La cantera revitaliza el Aberri Eguna con la bandera de lo social

Abril de 1932. Alrededor de 60.000 personas se congregan en Bilbao para celebrar el primer Aberri Eguna de la mano del PNV con el objetivo unitario de reivindicar la identidad y los derechos de los ciudadanos vascos. Nueve décadas después, el día de la patria vasca no mueve ya a tanta gente y ha perdido cierto arraigo social, sobre todo entre los jóvenes. No obstante, los partidos que celebran esta fiesta intentan cultivar la cantera para aportar savia nueva al Aberri Eguna, una fecha que parecía estar reservada únicamente al mundo abertzale, pero en la que desde hace tres años se ha colado Podemos Euskadi. Una mirada juvenil que quiere aportar otra visión al concepto de patria vasca. Amaia Larrañaga, miembro de EGI, la organización juvenil del PNV; Mikel Urdangarin, portavoz de Ernai, las juventudes de Sortu, partido de la coalición de EH Bildu; e Iñigo Cabieces, de la dirección de Podemos Euskadi, son conscientes de que no existe una única defensa del patriotismo en Euskadi e incluso rechazan que la propia festividad deba tener una correlación directa con ser independentista, como es el caso de la formación morada, que defiende un Aberri Eguna desvinculado del nacionalismo.

Reunidos por DV en el centro cultural Tabakalera de Donostia, los tres protagonistas defienden su propia perspectiva sobre el Aberri Eguna. Reclaman el derecho a decidir, pero como hijos de este tiempo hacen especial hincapié en los derechos sociales, sabedores de que los más jóvenes, como ellos, sienten que sus condiciones socio-laborales no están dignificadas. Y defienden que esta festividad se amolde a la sociedad actual. Tanto que Mikel Urdangarin, por ejemplo, destaca sus frases hablando en femenino porque la «república independiente de Euskal Herria» tiene que conformarse bajo el sello de una mayoría «feminista».

-¿Qué significa exactamente el Aberri Eguna para vosotros los jóvenes?

-Mikel Urdangarin: Para mí es un día de reivindicación, un día para denunciar la gran estafa que estamos sufriendo los jóvenes frente a este Estado antidemocrático que nos impide ser dueñas de nosotras mismas. Por eso tenemos que construir una república justa, democrática y feminista que esté al servicio de la gente, que proteja a la ciudadanía y que nos permita a los jóvenes estudiar, trabajar y vivir de manera digna.

-Amaia Larrañaga: Para mí tiene dos componentes: uno, defender nuestra identidad, nuestros derechos, porque es el día de toda la gente que vive en nuestra tierra. Y dos, es un evento abierto al mundo. Y es algo moderno porque queremos crear una nación vasca abierta a todos, tolerante y libre. Queremos crear una nación puntera.

-Iñigo Cabieces: Para mí es un día alejado de intereses partidistas; deberíamos poner en el centro a la gente y sus derechos. Es un día para poner en valor a los pensionistas y sus reivindicaciones; a las mujeres que el 8-M le dieron una patada a la desigualdad; a los jóvenes que se ven exiliados en el extranjero. Entiendo que hay que apostar por conceptos como 'aberri' o 'soberanía', pero más cercanos al aspecto social. Está muy bien el Aberri y yo soy abertzale, pero intento llevar el concepto de patria más allá de esas fórmulas excluyentes. No hay nada más revolucionario en Euskadi que abrir el concepto y que se ponga en el centro lo social.

Los tres jóvenes debaten sobre la percepción de cómo se ha ido transformando la festividad del Aberri Eguna. Larrañaga, azkoitiarra de 25 años, considera que el día de la patria vasca se está «adaptando a cada cambio». «Hoy estamos en una nueva etapa con menos violencia y más oportunidades, por eso creo que debemos crear un Aberri Eguna más inclusivo y basado en la democracia y en el entendimiento». A su juicio, en Euskadi se debería tener una «visión más global» sobre este concepto para estar, dice, «más abiertos al mundo». De hecho, no puede evitar recordar a toda la diáspora vasca.

En palabras de Urdangarin, -de 23 años y natural de Beasain- el término 'patria' se está «reformulando» y hoy está vinculado a un prisma «republicano, progresista e inclusivo». «Yo entiendo la patria como un ideal comunitario, de solidaridad que, partiendo del reconocimiento de la diversidad y la plurinacionalidad de este país, plantea un espacio compartido de fraternidad entre todos aquellos que viven y trabajan en Euskal Herria y tienen la voluntad de formar parte de ella», defiende. Y recalca, «sin excluir a nadie». «Todo aquel que se adhiera a ese horizonte común tiene cabida en nuestro proyecto, sea abertzale o no, incluso sea independentista o no», apunta.

Desde Podemos Euskadi, Cabieces (Tolosa, 1988) entiende que el propio concepto se está «descubriendo». «Durante muchos años el Aberri Eguna se ha podido parecer más al Alderdi Eguna, porque representaba a una minoría militante», justifica. No obstante, cree que detrás del cambiante marco político actual, en Euskadi «lo social ha tomado hoy una importancia significativa». «Creo que hay una adecuación de los discursos en relación al Aberri Eguna por parte de muchos partidos», insiste.

Amaia, Iñigo y Mikel vinculan directamente la celebración del Aberri Eguna con el ámbito más social y aprovechan esta coyuntura -sobre todo los representantes de EH Bildu y Podemos- para denunciar la «precaria» situación que viven hoy los jóvenes. «No podemos disociar la reivindicación de la república con la reivindicación social, porque para poder conseguir condiciones dignas necesitamos estructuras de Estado que nos permitan ser dueñas de nosotras mismas», mantiene Mikel, que asegura además que en el marco actual «de dependencia», Euskadi no cuenta con los instrumentos necesarios «para poder proteger a la gente». Cabieces, por su parte, considera que es precisamente la juventud quien tiene que coger las riendas y ayudar así a «descubrir el propio concepto de 'aberri'» porque, dice, el escenario actual de «precariedad» ha hecho que los jóvenes «hablen de lo social como punto central, más allá del concepto de la nación».

El representante de EH Bildu denuncia que «se nos dijo que si estudiábamos íbamos a tener un empleo y una vida digna, y vemos que eso es una grandísima estafa. A pesar de ser académicamente la generación mejor preparada se nos condena al paro, a contratos basura o al exilio económico mientras una minoría de privilegiados se enriquece». Los jóvenes, insiste el independentista, parten de esa «realidad» que «genera indignación». Por eso insiste en que la única vía de salida -la más «pragmática», puntualiza- es alcanzar la independencia de Euskal Herria. «Tampoco será un proyecto perfecto, pero será mucho más justo, democrático y equitativo que el Estado español».

Amaia también opina que el Aberri Eguna está ligado con «lo social». Sin embargo, apunta que también es una fiesta para reivindicar «lo nuestro». «El Aberri Eguna es nuestro día, el día de nuestra tierra y nuestra cultura y hay que ponerlo en valor. No tenemos que avergonzarnos de que hoy es nuestro día», asegura con entusiasmo. Iñigo y Mikel le secundan y ponen en valor el euskera como nexo de unión y como eje imprescindible del patriotismo vasco.

-Pero, entonces, ¿cuál es, a vuestro juicio, la mejor manera de 'materializar' la patria vasca?

Amaia lo tiene claro. A su juicio, cree que se debe «construir entre todos los partidos». «Siempre he apostado por el diálogo y el respeto mutuo y en no dejar a nadie atrás. En la paz y la convivencia». La joven jeltzale no hace mención a la palabra 'bilateralidad', pero de sus palabras se deduce que la apuesta del lehendakari Urkullu es, a su juicio, la vía a seguir. «Hay que escuchar y buscar puntos de acuerdo para que no haya ningún conflicto. Y desde el PNV también apostamos por mantener las estructuras que ahora tenemos, como el Cupo o el Concierto Económico, herramientas muy necesarias que ahora mismo nos hacen ser un poco más libres», sentencia.

Un escenario que, sin embargo, EH Bildu rechaza. «Toda relación entre dos lados es por definición bilateral, la cuestión es qué tipo de relación de poderes se dan entre ambas partes», le corta Mikel, que considera que, en el marco actual, dicha relación entre Euskadi y el Estado es de «dependencia». «Jugar en el Estado español es como jugar en el Bernabéu con el árbitro comprado», critica contundente.

Iñigo es de los que piensa que «más allá de opiniones partidistas, lo que hay que hacer es conocer cuál es la opinión de la ciudadanía vasca». ¿Cómo? Todos van a una: bajo el paraguas del derecho a decidir. «Todas las personas tenemos derecho a opinar, y el derecho a decidir es fundamental para que cada ciudadano tenga su voz representada en este proceso de creación de nuestro futuro», defiende Amaia. «El derecho a decidir me parece parte del Aberri Eguna, siempre y cuando no se utilice como foto», critica el de Podemos. Mikel, en la misma línea que el resto, es más crudo en sus palabras. «Nosotras planteamos que se pueda decidir sobre todo. Queremos construir una república propia y soberana frente a este Estado demofóbico, irrespetuoso y decadente donde gobiernan el frente golpista del 155 con una alianza explícita del Rey y el corrupto del señor M. Rajoy. Es la única manera de ser dueñas de nosotras mismas, de autogobernarnos en todos los ámbitos que nos conciernen como país».

Cerca de hora y media después del inicio de esta charla, Amaia, Mikel e Iñigo hacen un llamamiento explícito para animar «sobre todo a los más jóvenes» a participar en una jornada como la de hoy, conscientes de la pérdida de arraigo social que está sufriendo el Aberri Eguna. «Hay que hacer que la gente lo vea como algo que forma parte de la sociedad y no algo de los partidos políticos. Quizás así se sume más gente», propone el representante del partido morado.

Habrá pinceladas referentes a la situación por la que atraviesa toda la cúpula del procés, «por supuesto». Pero los tres coinciden en que «Euskadi es Euskadi y Cataluña es Cataluña». «Nosotros debemos apostar por nuestro propio camino», zanjan.