Tipografía para no olvidar
Big Bang ·
Fueron los italianos los que volvieron a la facilidad de las minúsculasLa facilidad de lectura de un texto escrito depende enormemente de la tipografía y del medio utilizado. Una tipografía que puede verse muy bien en ... un periódico de papel, por ejemplo «Times New Roman», no se ve tan bien en una pantalla de ordenador. Por ese motivo, en su día se crearon tipografías específicas para pantalla, por ejemplo la «Tahoma» o «Trebuchet». También se crearon tipografías que se leyeran bien en ambos soportes, por ejemplo «Verdana».
Desde que se inventaron los alfabetos ha habido una lucha permanente por la legibilidad. Nuestro alfabeto es el latino, pero con una importante diferencia: en nuestro alfabeto hay minúsculas y en el original solo había mayúsculas. Vamos a hacer un wexperimento, vamos a leer un texto con todas las letras mayúsculas. ¿No es cierto que cuesta más leerlo qyue con minúsculas? Sin duda se lee mejor el texto con minúsculas. Las minúsculas son un gran invento. La hipótesis más popular es que las minúsculas las inventó en el siglo VIII Alcuino de York, maestro de Carlomagno y que a sus letras las llamó «minúsculas carolingias». Lo inventase quien lo inventase, lo cierto es que consiguió una tipografía mucho más rápida de escribir y de leer.
Cuando Gutenberg hizo su famosa Biblia, utilizó una tipografía gótica que para nuestros ojos latinos resulta bastante difícil por poseer demasiados adornos que despistan. Posteriormente muchos tipógrafos fueron simplificando aquellos tipos y fueron principalmente los italianos quienes volvieron a la simplicidad de las minúsculas carolingias dándoles algunos retoques y, esencialmente, son estas las que han llegado a nosotros.
Siempre hemos pensado en la facilidad de lectura, por eso me ha sorprendido sobremanera una nueva tipografía desarrollada en la universidad australiana RMIT, en el laboratorio de la «School of Design and Behavioural Business» junto con la agencia creativa «Naked». Es una tipografía que cuesta trabajo entenderla. Lástima que no puedo poner un ejemplo. Pero para que se hagan una idea, es como si a las letras con las que está impresa esta columna le faltasen trocitos. Somos capaces de leer lo que pone, pero nos cuesta un poco. Y esa es la clave del diseño: quieren que nos cueste un poco entenderlo. Un poco, no demasiado. En ese laboratorio han descubierto que cuando leer nos cuesta un poco, hay que prestar mucha mayor atención y eso hace que sea más difícil que se nos olvide lo leído. Eso es lo que nos recuerda el nombre de la tipografía: Sans Forgetica.
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