Galtza y Borda. Los gigantes del barrio también salen cada 25 de julio en las Madalenas. f.g.

Errenteria

Choca esos cinco que ya te conozco

La comparsa de gigantes Galtza y Borda lleva ya más de un cuarto de siglo alegrando las fiestas del barrio, además de salir por el centro cada 25 de julio y en otros actos

Iker Castaño

Errenteria

Jueves, 25 de enero 2024

Un primer saludo formal se produce verbalmente o con un gesto amable que no va más allá de un apretón de manos. Ahora, cuando ya ... han pasado unos años –más de veinticinco, que no son pocos– y la confianza es plena, el saludo es más afectivo. Para ponerles como ejemplo, los niños les miraban con cierta distancia el primer año que salieron Galtza y Borda por las calles en las fiestas del barrio que recibe el mismo nombre que los dos gigantes, algunos impactados, otros atemorizados. También los hubo ilusionados.

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Con el paso de los años vieron cómo ambos, pese a su aspecto espantoso y que en varios casos horroriza al personal en primera instancia, guardan especial cariño con los vecinos de Galtzaraborda. Un cuarto de siglo después de su primera puesta en escena, allá por el año 1998, les conocen de sobra, hasta el punto de conectar sencillamente con ellos. Si se dispone a chocarte los cinco significa que ya te conoce. Pocos o ningún ciudadano desconocerá su existencia a día de hoy, pero si alguno aún no se ha enterado, miembros de la comparsa de gigantes recuerdan su trayectoria desde los inicios.

«Nos juntamos un grupo de jóvenes de la parroquia de Galtzaraborda en 1995 con el ánimo de incorporarnos en la Comisión de Fiestas y ayudar en lo que fuera posible», apunta Juanra Aguilera. La idea de los gigantes vino dos años después, con la fiesta del Kilometroak en Lezo, donde «vimos unos gigantes ligeros y con mucha movilidad y pensamos que sería bueno aplicar algo parecido en nuestro barrio con las fiestas», recuerda. Para ello, les requerían que fueran «enormes, llamativos, coloridos, que interactuaran con la gente y fueran diferentes a los tradicionales», describe.

Una vez que le dieron forma a la idea, se pusieron manos a la obra con los dos gigantes. Usaron material poliexpan, prestado de la variante de Errenteria, y entre miembros de la asociación, de la parroquia y vecinos del barrio colaboraron en el diseño de los gigantes, todo de manera «voluntaria y desinteresada», agradece Aguilera. Debido a la humedad de la asociación donde los guardaban, tuvieron que cambiar al aluminio y el plástico por la madera. Cuando vieron que ya estaban preparados, se estrenaron en las fiestas de 1998.

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Desde entonces y cada vez que las calles se han engalanado a finales de junio para vivir las fiestas, tanto Galtza como Borda se han unido a la celebración con el resto de vecinos que para ellos han sido y son como sus amigos. Además, desde el año 2000 vienen participando en la comparsa de cabezudos de Madalenas el día de Santiago, con sus compañeros Xanti y Maddalen y muchos más gigantes procedentes de diferentes localidades. A todo ello se suma su presencia en homenajes (como el que se le hizo a Ion Arretxe) o en diferentes actos reivindicativos (el último, el de la protesta por el no soterramiento del topo en Galtzaraborda).

Relevo generacional

Por muy sencillo que parezca salir y hacer reír a los ciudadanos, «detrás de estos gigantes hay un trabajo oculto, desinteresado y de gran corazón», revela Aguilera, sin querer olvidarse a ninguno: Fernando, Danel, Mailu, Rosa, Txemi, Jesús Mari, Pedro, Aitor, Juanan y David. De hecho los dos primeros nombres que menciona le acompañan en su explicación, quienes trabajan «incansablemente» en el arreglo y cuidado de los gigantes durante el año y «forman parte activa del barrio, tratando de darle vida». Fernando Garzón y Danel Carballo, éste el más joven (aprovechan para hacer el llamamiento a más jóvenes para que les ayuden), se esconden bajo el interior de los gigantes. Subrayan que «los dos gigantes pesan y hay que ir haciendo descansos para no cargar tanto», comentan.

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Ha pasado un cuarto de siglo desde su primera aparición, pero quieren seguir saliendo muchas veces y solicitan al Ayuntamiento un local «con fácil accesibilidad» para guardarlos, ya que el que tienen ahora cuenta con menos espacio.

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