El Día del Euskera que se celebra hoy 3 de diciembre nos interpela sobre la salud de nuestro patrimonio lingüístico y cultural, que es un ... valioso elemento de identidad y, a la vez, supone un instrumento de comunicación de una sociedad en la que debemos reforzar el compromiso por su preservación y difusión. El euskera ha sido un puente entre generaciones en Euskadi, un nexo que une a los que han sufrido persecución y opresión, que aglutina a las nuevas generaciones alfabetizadas, que ha resistido gracias al esfuerzo de miles de euskaltzales que han defendido su futuro contra viento y marea. Su plena normalización no está asegurada y necesita, además de políticas públicas activas, una apuesta clara que combine la firmeza con la inteligencia, que respete los equilibrios sociolingüísticos territoriales, y, a la vez, corrija una situación histórica de desigualdad. Que sepa ganar nuevas adhesiones y que se aleje de cualquier instrumentalización política e ideológica. Como decía Koldo Mitxelena, el euskera es demasiado débil para utilizarlo como arma arrojadiza.
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El euskera, se enfrenta, también a algunos peligros a la hora de superar su mayor debilidad. No nos conformemos en situarla solo en el ámbito de la función pública o de la educación en detrimento de otras esferas ligadas a los hábitos sociales de consumo. El euskera es un idioma moderno de una sociedad compleja y plural que no puede limitarse a imaginarios tradicionales y esencialistas, que tiene también la gran asignatura pendiente de confirmar su conexión con una sociedad urbana cada vez más híbrida, con identidades cada vez más compartidas. Es una lengua viva, útil y accesible en la vida cotidiana: en la educación, en el trabajo, en la cultura, en los medios de comunicación, en la administración, en los servicios públicos. Su presencia debe ser natural y fluida, lejos de posiciones doctrinarias que pueden resultar contraproducentes; debe ampliar sus espacios, debe ganar la batalla de la socialización, debe ser un vehículo de integración, no de disgregación. Es la lengua que nos reconoce como plurales y diversos. En un mundo cada vez más globalizado, el euskera es también una lengua de modernidad, de innovación y de creatividad. Debe implicar al conjunto de la sociedad. Es una gran oportunidad para el futuro, nunca un lastre para el presente.
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