Arriola, en un rincón de Málaga, donde ha pasado unos días de vacaciones.

Iñaki Arriola (Secretario general del PSE-EE en Gipuzkoa): «Sánchez debería intentarlo si Rajoy fracasa. Ahora los números también dan si hay voluntad política»

Arriola cree en un Gobierno socialista junto a independientes, y con apoyo externo de Podemos, Ciudadanos o los nacionalistas

AMAIA CHICO

Domingo, 21 de agosto 2016, 08:50

Prepara ya las maletas para volver mañana desde Málaga, donde ha pasado unos días de vacaciones. Pero el cambio de aires no le ha desconectado del todo de un escenario político con tantas incógnitas como las que dejó antes de irse. Iñaki Arriola abona el terreno por si Rajoy falla en su investidura. Cree que Sánchez tiene los «números» para intentar una alternativa aunque asume su complejidad. Y en Euskadi, abre la puerta a una coalición con el PNV si coinciden en las prioridades «programáticas» porque el PSE, dice, es «garantía» de progreso social.

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-Ya hay fecha de investidura. ¿Ve alguna posibilidad de que Rajoy la saque adelante?

-Lo primero que quiero decir es que me parece una burla que se haya elegido una fecha que conduce, si no hay Gobierno, a unas elecciones el día de Navidad. Es una tomadura de pelo, un acto más del sainete.

-¿Cree que el PP ha hecho coincidir ese plazo para presionarles?

-No tiene otra explicación. ¡Como que no hay otras fechas! Para la investidura de Pedro Sánchez hubo un ajuste de fechas.

-¿Y va a tener efecto esa presión?

-El PSOE es un partido responsable pero es la alternativa al PP. Y que se nos esté permanentemente planteando que la responsabilidad es nuestra... Estas jugadas filibusteras desprestigian ante la ciudadanía.

-¿El 'no' del PSOE en el pleno del día 30 es inamovible?

-Ése es el acuerdo de la dirección. Pedro Sánchez ha dejado claro que van a votar no.

-¿Y usted lo comparte?

-Sí, soy partidario de respetar las resoluciones del partido. Creo que el PSOE mantendrá su postura y votará no.

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-¿Cuál será el siguiente paso de Sánchez si el candidato del PP fracasa? ¿Dará un paso adelante?

-La guerra hay que ganarla por batallas. Si sale, será presidente, y si no, se abre un período de dos meses para que él u otros intenten tener los apoyos. Entonces, todos, también el PSOE, tendrán que analizar posibilidades y ver si hay una mayoría para un Gobierno del cambio con soporte suficiente, no solo para la elección del presidente sino también para la estabilidad.

-¿Sánchez debe intentar configurar una alternativa?

-Si Rajoy fracasa, sí. Creo que debería intentarlo en base a un programa y con unas garantías que den suficiente respaldo a un Gobierno del cambio, no solo a la investidura. La acción de gobierno se tiene que soportar en una estabilidad para desarrollar medidas, sacar adelante presupuestos...

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-En ese caso, ¿Ciudadanos volverá a ser la primera fuerza a la que miren?

-Hay que hablar con todos los partidos que predican el cambio y ver si es posible. Hay un precedente que tampoco genera demasiada esperanza, y es que tras las primeras elecciones había una mayoría por el cambio que no se pudo materializar porque Podemos jugó a otra cosa, a unas segundas elecciones, creyendo que podía lograr el 'sorpasso'. Si aquel Gobierno del cambio hubiera salido, ahora ya estaría tomando medidas muy importantes para el país y la gente más necesitada.

-Si se vuelve a esa casilla de salida, ¿el PSOE llevaría a cabo la misma estrategia? ¿Cerrar primero un pacto con C's para que luego se sumara el resto?

-No lo sé, habrá que verlo. Pero el pasado te enseña también cosas. Lo que parece difícil es combinar a Ciudadanos y Podemos, que manifiestan permanentemente que son polos opuestos. Una solución de gobierno en la que estén presentes activamente ambos no parece factible. Pero lo importante no es con quién, sino los contenidos. Si aquel acuerdo con Ciudadanos con 200 medidas hubiera salido, nos pegábamos con un canto en los dientes, por mucho que algunos se empeñaran en decir que era un pacto con la derecha. Quienes lo hayan leído mínimamente, saben que ese discurso cae, porque el 85% de las medidas estaban contempladas en el programa del PSOE por ser fundamentales para la regeneración democrática y acabar con cuatro años de reformas del PP en cuestión de libertades públicas o regulación laboral. Pero agua pasada ya no mueve molinos.

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-¿Entonces cuál es su solución, un Gobierno de 85 con apoyo externo, una legislatura breve con un programa tasado...?

-Pues sí, podría ser un apoyo desde fuera. Un programa claro y definido en el que se prioricen las medidas de reforma que necesita España. Ahí puede haber un mínimo común denominador. Sería un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, que contara con gente de amplio espectro, independientes y profesionales de la sociedad progresista, pero no con una presencia directa de Podemos ni Ciudadanos, porque sería imposible una convivencia donde votarían uno en contra del otro. Si hace unos meses decíamos que los números daban para una alternativa de cambio, ahora también dan si hay voluntad política.

-¿En esos números cuenta a los nacionalistas?

-Se puede y se debe hablar con todos, pero dejando claras las cosas. El PSOE no va a recabar el apoyo de nacionalistas a cambio del derecho de autodeterminación.

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-¿Hacen distinción entre el PNV y los catalanes?

-El PNV en última instancia, en su nuevo estatus, está hablando de reconocimiento del derecho de autodeterminación o de una especie de pase foral que permita que en Euskadi se puedan obviar las normas que desde el Estado se establecen.

-¿Pero con él ya comparten coaliciones?

-En diputaciones y ayuntamientos, sí. Son acuerdos de gestión en base a programas concretos de desarrollo en los territorios.

-Por eso.

-A mí el con quién no me molesta especialmente si las cosas están claras. Si tienes el apoyo de los nacionalistas pero está claro que a cambio no estás otorgando el derecho de autodeterminación, no me molesta. Cada uno vota en función de lo que considera mejor y si un partido nacionalista cree en un momento como éste que el Gobierno de España puede ser mejor presidido por Pedro Sánchez que presidido por Rajoy, pues cada uno verá.

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-¿Así que cree que el PSOE no se debe poner líneas rojas como ocurrió tras el 20-D con los independentistas catalanes?

-Hablar, con todos, incluso por cortesía. Pero en ese hablar hay que dejar claro que no concedemos algo que sea contradictorio con nuestra idea de España. Estamos a favor del derecho a decidir en el conjunto de la convivencia, pero ese derecho es de todos los españoles.

-¿Puede convertirse este momento de bloqueo en una oportunidad para abrir el debate sobre la reforma constitucional?

-Con este PP y con posiciones extremistas desde Cataluña, con ERC, la CUP y también Convergència, es difícil de construir. Nosotros planteamos una reforma que garantice la unidad, pero respetuosa con las competencias y las singularidades de los territorios. A día de hoy, no veo garantía de que esa reforma sirva ahora para el objetivo de cohesionar España. Pero vamos a sostener esa bandera.

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-¿Puede garantizar que no habrá terceras elecciones si, en última instancia, depende del PSOE?

-Nadie puede garantizarlo. Creo que nadie está jugando a que haya terceras elecciones, pero cada uno tiene sus principios también. Y es muy difícil que al PSOE, que se presentó como alternativa, se le demande que se ponga de perfil y permita un Gobierno del PP. No nos hemos presentado para eso, sino para ser alternativa a un Gobierno de la derecha que ha hecho sufrir mucho.

-Si Rajoy falla y Sánchez tampoco lo consigue, ¿defendería una abstención condicionada como salida de emergencia para evitar volver a las urnas?

-En cada momento analizaremos las cosas.

-¿Pero cree que es mejor salida?

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-Si se produce, se analizará. Pero ahora el partido lo tiene claro.

-¿Cambiaría algo si Rajoy se fuera?

-Algo cambiaría, pero no es una cuestión de votar en contra de Rajoy, el voto es no al candidato del PP.

-¿No teme que unas terceras elecciones beneficien al PP?

-Nunca se sabe. Unas terceras, lógicamente, abren un escenario nuevo. Cabe esa posibilidad.

-¿El PSOE se ve fuerte para unas terceras?

-Si las hay, pelearemos e intentaremos mejorar nuestra posición. Pero hablar de qué puede ocurrir dentro de tres meses... es un brindis al sol. La situación económica y social es muy voluble y en tres meses pueden cambiar muchas cosas.

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-¿Le molesta la presión interna a Sánchez para que se abstenga por parte de algunos barones o exdirigentes socialistas?

-No solo a mí, en general a la militancia le molesta que haya manifestaciones en los medios cuando el partido ha tomado una decisión en órganos donde ellos tienen voz y voto. Cada uno puede opinar lo que quiera, pero tiene que haber lealtad con el secretario general y las decisiones de la ejecutiva.

-¿Y no la ha habido?

-Ha dado la sensación de que a uno le ponen la 'alcachofa' (micrófono) y pía por su cuenta. Y eso genera malestar interno entre los militantes, que son el sostén del partido.

-¿Es partidario de que la dirección consulte a la militancia los nuevos pasos a dar?

-Las decisiones se toman en el comité federal, y si lo consideran oportuno, yo estaré de acuerdo con la dirección.

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