El PP cumplió ayer el guion previsto y atacó ayer sin piedad a Teresa Ribera al responsabilizarle de la gestión de la DANA en la ... Comunidad valenciana. Fue, sin duda, una estrategia a quemarropa. Pretendió desviar la atención y soslayar el grave lastre que pesa sobre el president autonómico, Carlos Mazón, cuyo papel en esta catástrofe constituye una severa carga para Alberto Núñez Feijóo por muchos cortafuegos que busque para eludir responsabilidades. Los populares tienen en Valencia un serio lunar en sus expectativas. Por eso no dudaron ayer en acusar a Ribera de ser la responsable directa de la tragedia. Y ella se defendió al asegurar que las instituciones del Estado funcionaron frente a los fallos del Govern autonómico, al ponerse ya el traje de comisaria al hablar de los efectos del cambio climático y al defender medidas al respecto. La hipérbole del PP no es una novedad y polariza al extremo. También a sus adversarios. La catástrofe de Valencia ha roto los tiempos a Feijóo y ha desbaratado una dinámica de desgaste de Sánchez que amenazaba con colapsar la legislatura.
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Y es que el PP no ha logrado tumbar la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta y comisaria, que es lo que quería para reventar los planes de Sánchez. Para ello se ha empeñado en cuerpo y alma en enredar con Manfred Weber, la derecha más dura, contra Ursula Von der Leyen. El episodio ha estado a punto de provocar un cortocircuito en la sala de máquinas de la Unión Europea llevando la conflictividad doméstica española a Bruselas. No ha dinamitado la candidatura, pero la ha retrasado y ha hecho todo lo posible por dejarla desgastada, a los pies de los caballos en un hipotético escenario de una investigación judicial. Los populares han jugado fuerte y van a salir trasquilados si no saben medir su táctica de presión y su agresividad. Y Sánchez puede salir también con algunas magulladuras, aunque al final ubica a Ribera como influyente responsable de Transición Ecológica y Competencia en un Colegio de Comisarios que ha girado claramente a la derecha. Se mantendrá el pacto entre las familias tradicionales de los socialdemócratas, los populares y los liberales. Pero Von der Leyen incluye en su equipo de comisarios a los representantes de los partidos de Meloni y de Orban, lo que empujará al PSOE a pagar el precio de un respaldo incómodo a ambos aspirantess. La 'línea roja' frente a los referentes de la extrema derecha queda en evidencia. El PP ha jugado con fuego y estas prácticas no son en absoluto inocuas. En este tablero, la partida puede terminar en tablas. Nadie gana por goleada porque la imagen de España sale dañada.
El bronco espectáculo del Congreso ayer vuelve a demostrar una retórica tóxica que todo lo devora. No todos tienen el mismo nivel de responsabilidad, pero el 'y tú más' solo sirve para hacer el caldo de cultivo a la antipolítica y al extremismo que crece sin parar. Ahora hay que centrarse en la reconstrucción de la tierra valenciana y no librar mezquinas peleas que la ciudadanía aborrece. Cuidado con la espiral del descrédito que se los puede llevar a todos por delante. Como la riada.
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