Un nuevo Estatuto frente al caos

Pradales se enfunda en un discurso europeísta de centroizquierda para hacer frente al tsunami reaccionario con una llamada encendida a favor de renovar el pacto estatutario

Alberto Surio

San Sebastián

Jueves, 18 de septiembre 2025, 11:09

«Interpreto el acuerdo sobre la transferencia de las prestaciones de desempleo como un gesto muy importante en la dirección positiva». El lehendakari Imanol Pradales ... ha aprovechado su discurso para lanzar su advertencia. «Hay que aprovechar la oportunidad porque hay trenes que no van a volver», ha dicho en relación al nuevo pacto estatutario. Para ello se ha dado un plazo de nueve meses para gestar un nuevo marco.

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El entorno no podía ser más oportuno. Septiembre tiene en Vitoria la luz tenue de algunas ciudades del norte de Europa, como si una leve brisa socialdemócrata fuera la señal que anuncia el próximo final de verano. Por eso, el nuevo estilo en la forma y nuevas decisiones para reforzar los servicios públicos por parte del lehendakari ha encajado con esta filosofía de mutación suave frente al brutal momento que vive el mundo.

Pradales ha reiterado su relato para la defensa de la vía pactista para ampliar el autogobierno vasco y reforzar el bienestar social. Ese es el nuevo mantra. Y de ahí nadie no le va a sacar.

Pradales ha reiterado su discurso de renovación y lo ha unido otro concepto. Así, la otra palabra de esta mañana es la de blindaje frente al tsunami reaccionario que se atisba en el horizonte. Imanol Pradales se ha puesto el casco de bombero y ha hilvanado en el Parlamento Vasco un discurso europeísta y de corte de centroizquierda con una profunda reflexión sobre los acelerados cambios que se registran entre nosotros. Un mensaje de pretendida estabilidad ante una nueva era más incierta y más compleja. Una espiral de incertidumbre que nos desorienta y que cambia aceleradamente el entorno. En este contexto, el lehendakari ha planteado la necesidad de jugar la partida de la Europa democrática frente a los vientos de retroceso e involución, tanto en el exterior, como los que proceden de la política española. «Asistimos a una batalla contracultural», ha señalado ante la profunda desafección que sienten las nuevas generaciones ante el proyecto europeo.

Pradales tiene una receta. Los europeos necesitamos más autonomía estratégica y política, y reforzar nuestros valores democráticos frente a la ola reaccionaria que nos amenaza.

Inclusión

Pradales ha dibujado una realidad nórdica en políticas sociales con vacación de continuidad y mejora. Con medias de inversión por encima de las medias europeas. En su opinión, Euskadi se ha colocado como pionera en esas estrategias de inclusión. «A las generaciones que nos han precedido les debemos la solidez de nuestras instituciones y el hecho de que contamos con un país estable y moderno», ha dicho.

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Y es que ese aire nórdico -que a veces bordea el guion de lo que puede ser un manual de autoayuda para tiempos de mudanza- permite casi todo. Posibilita jugar al papel del nuevo contrato social y a la vez legitimar el marco jurídico-político, con un refuerzo de los servicios públicos «que son punteros en Europa». Y también tender la mano a quienes han estado en las últimas décadas frente al sistema pero ahora encuentran una ventana de oportunidad para aprovechar la integración en el seno de un nuevo modelo. «Nuevas fórmulas para ensanchar nuestro modelo de bienestar».

Pradales juega ese perfil flexible y versátil de la nueva sociedad que empieza a articularse, una ciudadanía que tiene que responder a la necesidad de 'hacer política con el corazón y la cabeza' porque, en su opinión, el bienestar emocional, y por ende las políticas de salud mental debe formar parte de la agenda pública. Quizá, la mayor novedad es un pomposo anuncio por la 'desburocratización' de la Administración pública vasca, una apuesta cualitativa que echa a rodar la bola.

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