Errenteria

Hibaika: lo que perdió en los despachos lo ganó en el agua

No le pesaron la presión ni los nervios a Hibaika en el fin de semana clave. Una vez más, la Madalen ofreció un recital y dio una auténtica exhibición de remo tanto el sábado como el domingo para salvarse en los playoffs y continuar bogando la temporada que viene con las mejores traineras del territorio.

Tras el ascenso la pasada temporada cinco años después a la máxima categoría, y una vez confirmada y vista de primera mano la exigencia de la competición, Hibaika finalizó sexta y con la sensación de haber ido de menos a más en el verano. Lo próximo fue la Bandera de la Concha, que finalizó quinta en el primer domingo y el objetivo fue mantener la renta con Hondarribia, el rival directo. No pudo hacerlo, pero ofreció un ejercicio de sacrificio.

Llegados a la semana pasada, la incertidumbre recaía sobre la resolución del árbitro de la ACT sobre la disputa del play-off de permanencia, al constatar los directivos en el reglamento que no tenían por qué jugarlo. No solo hubo resolución en contra (que se conoció el jueves), sino que también deberán abonar el 30% de la sanción por el recurso presentado. Todo en contra para un club que, si algo ha demostrado en los años de vida que tiene, es que nunca se va a dar por vencido.

Rapidez para organizar el desplazamiento de la afición, últimos detalles antes de medirse en una batalla a tres ante Kaiku y Zumaia... A contrarreloj. No ganaron en los despachos, pero sí en el agua, donde más cómodas se encuentran. Y lo hicieron en ambas jornadas, tanto el sábado en el mar como el domingo en la ría. No dieron dos golpes sobre la mesa, sino puñetazos.

Después de bogar el sábado en aguas de Bermeo y liderar por el momento la tabla, todo quedó por decidir para la segunda jornada. Llegados a ese punto, hubo nervios entre varios aficionados, pero no en la tripulación dirigida por Iñaki Mendizabal. Convencidas de principio a fin, trabajando en cada palada, ganaron la segunda jornada y lo celebraron por todo lo alto. Les acompañó la Marea Beltza, que no falla nunca.

Hubo abrazos, sonrisas, tiempo para bailar por la tarde en los bares de Errenteria pero, sobre todo, lágrimas. Lágrimas de emoción de Zuriñe Alberdi, que significaba su última regata con Hibaika. Mendizabal no le regaló ser la patrona en Portugalete, ella sola se lo había ganado. Lo celebró con los puños apretados antes de recibir un ramo de flores por su novio y también remero Ander Urtasun. Se despidió de nuevo agradeciendo a «directiva, entrenadores, remeras, colaboradores y a todos los que nos han seguido. Ha sido impresionante», dio las gracias de corazón al club que seguirá siempre.

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