Un Estado medieval

Sábado, 26 de julio 2025, 02:00

En un mundo que no cree en el progreso sino que teme al futuro y se conjura para que no llegue, el reconocimiento del Estado ... de Palestina por Francia es un espaldarazo a los principios del mundo moderno, una ética que se levanta frente a las murallas de Israel, un Estado medieval que recurre al hambre para quebrar la voluntad de sus adversarios.

Publicidad

El experimento sociológico que está llevando a cabo en Gaza solo tiene un fin, encontrar los límites hasta donde se puede llevar la barbarie sin que haya reacción. Para los niveles de decencia del común de las personas, ese extremo se superó hace muchos meses. Para Francia, han sido los niños muriendo de hambre y las imágenes de los que van a morir hoy y en los próximos días.

Que reconozca a Palestina importa, porque Francia ya no es lo que fue pero es Francia. Es el caso Dreyfus, el Velódromo de Invierno, el relativismo de De Gaulle, el Canal de Suez. Es Céline. Es Charlie Hebdo. El país de Europa con más judíos y más musulmanes ha dicho basta.

Por supuesto, no es un acto romántico, un arrebato (tardío) de sentido de la justicia universal. Francia ha perdido hace unos días su última base militar en África, en Senegal, y ha firmado aumentar su gasto militar hasta el 5% del PIB, que serán 64.000 millones de euros en 2027, un 50% más que los 40.000 millones de recortes en gasto social anunciados por su Gobierno. Eso también está sobre la mesa, pero Francia es el país de las luces, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, del G-7, potencia nuclear y, sobre todo, Francia es Francia, un intangible sobrevalorado pero que sigue consiguiendo que se le escuche. Ya iba siendo hora de que hablara.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad