¡Esto es Halloween!
Rodada en 1978, la película de John Carpenter cuenta con uno de los inicios más escalofriantes de la historia del celuloide oscuro
Borja Crespo
Jueves, 29 de octubre 2015, 12:19
Las tiendas, bares, locales de ocio nocturno y grandes almacenes se han apuntado a la fiesta de Halloween. Han visto negocio por estos pagos y en los últimos años el invento se ha convertido en una mezcla entre Navidad y carnavales. Los adornos típicos que festejan el Día de los Muertos, las calabazas, caretas y telas de araña, decoran paredes y escaparates desde semanas antes de la fecha señalada. El auge es imparable, ante el regocijo de unos y las críticas de otros por ser "una americanada". Sin entrar en detalles sobre su verdadero origen, lejos del país de las barras y estrellas, y su evidente fin consumista, defecto que algunos critican desde su iPhone y vestidos con ropa de marca, su importación y explosión este fin de semana nos sirve de sana excusa para recordar un título de horror que ha hecho mucho por el género y por la promoción de una celebración que encandila a los amantes de la imaginería fantaterrorífica, cultivada por cineastas como Tim Burton y sucedáneos. No es la archiconocida 'Pesadilla antes de Navidad' del creador de 'Eduardo Manostijeras', un clásico del cine de animación que ha generado merchandising a mansalva. Protagoniza estas líneas 'Halloween', del maestro John Carpenter, en boca de muchos últimamente gracias a su faceta como creador de bandas sonoras y a sus denuncias por plagio a Luc Besson, por haberse inspirado demasiado en 'Rescate en Nueva York' para 'MS1: Máxima seguridad', y Hideo Kojima, creador del videojuego multiventas 'Metal Gear Solid'. El mítico antihéroe carpenteriano Serpiente Plissken, Kurt Russell y su parche en el ojo, dan para mucho.
La sintonía de 'Halloween', aka 'La noche de Halloween', suena como politono en numerosos smartphones de última generación. La música de Carpenter forma parte de la memoria colectiva, al igual que el villano de la función, Mike Myers, un psycho-killer indomable que, a diferencia de otros iconos similares del cine de terror moderno, no ha caído en una parodia de sí mismo. Su fantasmal careta blanca y el cuchillo en ristre, obsesionado con exterminar cruelmente a todo adolescente salido que se le pone por delante debido, ojo, a un terrible trauma de infancia-, ha inspirado numerosas películas, incluyendo varias secuelas a modo de franquicia. Fusilado hasta la saciedad desde su lanzamiento en 1978, el filme cuenta con uno de los inicios más escalofriantes y originales en su momento- de la historia del celuloide oscuro. Un plano subjetivo, como si fuese la mirada del personaje principal, nos lleva a una casa en un barrio típicamente americano donde ocurren una serie de asesinatos al anochecer, un 31 de octubre. La cámara recoge los crímenes y el espectador es partícipe del juego macabro: comparte los ojos del matarife. Ahora que está tan de moda el 'found footage', léase la estética de falso documental, la secuencia de Carpenter asentó un precedente en el género, antes de 'Holocausto caníbal', convirtiéndose desde el momento de su estreno en una obra cinematográfica de referencia que, a su vez, funciona como embajadora de la fiesta de los difuntos, un acontecimiento que ha dado pie a innumerables cintas de miedo.
'Halloween', protagonizada por Jamie Lee Curtis rescatada oportunamente en la serie de televisión 'Scream Queens'- y el inefable Donald Pleasence, un rostro habitual en el cine abonado al pánico, generó varios capítulos de irregular factura e incontables propuestas que no ocultan su inspiración en el clásico de Carpenter (en el festival de Sitges hemos podido ver este mismo mes la divertida 'Tales of Halloween', compuesta por varios episodios unidos por un relato, un formato tan manido como sugestivo). El desafiante Rob Zombie, músico y cineasta, se atrevió con un remake que no pasó desapercibido y una segunda entrega, delirante en su premisa, a reivindicar. Hay quien menosprecia de entrada el trabajo del responsable de la aplastante 'The Lords of Salem' tras la cámara, debido a su estatus de rockstar y su afición extrema al cómic y la serie B. Sus dos primeros filmes, 'La casa de los 1.000 cadáveres' y 'Los renegados del diablo', no pasaron desapercibidos a los seguidores del género de terror, pero la crítica especializada no desprejuiciada ignoró ambas propuestas, un soplo de aire fresco (envenenado) en el panorama del celuloide fantástico. Con su versión de 'Halloween', el polifacético artista confirmó que sabe lo que hace, ya sea sobre los escenarios, entre viñetas o narrando con imágenes en movimiento. De hecho, es uno de los pocos autores de peso del momento con cierto tirón, capaz de moverse en los márgenes de Hollywood.
Conocedor de los lugares comunes del género que tiene entre manos, de sus tópicos, vicios y virtudes, Zombie demostró con 'Halloween' que el cine de terror de palomitas, con el público teenager como target y el exceso de hemoglobina como reclamo, puede estar bien filmado, con garra y conocimiento. Acostumbrados estamos a que los relatos de horror sean maltratados por cineastas artesanos, pero es innegable la entrega y pasión de un director que disfruta con lo que está contando y quiere hacer participe de esa sensación al público. Lo mejor de esta nueva versión del clásico de Carpenter es, curiosamente, un prólogo aportado por Zombie que diserta sobre las razones que impulsan a Michael Myers a asesinar sin contemplaciones. La remasterización de 'Halloween' se revela como dos películas en una, narradas con una capacidad de hipnotizar al espectador de la que carece muchas producciones tenebrosas de última hornada. ¡Feliz fiesta de Halloween!