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Una monitora guía a un burrito montado por una niña en la hípica de Lemoiz.
Salir en familia

Burrada de planes

Descubre dónde puedes disfrutar de un día bestial en la naturaleza paseando a lomos de un pollino

victoria souviron

Miércoles, 7 de mayo 2014, 14:45

Han sido durante siglos el mejor apoyo del hombre en sus tareas agrícolas, pero ya casi nadie se acuerda de ellos. Desde que se incorporaron los tractores al campo, los burros viven su propia crisis, condenados al paro. No obstante, por suerte todavía quedan sitios en los que siguen siendo muy útiles, gracias a la iniciativa de ayuntamientos y empresas que organizan rutas y actividades turísticas. Acogidos a una reforma laboral forzosa, muchos de estos ejemplares se han reciclado, y ahora, en lugar de cargar, se dedican a pasear y divertir a las familias. Descubre dónde puedes disfrutar de un día bestial, en plena naturaleza, al lado de estos nobles pollinos.

Sin ir más lejos, a las afueras de Vitoria, Casa Rural Los Huetos es una granja abierta al público en la que se ofrece vivir toda una experiencia lejos del asfalto. Esta actividad incluye un bonito paseo en burro y otras muchas sorpresas preparadas especialmente para que los niños de ciudad tengan contacto con éste y otros animales. El plan comienza con una visita teatralizada, en castellano o euskera, a las diferentes estancias de la hacienda.

Los chavales tendrán la oportunidad de coger con sus manos a un pollito recién nacido, dar de comer a las gallinas, acariciar a los asnos y mezclarse con las ovejas y cabras enanas que viven allí, mientras escuchan las amenas historias que Aitor, el propietario, irá narrando. Además, se les propondrán dos apasionantes retos: encontrar un tesoro escondido (¿qué será?) y atrapar un conejo.

Una vez que los peques ya se sientan como pez en el agua dentro de la granja, llegará la segunda parte de la aventura: ir en burro hasta la cueva de los Goros, a unos dos kilómetros de la casa rural. En este paraje natural se ha instalado un apeadero con troncos de madera para atar a los animales y que no se escapen, mientras se explora la misteriosa gruta. Cuando llegue el buen tiempo, se organizarán, además, paseos en carro y picnics para almorzar unas tortillas de patata sobre una manta extendida en el suelo junto a la caverna.

En la zona de Valdegovía, en la casa rural Arkamo Atea organizan paseos para observar aves en compañía de asnos de las encartaciones. Cuatro burritas están preparadas para recibir a los apasionados del birding.

En Bizkaia, el club hípico Goikomendi de Andraka (Lemoiz) es una escuela de equitación, pero también un sitio ideal para pasar un buen día al aire libre con críos pequeños a los que todavía es pronto para subirlos a un caballo. Cuenta con tres burros y un poni que ponen a disposición de los padres los fines de semana para que den una vuelta a sus hijos menores de 8 años, de manera que vayan perdiendo el miedo al mundo equino. El paseo se realiza por caminos interiores de la finca, con buenas vistas al mar y la montaña.

Antes de comenzar la ruta, los niños tienen tiempo para familiarizarse con sus nuevos amigos. Pueden observarlos y acariciarles el hocico hasta que se sientan capaces de estar encima de ellos. Una vez que ha surgido la química, se montan en la silla y son los propios padres los que llevan el ramal durante todo el trayecto. Los chiquitines, ya seguros en sus cabalgaduras, trotan de emoción jugando a ser auténticos vaqueros del Lejano Oeste sobre los dóciles burritos. De vuelta a las cuadras, toca premiarlos con un suave cepillado y una sabrosa zanahoria, que comerán agradecidos de la mano.

Otra alternativa para pasar un día muy especial entre asnos es viajar en carro, tal y como lo hacían nuestros antepasados, por los senderos que atraviesan el monte Jaizkibel. Suena romántico, ¿verdad? La empresa de aventuras Capitán Tximista ofrece la posibilidad de realizar este nostálgico retorno al pasado para grupos, a partir de seis personas, con reserva previa.

Con vistas

Los carros son tirados por burros de raza vasca, una especie protegida en nuestra comunidad, que se distingue de sus parientes de otras zonas de la Península por su pelaje negro, el morro blanco y un carácter menos tozudo. El escenario por el que discurre la ruta es de película. Montes, verdes praderas, acantilados que se asoman a la bahía de Hondarribia, la ermita de Guadalupe y restos de torreones carlistas dan testimonio de la riqueza natural e histórica que envuelve a la localidad.

Si quieres aprovechar el fin de semana completo y probar otras de las actividades que organiza Capitan Tximista en ese mismo entorno, reserva plaza en su albergue. Situado en un antiguo molino hidráulico de 1515, el edificio ha sido restaurado conservando los viejos mecanismos de molienda para que los huéspedes vean cómo funcionaban estas construcciones.

Las opciones para divertirse durante la estancia allí son múltiples: escalada, senderismo, surf, piragüismo, tiro con arco u otras actividades más relajadas, como talleres de talos y plantas medicinales.

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