Bingen Zupiria: «La Ertzaintza tendrá mayor presencia en la calle para ahuyentar la delincuencia»

–Los delitos han crecido en Gipuzkoa en 2023. Los hurtos un 19% y los robos con violencia e intimidación un 35%. ¿Qué va a hacer su departamento para disminuir estos ratios?

–Ha habido un aumento de hurtos y robos, pero también ha crecido la ciberdelincuencia y la violencia de género. Se han descubierto personas que circulan por la calle con puñales y cuchillos. Eso exige una tarea de prevención para detectar esos hechos. También es muy importante tener una buena coordinación con las policías locales, especialmente con las de San Sebastián e Irun, que son los dos municipios más importantes del territorio. Estamos empeñados tanto desde el Departamento de Seguridad como desde los ayuntamientos en que haya una presencia notoria de ertzainas y policías municipales en la calle. De todas formas, el elemento más preocupante y más difícil de abordar será el que tiene que ver con la violencia sexual. Se está produciendo un incremento notable de agresiones a mujeres en el ámbito de la pareja, familia y en las relaciones no consentidas. Esto exige un compromiso de todas las instituciones y todos los agentes sociales que sólo podrá cambiarse desde el ámbito de la educación y la formación.

–El último año se han registrado un centenar más de infracciones por arma blanca y un 44% más de incautaciones. ¿Es preocupante?

–Lo preocupante es que estamos asistiendo a un fenómeno nuevo en nuestra sociedad. Una serie de personas deambulan por nuestras calles y por nuestras ciudades y pueblos portando armas de corte, algo a lo que no estábamos acostumbrados, y eso es un hecho patente. La parte positiva es que tanto Ertzaintza como Policía Municipal han acordado un procedimiento para intentar hacer frente a esa nueva realidad, y eso ha provocado un crecimiento muy importante de objetos cortantes y punzantes que se han decomisado.

–Un hombre fue detenido en Donostia tras apuntar con una pistola simulada a un grupo de personas. ¿Se repetirán estas situaciones?

–Estamos viendo intentos de magnicidio en Europa y en los Estados Unidos. Vivimos con preocupación tanto la guerra en Ucrania como todo lo que está sucediendo en Palestina y en los Estados que les rodean. Además, un estado potente como el francés se ha preparado para las Olimpiadas cerrando sus fronteras y llenando París de policías. Convivimos con acontecimientos que generan una sensación de inseguridad. Eso no lo voy a discutir. Frente a eso también diré que la preocupación por la inseguridad ha crecido en Euskadi en los últimos años, pero creo que a pesar de eso, y los datos lo avalan, Euskadi sigue siendo uno de los lugares más seguros del mundo para vivir. El 90% de la población considera que su municipio o su ciudad es un lugar seguro o muy seguro, según el Euskobarometro. Y solo un 5% de la población ha sufrido personalmente algún delito.

–¿Qué medidas se están llevando a cabo?

–Hay un objetivo claro de Ertzaintza y policías locales de tener una mayor presencia en la calle. Es un hecho comprobado que una presencia patente de la policía ayuda a generar un mayor clima de seguridad y también ahuyenta, o por lo menos retrae, a quienes son profesionales de este tipo de delitos. Hay un análisis permanente de las zonas en las que se producen este tipo de hechos para adecuar la actuación y la presencia policial a todos ellos. Y también hay una tarea permanente de prevención. Pero esto no depende solo de la presencia de los agentes, depende de los propios ciudadanos. Si somos conscientes de que se están produciendo miles de hurtos de teléfonos móviles y carteras, creo que todos deberíamos ser más cuidadosos con su uso y con cómo los mostramos.

–¿Hacen falta más efectivos?

–En estos momentos nos corresponde ver cómo, con los recursos humanos y los profesionales de los que disponemos, podemos organizarnos mejor. Estamos hablando de una Ertzaintza que puede tener hasta 8.000 miembros y policías locales y municipales con 3.000 efectivos. Tenemos 11.000 personas para trabajar y mejorar el servicio público de seguridad.

–La semana pasada presidió junto al ministro Marlaska la Junta de Seguridad en Madrid. ¿Le comentó si el Gobierno central va a acelerar la expulsión de los reincidentes extranjeros?

–En la última Junta de Seguridad le planteamos abiertamente al ministro Marlaska la necesidad de abordar de forma conjunta este problema y el crecimiento de algunos tipos de delitos que se están produciendo. Soy consciente también de su situación y de las dificultades que puede tener, pero es un tema sobre el que vamos a trabajar conjuntamente.

–¿Y cree que hay que endurecer el Código Penal ante los delincuentes reincidentes?

–El Gobierno de España tiene pendiente una reforma del Código Penal para tratar el tema de los delincuentes reincidentes. Supongo que estará esperando a tener la mayoría precisa y oportuna para poder abordar esta reforma. En todo caso, hay otros aspectos que desde el Gobierno Vasco y desde las instituciones locales debemos abordar con Fiscalía y con Administración de Justicia para que nos podamos coordinar mejor y respondamos a este tema.

–¿Cuál es el estado de salud de la Ertzaintza?

–Si podemos presumir de vivir en uno de los países más seguros del mundo, entre otras cosas, es por la profesionalidad de las fuerzas policiales que tenemos. La Ertzaintza es un cuerpo que funciona 365 días al año, 24 horas, 'non-stop', y cumple con sus obligaciones y tareas de forma profesional. Me he encontrado a un cuerpo que, como casi todas las organizaciones, vive en una tensión permanente de las tareas que tiene encomendadas. Lo he podido comprobar en las visitas que he hecho a los centros territoriales y algunas unidades de la Ertzaintza. También me he encontrado a unas organizaciones sindicales que consideran que hay unos temas pendientes que debemos acordar y negociar.

–¿Está a tiempo de reconducir esas reivindicaciones sindicales?

–No sé si estamos a tiempo de reconducir las reivindicaciones o estamos a tiempo de hablar y dialogar. Yo defiendo que nuestra posición tiene que ser de diálogo permanente y de negociación con el objetivo de alcanzar un acuerdo. Espero que pueda ser así.

–Los sindicatos criticaron el viernes que el Gobierno Vasco ha mostrado «una desidia absoluta en temas de seguridad». ¿Qué tiene que decir ante estas acusaciones?

–Tengo que evitar cualquier tipo de confrontación pública en estos momentos en los que mi primer empeño va a ser el de desarrollar una negociación. Creo que tengo que tener cuidado en mis manifestaciones y lo voy a hacer al margen de lo que en cada momento ellos consideren que tengan que decir.

–¿Habrá cambios en la dirección del cuerpo?

–Estoy trabajando con el lehendakari en la organización de cuál tiene que ser el diseño y la organización del departamento y es una de las tareas que tengo para este mes de agosto.

–Las balas 'foam' han protagonizado varias polémicas en las últimas actuaciones del cuerpo. ¿Qué hará con estos proyectiles?

–Yo no soy policía. Mi responsabilidad consiste en crear las condiciones más adecuadas para que los profesionales de la seguridad, que en nuestro caso son los ertzainas, puedan desarrollar las diferentes tareas que tienen encomendadas de la mejor manera posible. Siempre puede haber un impulso político, pero principalmente la decisión sobre el tipo de armamento que hay que utilizar en cada caso corresponde a los mandos policiales. Yo entiendo y respeto su profesionalidad y avalo las decisiones que adoptan.

–Una mujer resultó herida en los disturbios previos al partido entre la Real y el PSG en marzo y en las imágenes publicadas un ertzaintza podría darle una patada cuando estaba en el suelo. ¿Qué sucedió? ¿Y cómo está ese proceso?

–En esas imágenes no se ve claro qué es lo que sucede. En el momento en el que esta persona fue llamada en el proceso de la instrucción para que diera su opinión, manifestó que había recibido un impacto de una bala de 'foam', pero no habló de ninguna patada recibida por un ertzaina. Entiendo perfectamente la conmoción de esta mujer. Es una situación que no ha provocado y el daño recibido no tiene explicación ni justificación. Entiendo su malestar, su conmoción y su disgusto.

–¿Le sorprendió su nombramiento como consejero de Seguridad?

–La Ertzaintza es para mí uno de los elementos más importantes del autogobierno vasco y uno de sus factores diferenciales. Por lo tanto, desde un punto de vista político, entendí la importancia de lo que el lehendakari me estaba proponiendo y es la razón principal por la que he aceptado.

–¿Estar al frente de los cuerpos policiales de Euskadi supone una presión mayor que su anterior cargo al frente del departamento de Cultura?

–No es plato de buen gusto recibir permanentemente informaciones de las situaciones delictivas que se están produciendo en mi entorno. Máxime, cuando esas actuaciones delictivas tienen un efecto en la integridad de las personas. Bien porque han sido víctimas de un delito de agresión física y especialmente, e insisto otra vez en este tema, cuando nos enfrentamos a temas de agresiones machistas contra mujeres.

–Tras su nombramiento aparecieron pintadas amenazantes contra usted en Hernani. ¿Cómo lo encajó?

–Solo quiero decir que sentí un respaldo unánime en torno a esta situación por parte de agentes sociales y políticos.