Urdelar: Custodiada por gigantes
Sus 859 metros le sitúan como uno de los más altos del cordal Uzturre-Ipuliño y es conocido por sus enormes cipreses
Una densa niebla rodeaba los enormes cipreses de Lawson que coronan la cima de Urdelar. Niebla que daba algo de luz a este oscuro paraje en el que los señores guardan a sus pies algunos tesoros milenarios que dejaron enterrados los antiguos pobladores del valle de Leitzaran. Hodei se encarga de alejar a los visitantes que se acercan hasta ellos, especialmente en primavera. El dios de la nubes, según la mitología vasca, se encarga de provocar los truenos, los relámpagos y las tormentas. Es él el que lanza los relámpagos y los truenos, echando a perder las cosechas y atemorizando a los agricultores o aquellos que osan a adentrarse en los densos bosques como el de Urdelar.
Urdelar es una cima diferente gracias a sus gigantes cipreses de Lawson que, haya niebla o no, impresionan. De hecho, los días soleados sus frondosas ramas convierten la senda que nos acerca hasta su cima en un lugar oscuro, que bien podría servir como escenario de un thriller de terror en el que ese ser temible aparece entre los grandes árboles y no tienes escapatoria. Fuera como fuese, es innegable que los cipreses despiertan sensaciones diferentes y si uno da rienda suelta a su imaginación fácilmente puede sentirse en un bosque encantado. Películas aparte, alcanzar su cima no resulta demasiado difícil si se siguen las marcas blancas y amarillas que nos permiten avanzar sin ningún problema.
URDELAR
-
Acceso: Para acceder a Berastegi debemos seguir la A-15 entre Andoain e Irurtzun hasta la salida a la localidad limítrofe con Navarra.
-
Horario: El paseo desde Berastegi realizando la circular que nos acerca hasta Elduain después de haber subido a Urdelar ronda las 4-4.30 horas de manera relajada.
-
Distancia: 16,9km
-
Desnivel positivo: 970 m
-
Severidad del medio: 4
-
Dificultad orientación: 3
-
Dificultad del terreno: 3
-
Esfuerzo necesario: 3
Desde Berastegi
Urdelar (859 m.) es una de las cumbres que forman parte del cordal Uzturre-Ipuliño, que comienza en Tolosa con Uzturre (730 m.), y en el que se encuentran otras cimas como Larre (802 m.) e Ipuliño (930 m.), por encima del puerto de Gorosmendi (490 m.).Las principales alturas del cordal, enumeradas de oeste a este, son Uzturre, Urdelar, Larre e Ipuliño. Esta excursión propone ascender las dos centrales, con Berastegi como punto de partida. Desde Leitzaran, por el norte, y más concretamente desde Olloki, también es posible hacerlo, aunque a costa de una aproximación muy larga por un laberinto de pista.
La caminata hasta Urdelar en esta ocasión parte desde el aparcamiento que hay junto al Ayuntamiento de Berastegi. Remontamos la calle, cruzamos la carretera y seguimos hacia arriba hasta dejar atrás el núcleo urbano. La pista de cemento lleva a una casa donde sigue a la izquierda para convertirse en un bonito camino de herradura.
Tras pasar junto a un par de edificaciones, el camino desemboca en otro más amplio, cementado en ese tramo, donde hay que seguir ascendiendo (dcha.) hasta el amplio collado de Gorosmendi, que separa Larre e Ipuliño y próximo a una de las bocas del túnel de San Lorentzo, que agujerea el primero de los montes.
La ruta continúa por la segunda pista de la izquierda, amplia y transitable para vehículos a motor ya que desemboca en el repetidor que domina la cima de Larre. Como compensación, durante la ascensión hemos podido disfrutar de amplias vistas a los valles que le rodean. Desde la cumbre, también merece la pena continuar (S) hasta la cercana ermita de San Lorentzo, ubicada sobre una antecima un par de metros más baja, aunque cubierta de árboles y a la que los berastegiarras acuden cada 10 de agosto para celebrar la tradicional romería a sus puertas. De vuelta a la cumbre, la marcha continúa hacia el norte recorriendo el cordal. En el descenso se atraviesa un curioso cerco de lajas poco antes de llegar al collado Muga, también cruzado por pistas, algo habitual en estas humanizadas montañas. Siguiendo de frente, afrontamos ya la ascensión, por su vertiente suroeste, a Udelar, un monte absolutamente cubierto de bosques.
En un primer momento se atraviesa un bonito hayedo, pero luego se entra en un lúgubre pinar en el que hay que estar atento, después de que la pista alcanza el cordal y gira bruscamente, para encontrar el vértice geodésico y el buzón. Iniciamos ya la vuelta a Berastegi, aunque para ello completaremos un recorrido circular que pasa por Elduain. Desandamos el camino hasta la curva y seguimos el cordal por una senda que poco a poco se aleja de la divisoria hasta convertirse en un camino que pasa por los amplios rasos de Loa, parte de ellos asolados por la talas, y desciende al collado Belabieta, desde el que afrontamos el descenso hasta Elduain.
Atravesamos esta pequeña localidad y justo en la curva de salida del pueblo tomamos una pista en fuerte pendiente (izq.). Hasta no hace mucho, la subida se podía atajar por la ermita de Santa Cruz (primer desvío a la derecha), pero su estado ruinoso y lo cerrado del antiguo vía crucis que llevaba a ella desaconsejan esta opción. Lo mejor es seguir la pista hasta que acaba el cemento en un cruce donde se sigue a la derecha. La pista remonta hasta la autovía y discurre paralela a ella durante medio kilómetro antes de iniciar un largo descenso hasta el desvío de la subida, por el que retornamos a Berastegi.
Entre túmulos y cromlechs
Urdelar forma parte del cordal de Uzturre-Ipuliño en el que se encuentra el conjunto megalítico de Belabieta. Concretamente en la zona de Gorosmendi se encuentran los túmulos de Beibatari y en la ladera que lleva a la cumbre de Urdelar, el gran túmulo de Moa. Muy cerca de esta cumbre, en su extremo NW, se encuentra el dolmen de Basaburu. Descendiendo de aquí al próximo collado situado al NW se encuentra el dolmen de Belabieta Txiki. Avanzando por el camino que se dirige al WNW, se llega al dolmen de Loa, situado dentro de la plantación de ciprés de Lawson. Junto a él, a 20 m al NW, se encuentra el túmulo de Loa I. Dentro del parque megalítico de Belabieta también se encuentran los monumentos de Oindolar e Itxupeaka. El conjunto de dólmenes de Oindolar se encuentran relativamente juntos, en la ladera occidental del monte del mismo nombre.
Torre de vigilancia
También cabe recordar que durante un par de décadas en Urdelar se encontraba un elemento cuando menos peculiar en este monte de Tolosaldea: su torre de vigilancia. Fue allá por la década de los 60 cuando construyeron una torre de vigilancia de incendio forestales de unos veinte metros de altitud en la zona. Recogen en la web de Leitzaran que «el cuerpo de la torre era de sección triangular, de celosía metálica (de hierro), más ancho en la base. En la parte superior había una caseta también de hierro, de planta hexagonal, que era la estancia para el vigilante. Tenía un balconcillo alrededor, y en un lateral de la caseta había una antena destinada a conectar un radioteléfono».
En octubre de 1983, la torre fue derribada por un vendaval y sus restos quedaron desperdigados por el suelo. Comentan que seguramente jamás llegó a utilizarse como torre de vigilancia contra los incendios. Pero la de Urdelar no fue la única. Hubo otras torres o casetas similares en otros montes guipuzcoanos. Por ejemplo, la existente en el monte Erlo (que se mantuvo más tiempo de pie), o la caseta (sin torre) que estaba situada prácticamente en la cima del Uzturre.