Pasaia
Unidos para salvar el reloj de Santa AnaPatrimonio. Entidades, vecinos y agentes aúnan esfuerzos para recuperar el mecanismo del siglo XIX que marca la hora en Donibane desde la ermita
Fue en 1841 cuando se instaló el reloj de la ermita de Santa Ana de la mano del relojero Francisco de Salado, a petición popular ... y por encargo del entonces corregidor. Su coste fue de 3.600 reales de la época, según consta en documentación histórica. Desde entonces, el reloj ha sido el encargado de dar las horas a los vecinos de Donibane, convirtiéndose en un símbolo cotidiano y patrimonial. A lo largo de los años ha sufrido diversas intervenciones —documentadas en 1925 y 1957—, algunas de ellas «poco afortunadas», según explica el relojero Xabier Álvarez Yeregui, descendiente de una reconocida saga de relojeros vascos. Añade que estas han deteriorado su precisión y estructura interna. «El reloj se encuentra hoy en una situación delicada, pero completamente recuperable», asegura.
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Por ello, la asociación sin ánimo de lucro Yeregui Elkartea, fundada por el propio Álvarez Yeregui, se ocupará de su recuperación con la colaboración del Ayuntamiento, la Diputación Foral de Gipuzkoa, la comunidad parroquial de San Juan y diversas entidades locales y educativas. El proyecto se desarrollará bajo la filosofía del auzolan, que en este caso une la sabiduría artesanal de la restauración con la implicación directa del vecindario y distintos agentes sociales y educativos.
«Nuestra intención es intervenir de forma respetuosa, sin alterar su esencia, aplicando lo que denominamos restauración no invasiva, es decir, devolverle su funcionalidad y su dignidad sin borrar las huellas del tiempo», señala Álvarez Yeregui, quien subraya que «el reloj de Santa Ana no solo es un instrumento mecánico, sino una pieza viva de la memoria colectiva del pueblo».
Los trabajos correrán a cargo de Yeregui Elkartea, que se ocupa de la conservación y restauración de relojes históricos, especialmente aquellos instalados por miembros de la saga Yeregui, cuya actividad se remonta al siglo XIX con Francisco Yeregui Zabaleta. Entre los proyectos recientes de la asociación destaca la rehabilitación del reloj de San Miguel de Artadi en Azpeitia, así como la recuperación de otras piezas históricas en localidades guipuzcoanas y navarras. «Cada reloj es un pequeño testimonio del ingenio y la identidad local. Restaurarlos es, en cierta forma, restaurar el pulso del tiempo de nuestras comunidades», precisa Álvarez Yeregui.
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El proyecto cuenta con el respaldo institucional del departamento municipal de Patrimonio, en colaboración con el Área foral de Patrimonio, la comunidad parroquial y entidades locales. Entre los colaboradores se encuentran Boisa-Sprilur (Oarso eta Bidasoako Industrialdea S.A.), que cederá un local para llevar a cabo los trabajos de restauración con intención de que estos puedan ser visitables y públicos para la ciudadanía durante periodos concretos; el Centro de Formación Profesional Básica de Pasaia y Don Bosco, cuyos alumnos y docentes participarán activamente en el proceso; y la empresa oiartzuarra Fundiciones Aizpurua S.A, que aportará piezas y componentes metálicos.
«Este proyecto simboliza lo que entendemos por auzolana contemporáneo: una iniciativa que une tradición, conocimiento técnico, implicación ciudadana y apoyo institucional. Es una manera ejemplar de proteger el patrimonio y fortalecer el tejido social», declara Aitor Brion, concejal de Cultura y Patrimonio. Brion destaca la importancia estratégica de la conservación del patrimonio material e inmaterial dentro de la acción cultural del Gobierno municipal.
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El acto de presentación del proyecto se celebrará esta tarde, a las 19.00 horas, en el Auditorio Juanba Berasategi, con entrada libre hasta completar aforo. Durante el evento, Xabier Álvarez Yeregui y otros colaboradores de la iniciativa explicarán la historia del reloj, las características de su mecanismo y las particularidades del proceso de restauración. La teniente de alcalde de Donibane, Aintzane Taberna, será la encargada de presentar el acto y ofrecer la bienvenida institucional. «Este proyecto es un ejemplo del valor de la colaboración entre instituciones, asociaciones, empresas, centros educativos y ciudadanía, todos unidos por un mismo propósito: preservar el alma de Donibane a través de su patrimonio», manifiesta.
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