosos sobre las cualidades humanas de Casas: «Comprometido, honesto, generoso, héroe, mejor compañero, gran orador, militante ejemplar...».

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Abrazos, palabras de agradecimiento y más de una lágrima impregnaron de emoción un acto -al que asistieron cerca de 500 militantes-, impulsado por su viuda, la ex eurodiputada socialista Barbara Dührkop, y conducido por el exministro Ramón Jáuregui. El objetivo era recordar a Enrique Casas a través de las semblanzas de su figura política y humana de compañeros que compartieron su vida política. Un tributo que finalizó con unas palabras del secretario general del PSE y candidato a lehendakari, Eneko Andueza.

El histórico socialista, Ramón Jáuregui, evocó al comienzo del acto los tiempos en los que ETA mataba casi a diario mientras la sociedad miraba para otro lado, también el día que pidió a Setién la catedral de San Sebastián para oficiar la misa por un muerto de ETA, «a lo que se negó porque, a su juicio, se establecía un mal precedente ya que si mataban a un terrorista también tendría que permitirlo», y destacó las conversaciones «en busca de la paz» de Eguiguren, López y Ares.

Con sus hijos y nietos

Compartió estos recuerdos con la viuda de Casas y sus hijos Richard, Daniel y Andreas, y nietos, y sus compañeros José Morcillo, Odón Elorza, el propio Eguiguren, José Antonio Maturana, Ana Miranda o Manolo Huertas, entre otros que también quisieron glosar el recuerdo personal de Enrique y la valoración humana y política de su desaparición. Además, el homenaje contó con Denis Itxaso, José Antonio Santano, José Ignacio Asensio o Rafaela Romero, que compartieron vivencias con las víctimas del terrorismo José María Múgica y Marta Buesa. Otras, como Eduardo Madina y Consuelo Ordóñez, no estuvieron presentes, pero sí sus mensajes «de admiración hacia el socialista».

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Elorza confesó que no podrá olvidar nunca a Enrique, «me marcó y me formó, igual que lo hicieron 'Poto' Múgica y Txiki Benegas». Eguiguren, por su parte, habló desde el corazón de la tristeza que le supone hablar del día del asesinato, «de aquella tarde fría, de lluvia y granizo. Yo era su sherpa y él mi maestro. Todos somos sus hijos. Y en estos 40 años de su ausencia he sido incapaz de pasar por delante de su casa».

Conmovida por tantas alusiones de aprecio hacia su marido, la viuda de Casas agradeció a «los compañeras y compañeros y amigas y amigos por compartir este acto con mi familia recordando a Enrique». Desde el mismo atril, también dio las gracias a Guadix donde nació Enrique, «padre y abuelo, pero sin haber podido ni disfrutar ni acompañar a sus hijos ni a sus nietos en el trayecto de su vida». Y dio algunas pinceladas para describir el que, a su juicio, es el legado de Enrique «que sigue siendo válido hoy y seguirá siendo un ejemplo de coraje, coherencia y ética política».

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Compromiso con la sociedad

«Me siento muy orgulloso de portar el testigo de los principios y valores de Enrique Casas». Así comenzó Eneko Andueza un discurso que puso en valor su figura política por su compromiso con la construcción de una sociedad mejor y más justa. Andueza destacó los ideales del político socialista en contraposición con los de aquellos que todavía no condenan su asesinato, en referencia a la izquierda independentista. «Hoy siguen siendo igual de cobardes. Se siguen escondiendo en sus excusas. En su falta de coraje para reconocer que ni uno sólo de sus asesinatos ha servido para nada. Siguen siendo igual de cobardes para mirar a su propio pasado y condenar todo aquello. Jamás tendrán motivo alguno para sentirse orgullosos de lo que hicieron», lamentó.

A lo largo del homenaje, Richard Casas, el hijo mayor del político, interpretó dos piezas al piano; la primera 'Oinazez', de Aita Barandiaran, y para terminar, y entre los aplausos de los asistentes, versionó el tema de Jorge Drexler 'La milonga del moro judío', como broche final del acto.

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