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'Ttakun', 'ttakun'... resuena en la vía verde del Plazaola a su paso por Lekunberri. Es el sonido de la txalaparta que han instalado en ... la Peña de esta localidad navarra al aire libre. Unas magníficas vistas de Aralar con Artxueta al frente y la línea de las Malloak imponente con sus picos inspira a todos los que se acercan hasta ella desde la estación del tren 'Txiki' a golpear el instrumento vasco. Tras superar las escaleras que conducen a la mesa con varios tablones de madera de eucalipto de 50 años, tan solo hay que desprender a la misma de la tapa que han instalado sus creadores. Sujetos por una perfecta estructura de hierro, los tablones comienzan a temblar al ritmo que cada uno de los curiosos que hacen 'bailar' los palos que han colocado en un base cónica con su tapa. Todo un capricho realizado sin escatimar en detalles que se merece el respeto de todo aquel que disfrute del sonido de la madera golpeándose. El secreto está en coordinar los golpes: ttakun (dos golpes), herrena (un golpe) y hutsune (ninguno), que alineados con armonía ponen en movimiento pies o manos de los que lo escuchan. Incluso, quienes dominen ese arte de coordinar cada golpe o el silencio pueden emocionar o poner los pelos de punta. Según los entendidos manteniendo un ritmo muy característico se logra emular el trote de los caballos.
Fuera como fuese, no se puede negar que el sonido de la txalaparta está muy relacionado con la cultura del txotx en los alrededores de la cuenca del río Urumea. «Su origen tienen que ver con la elaboración de la sidra vasca. Cuando se terminaban los trabajos en los lagares - con la obtención del mosto de la manzana que luego fermentará y se convertirá en la sidra - era costumbre en los caseríos tocar una melodía con los mazos, los mismos que se habían utilizado en el majado o triturado de las manzanas. Era la forma de avisar a los vecinos del barrio de que pronto la nueva sidra estaría lista para ser degustada, mientras que en otras zonas de Navarra, se acompañaba con una cantinela. A cada golpe le correspondía una sílaba».
Según declaraciones de los impulsores de la iniciativa navarra, Jabi Leoz, Mikel Ijurko e Imanol Ugarte con su colocación en Lekunberri han querido «reflejar la transmisión generacional» en la interpretación de la 'txalaparta'. Además, han aprovechado en su inauguración para homenajear las familias (Goikoetxea y Zuanzabar) que mantuvieron el instrumento en sus caseríos, mientras que las familias Artze, Beltrán y Zabalegi ayudaron a difundirlo. Leoz, Ijurko y Ugarte han contado para su proyecto con la ayuda de los ayuntamientos de Lekunberri y de Larraun y Ondare Kultura Taldea.
'Ttakun', 'ttakun'... resuena en la vía verde del Plazaola a su paso por Lekunberri. Es el sonido de la txalaparta que han instalado en la Peña de esta localidad navarra al aire libre. Unas magníficas vistas de Aralar con Artxueta al frente y la línea de las Malloak imponente con sus picos inspira a todos los que se acercan hasta ella desde la estación del tren 'Txiki' a golpear el instrumento vasco. Tras superar las escaleras que conducen a la mesa con varios tablones de madera de eucalipto de 50 años, tan solo hay que desprender la misma de la tapa que han instalado sus creadores. Sujetos por una perfecta estructura de hierro, los tablones comienzan a temblar al ritmo que marque cada uno de los curiosos que hacen 'bailar' los palos colocados en una base cónica con su tapa. Todo un capricho realizado sin escatimar en detalles que se merece el respeto de todo aquel que disfrute del sonido de la madera golpeándose. El secreto está en coordinar los golpes: ttakun (dos golpes), herrena (un golpe) y hutsune (ninguno), que alineados con armonía ponen en movimiento pies o manos de los que lo escuchan. Incluso quienes dominen ese arte de coordinar cada golpe o el silencio pueden emocionar o poner los pelos de punta. Según los entendidos, manteniendo un ritmo muy característico se logra emular el trote de los caballos.
Fuera como fuese, no se puede negar que el sonido de la txalaparta está muy relacionado con la cultura del txotx en los alrededores de la cuenca del río Urumea. «Su origen tiene que ver con la elaboración de la sidra vasca. Cuando se terminaban los trabajos en los lagares –con la obtención del mosto de la manzana que luego fermentará y se convertirá en la sidra– era costumbre en los caseríos tocar una melodía con los mazos, los mismos que se habían utilizado en el majado o triturado de las manzanas. Era la forma de avisar a los vecinos del barrio de que pronto la nueva sidra estaría lista para ser degustada, mientras que en otras zonas de Navarra, se acompañaba con una cantinela. A cada golpe le correspondía una sílaba».
Según declaraciones de los impulsores de la iniciativa navarra, Jabi Leoz, Mikel Ijurko e Imanol Ugarte con su colocación en Lekunberri han querido «reflejar la transmisión generacional» en la interpretación de la 'txalaparta'. Además, han aprovechado en su inauguración para homenajear las familias (Goikoetxea y Zuanzabar) que mantuvieron el instrumento en sus caseríos, mientras que las familias Artze, Beltrán y Zabalegi ayudaron a difundirlo. Leoz, Ijurko y Ugarte han contado para su proyecto con la ayuda de los ayuntamientos de Lekunberri y de Larraun y Ondare Kultura Taldea.
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