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Jueves, 5 de abril 2018, 10:09

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Entre las cumbres amables que trazan la muga entre los valles de Baztan y Aldude se encuentra la enigmática Harrikulunka. Cuentan que es en los días de fuerte viento, cuando la tempestad se cierne sobre las montañas del Pirineo, cuando esta gran piedra se balancea sin necesidad de que nadie la empuje. Su leyenda nos lleva hasta tiempos lejanos, cuando los míticos gentiles poblaban estas tierras. No hace falta viajar tan atrás para descubrir un pasado inquietante. Y es que hace solo un puñado de años, los senderos que hoy recorremos eran un continuo ir y venir de contrabandistas y guardias de fronteras

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