Bingen Zupiria, una voz cauta para resolver uno de los mayores retos
El nuevo consejero de Seguridad, que deja Cultura tras ocho años, deberá apaciguar el conflicto de la Ertzaintza
Xabier Garmendia
Sábado, 22 de junio 2024
Si hay una cartera del Gobierno vasco que ahora mismo precisa de serenidad y calma, es la de Seguridad. Toda una patata caliente, muy poco ... atractiva, para la que Imanol Pradales confía en un hombre que se caracteriza precisamente por eso, por ofrecer templanza y cautela incluso en los escenarios más adversos. Forjado como portavoz en una legislatura de decisiones difíciles como las que precipitó la pandemia, Bingen Zupiria (Hernani, 1961) se enfrenta ahora a la resolución de uno de los principales conflictos que atenazan al Ejecutivo autonómico, el de la Ertzaintza.
Aunque estudió Filología Vasca en Deusto, su trayectoria ha estado siempre ligada al periodismo. Con 22 años consiguió su plaza en Euskal Telebista, casa que le ha visto crecer desde abajo hasta lo más alto. De un programa gastronómico hasta la dirección de una televisión pública que conoce al dedillo. Por el camino también fue jefe de prensa de José Antonio Ardanza durante diez años en lo que fue su primer vínculo con la política.
Zupiria era director del diario 'Deia' cuando Urkullu le propuso dar el salto al Gobierno hace cuatro años. Creó expresamente para él una nueva consejería, la de Cultura y Política Lingüística, competencias que hasta entonces estaban integradas en Educación. Para muchos «una cartera maría», a él le venía como anillo al dedo. Melómano, hábil con un buen puñado de instrumentos musicales y lector empedernido, no rechazó la oferta. Y pese a ser un defensor a ultranza del euskera, asumió la realidad lingüística vasca desde el inicio al jurar su cargo también en castellano, a diferencia del resto de consejeros propuestos por el PNV.
La revitalización de la lengua vasca fue un eje fundamental en los ocho años que estuvo en el cargo. Ahora, en su tercer mandato en el Ejecutivo autonómico, da el salto a Seguridad, un reto mayúsculo que en la anterior legislatura gestionó todo un peso pesado del PNV como Josu Erkoreka. El consejero saliente no fue capaz de resolver el conflicto laboral de la Ertzaintza, que se ha complicado todavía más.
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