Denostar
Hay quien dice que nostalgia es una forma de utopía, pero más bien creo que lo que muchos sufren es la nostalgia de la utopía
Hay flujos y reflujos de ciertas palabras, como suele suceder con las mareas. Una palabra, a la que alguien en un momento dado cogió especial ... cariño, puede desaparecer, después de tener su pequeño o gran momento de gloria. Todo lo que sube baja, ya se sabe; y lo que un día destaca, otro día se marchita y muere, y vuelta a empezar. He visto que han florecido los narcisos en el parque cercano. Ha sido como un respiro en esta primavera que amaga, pero no castiga, por ahora. También han salido con fuerza, luego ya veremos, las flores de los fresales, blancas y delicadas, como corresponde. Hay un equilibrio que se respeta, ya que todo, o casi todo, va ocupando su lugar en la naturaleza. Todavía no ha aparecido por estos cielos claros ningún vencejo ni golondrina. A los antiguos griegos les extrañaba su griterío, les recordaba el hablar bárbaro, extranjero y extraño.
'Bárbaro', en su acepción peyorativa va caducando, como todos los productos, y se ha quedado la parte dulce y suave de ella, ¡qué barbaridad!; y va desapareciendo la palabra 'zombi'. Es curioso que, de la noche a la mañana, se haya pasado del culto al zombi, en películas y series, en libros y tebeos, a su asumido olvido. Habrá alguna razón en ello, pero en este instante se escapa de mi entendimiento. ¿Será que ha dejado de interesar el más allá, e interesa mucho más el acá? De ahí la profusión actual de libros de autoayuda, para que las gentes aquejadas de algún mal, físico o mental, puedan tratarse en su casa, sin que nadie las vea ni las incomode. Self-service, yo me lo guiso, y yo me lo como. La intimidad se ha convertido en un lugar privilegiado, y para algunos único.
Quizás no se escuche ahora tanto como antes la palabra «denostar», pero no ha decaído su uso. El denuesto es a la conversación, en política sobre todo, pero no únicamente, como el regüeldo a las costumbres de sobremesa. Se echa afuera lo que se tiene dentro, sin pensar muchas veces en las consecuencias. El denostado se convierte en un desnortado, deshonrado, y desprovisto de fama y de importancia. En los libros antiguos se hablaba del denostado Ulises, que tardó diez años en volver al hogar. Nostalgia es el mal que aqueja a las personas que, lejos de lo que les es familiar, cercano o querido, penan por regresar. El mal del país, lo tradujeron; herrimina, los vascos. Hay quien dice que nostalgia es una forma de utopía, pero más bien creo que lo que muchos sufren es la nostalgia de la utopía.
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