Sueño de una noche de verano

Sánchez, dispuesto a agotar la legislatura, abre la puerta a reunirse con Puigdemont

Alberto Surio

San Sebastián

Lunes, 28 de julio 2025, 13:56

El 'sueño español' se ha apoderado este mediodía del Palacio de La Moncloa. Pedro Sánchez ha cerrado el curso político antes de las vacaciones de ... verano con un balance arrollador de datos con los que ha intentado marcar su propio relato en un momento de enorme incertidumbre en el que la legislatura se encuentra en un punto crítico y con demoledores casos de corrupción que van a arrojar, previsiblemnte, cargas de profundidad en las próximas semanas. «En dos años hemos cumplido el 45% de los compromisos», ha dicho en una continua exhibición de optimismo que ha sonado como una enmienda a la totalidad a «los cenizos», como los ha llamado. España crece y funciona como la quinta mayor economía sostenible del mundo, ha recalcado. Ha señalado que no hay que caer en la autocomplacencia pero se ha regodeado hasta el límite en las cifras para avalar la gestión del Gobierno de «coalición progresista» con una lluvia de éxitos avalados por la prensa internacional. Sánchez considera que estamos solo en el ecuador de la legislatura, «nos queda la mitad y hay motivos de sobra para seguir» al frente de un Gobierno de coalición en minoría parlamentaria.

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El presidente opta por el buen balance económico para blindarse frente al acoso y derribo que sufre su Gobierno y la demonización de su propia figura que persiguen sus rivales en la derecha. Ha reaccionado como si no fuera con él esa película. Es decir, Sánchez opta por la resiliencia a pesar de que hay notorios indicios en al ambiente que muestran la enorme fragilidad del bloque de investidura. Se presentaran unos nuevos Presupuestos y además están los fondos europeos, «que son otro carril para la modernización del tejido productivo la cohesión social». El matiz es relevante porque refleja que este último instrumento puede ofrecer el suficiente margen de maniobra para aguantar sin tener las Cuentas públicas aprobadas.

Sánchez ha insistido: la legislatura durará cuatro años. «Todos los días tenemos que ganar la confianza», ha remachado frente al peligro de involución «de la mayoría PP-Vox». Y ha abierto la puerta a un encuentro con Carles Puigdemont como una lógica derivada de la Ley de Amnistía. El anuncio es relevante porque el 'gesto' ha sido una de las demandas históricas de los soberanistas catalanes aunque a estas alturas quién sabe si resulta ya suficiente. En todo caso «el optimismo de los datos» del presidente del Gobierno contrasta con el tono apocalíptico de la oposición de centroderecha, que ve al Ejecutivo acabado y al borde del desahucio, En esas estamos, entre el triunfalismo desbordante del presidente y la catástrofe diaria de Núñez Feijóo, sin término medio. El país necesita unas vacaciones que bajen la tensión. A la vuelta del verano volverán a subir los debelios y posiblemente Sánchez opte por una crisis de Gobierno para quemar el último cartucho. Y veremos si el sueño se transforma, o no, en pesadilla.

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