Secciones
Servicios
Destacamos
Cada vez que el equipo de nuestros amores juega un partido de las competiciones europeas, imagino a Carlos Sobera recibiendo en Donostia al sector más ... violento de los aficionados del equipo rival:
-Contadme, ¿qué venís buscando?
-Conocer a gente normal, que comparta aficiones con nosotros, como venir al partido sin entrada, beber unas cervezas y quedar para agredirnos.
-¿Y qué tal os ha ido hasta ahora en el terreno del odio?
-Bueno, ha habido de todo. Con algunas aficiones nos hemos peleado y al principio, bien, mucha violencia, pero al final la inquina no terminó de cuajar y aquí estamos. Otras nos fueron infieles: habíamos hecho una 'kedada' para matarnos a palos, pero no aparecieron, se ve que se fueron a ver el partido.
-Pues nada, os voy a presentar a los hinchas locales para que lo habléis, os vayáis conociendo y ya si eso, os enfrentéis luego violentísimamente. Esperadme aquí, que voy a buscarlos.
A continuación, los colegios cierran, la Policía corta el tráfico, los autobuses se desvían y la vida se pone patas arriba, mientras unos y otros se enzarzan en una multitudinaria trifulca, a ver quién ama más los colores de su equipo.
Y al final, los representantes de los dos grupos de hooligans se sientan para hacer balance:
-¿Os volveríais a pegar con la afición local?
-Pues lo cierto es que no. Ha estado bien, pero no hemos sentido ese odio que veníamos buscando.
-Nosotros, lo mismo. O sea, quedar como enemigos, bien, pero nos ha faltado algo como para iniciar una relación de odio seria.
-Bueno, chicos, pues nada. Buena suerte en el próximo sorteo de la alta competición deportiva y a ver si encontráis lo que buscáis.
Que vuelva a girar el bombo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.