Pacto entre diferentes
PNV y PSE firman hoy un acuerdo de coalición que, además de estabilidad, debe ofrecer un proyecto renovado a la sociedad vasca
PNV y PSE firmarán hoy en presencia del candidato a lehendakari, Imanol Pradales, la reedición del acuerdo de coalición por el que se comprometen a ... renovar su compromiso a la hora de «avanzar en bienestar, progreso, autogobierno y la transformación de una Euskadi global». El pacto descansa en el reconocimiento del principio de realidad y fija una serie de desafíos para dar respuesta «a los grandes cambios globales, ganar protagonismo y presencia internacional». Los jeltzales y los socialistas tienen que pasar del voluntarismo retórico a los hechos tangibles. La coalición tiene que ofrecer un discurso político más atractivo que plantee soluciones a los problemas de la ciudadanía, centrados en el funcionamiento más eficaz de los servicios públicos. La gestión de Osakidetza -como gran cuestión prioritaria-, el grave problema de la vivienda, la defensa de una memoria democrática ante lo que fue el terrorismo y sus secuelas, la 'pacificación' de la Ertzaintza, la aplicación de la Ley de Educación, la conflictividad del sector público, la desigualdad que persiste en determinados ámbitos, la creación de empleo de calidad, la transición ecológica, la inseguridad ciudadana o la ampliación de los derechos sociales constituyen, entre otros, retos de envergadura que exigen pactos de país. Una apuesta que pondrá a prueba la voluntad de los dos socios del Ejecutivo, pero también a la oposición de EH Bildu y del PP, que también están interpelados por la necesidad de afrontar estrategias viables y no teatralizar en exceso sus diferencias. El contexto es diferente al de otros acuerdos de coalición. El PNV atraviesa en este momento una situación complicada después de su retroceso electoral y los socialistas se encuentran con mayor margen de maniobra. Pero ambos tienen que hacer frente a una sensación de agotamiento de ciclo con un proyecto renovado que sea percibido por la sociedad vasca como un revulsivo en la gestión de los recursos públicos. El acuerdo, además, incluye un compromiso por ampliar el autogobierno dentro de la legalidad mediante la culminación del Estatuto y la búsqueda del mayor consenso posible para un nuevo pacto estatutario. La novedad es que en esta ocasión no se pactan las diferencias entre ambos partidos, lo que apunta en la dirección de que el nuevo Gobierno Vasco puede impulsar una hoja de ruta compartida en una materia tan sensible. Un aterrizaje realista que debería evitar frustraciones futuras frente a quienes, como EH Bildu –que ayer se envolvió en la bandera del derecho a decidir– siguen empeñados en aventuras hacia ninguna parte con políticas de división y pasado.
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